viernes, 30 de diciembre de 2005

En Navidad

Últimamente todo lo que escribo es mierda. No me sale nada de dentro porque lo de dentro está podrido. Notan que voy cabizbajo a todos sitios. Me cuesta ser positivo. No puedo regalar sonrisas. No puedo ocultar estar "deprimido", aunque lo correcto sería decir "de bajón". Tristeza y preocupaciones fundidas entre mis retinas.

Menuda gilipollez. La gente no sabe qué es estar deprimido. Yo no lo sé, y mira que practico ese deporte con más asiduidad de la aconsejable. Hay gente que muere de tristeza, que está jodida realmente, las veinticuatro horas del día, y tienen que soportar que el llorica de turno vaya por ahí diciendo que tiene depresión cuando en realidad ha perdido el cordón de un zapato. Pero es que... joder. Las navidades pasadas no eran así. Eran... ¿felices? Pues yo diría que sí. Han cambiado tantas cosas... O quizás hoy lo veo todo negro. Puede que cuando cambie de lentes todo brille ante mis ojos, que todo lo bueno esté por llegar. De momento hago guardia en la óptica.

Sí. Estoy de bajón. Pero cuando uno baja más que sube, cuando vislumbra las catacumbas y chimeneas flameantes, la cosa empieza a dar miedo. Bonitas navidades me esperan a mí también.

jueves, 22 de diciembre de 2005

¿Concentración?

El otro día, viendo la televisión una noche de tantas en la que me quedé solo, atendía al anuncio de una película que me gustó bastante en su día. El caso es, que escuchando (que no oyendo) el anuncio, aunque ya lo conocía de memoria, al escuchar la primera frase me puse a pensar en una cosa en particular que no viene al caso, pero cuando me quise dar cuenta, aunque no dejé de atender a la pantalla, ni me moví lo más mínimo, había acabado el anuncio y otros dos más... lo que me hizo pensar: ¿A tal punto ha llegado mi falta de memoria?, ¿eso que me ocurrió se llama concentración?, ¿porqué me enredo con gilipolleces de este calibre?

Supongo que se puede llamar desliz, tontura, un pronto sin más... pero me preocupan estas faltas de atención al exterior, meterme en mi mundo sin hacer caso en esos momentos al entorno que me rodea.


Maldita sea la gracia del embelesamiento que me sodomiza de cuando en cuando.

Maremotos verbales - Vol.8

En clase, hace ya unos buenos meses:


Profesora Audiovisual
¿Y vísteis ayer cuando al final del telediario salieron hablando de la pasarela?
Clase
Sí, señorita Profesora Audiovisual.
Profesora Audiovisual
Vamos, que las modelos cada vez dejan menos a la imaginación.
(Casi para sus adentros)
Anda, que si eso es moda...
Marcos
(Casi para los míos)
No es moda, es GRATIS.


INFO:
Era una especie de debate sobre telediarios y las noticias de interés general.
¿Las tetas y culos rodeados de fino hilo son de interés general, amigos?

miércoles, 21 de diciembre de 2005

Se halló cadáver

Volviendo a casa tras la jornada de estudio habitual, una gran cantidad de gente rodeaba un cuerpo tirado en el suelo, inerte. Una ambulancia descansaba a su lado. Quienes acudieron a la llamada de socorro telefónico, se esmeraban en la misión de cura sin conseguir demasiado. La resurrección no funcionaba. El masaje cardiaco dejó de tener sentido a los 20 minutos largos de duración.

Resulta cuanto menos chocante que un hombre pueda quedar en el suelo, sin que nadie ofrezca su ayuda.

Contó una chica que vivió algo más cerca la situación, que el hombre que ahora quedaba muerto en el frío suelo, se ahogaba y no pudo aguantar de pie... la gente pasaba del tema, vieron sufrir a alguien ante sus ojos y pasaron de él como de cualquier perro callejero.

martes, 20 de diciembre de 2005

Un domingo cualquiera

Es un shock, uno no está preparado para encontrarse a las ocho de la mañana y saliendo del Cercanías a Alfredo Landa. Lo siento, pero es muy fuerte. Dudas sobre si esa cosa gordita, en su ancianidad, es o no la celebridad que tanto te encandiló en las aclamadas El cateto a baborreposiciones de "Cine de barrio". Pero no había excesivas legañas en mis fosas ojeriles. Era él, the man, con otra ancianosidad de la mano volviendo de conocer algún diagnóstico del hospital. No pude hacer más que andar hacia mi destino con actitud perpleja escondiendo tórpemente la erección. Cuando llegué a la clase conté la anécdota con la emoción que se merece, obteniendo un lamentable "¿y ese quién se supone que es?" en el mejor de los casos. ¿Comunicación audiovisual? Dios santo... ¿No habría sido mejor peluquería? Claro, que no les culpo... Con Parada "Cine de birria" tenía su encanto, ahora con la obejita-Lucero-la-más-bonita-la-que-yo-más-quiero a ver quién es el guapo o la guapa que se traga el chorongo...

Pero más fuerte aún es entrar en la Fnac y toparse con... ¡Ignatius!, así..., de frente y sin avisar. No, no y no. El chimpancé con chupaNo se puede aguantar. Y lo mejor, leyendo un libro de fotografías de Bob Dylan. Oh, sí... Viviendo en Madrid tienes que aceptar que te codeas con lo más alto del cine y la televisión, catetos a babor y chimpancés con chupa a estribor, leidis an llentelmenes de los pies a la cabeza. Por no entrar en el tema Vigalondés, amigos... Salir con orinal de casa, creo que me voy haciendo a la idea...


PD: Por cierto, ahora que sale Nachete de por medio (nunca me es dificil sacarlo a relucir, como ya sabréis, bloggeros míos), os tenéis que descargar su último corto: CHOQUE. ¡Una nueva obra maestra!

domingo, 18 de diciembre de 2005

Hoy no soy

El ayer, el mañana, y entre medias yo, que ni pincho ni corto, sólo estorbo... Estorbo a quienes vienen y van, aquellos que parecen llegar tarde siempre a su cita con el ahora. Son mis iguales y sin embargo tan distintos. Hoy no soy.

Me aposté con el ayer el mañana, y resultó ganar el después. Me hice nombrar el impaciente cuando sólo era un día, el hijo de antes del pasado más reciente, ya que ni ayer ni ahora ni nunca viviré en el presente. Hoy, definitivamente, no soy.

sábado, 17 de diciembre de 2005

Malabarismos sexuales

Aún jadea. Se estremece de placer. En el pecho, su corazón palpita de manera escandalosa. Cada segundo consumido anota un nuevo suspiro, como la que quiere más, aún a sabiendas de que es imposible que exista ese "más".

Momentos antes, la sintonía que reinaba en el ambiente era la del vaivén de dos cuerpos acompasados; sudorosos, desnudos, unidos carnalmente. Frotándose, abrazándose, enredándose y ensuciándose. Azotes, salvajismo depravado... malabarismos sexuales en general. Un festival erótico entre cuatro paredes. Todo valía unos momentos atrás. Cuando los golpes de los barrotes de la cama hacían saltar el gotelé de las paredes resonando en toda la habitación, en todo el edificio...

Por eso aún jadea, porque trata de asimilar todo lo que ha sentido. Podría parar su corazón y morirse ahora mismo, pues sabe que nada ni nadie en el mundo lograría hacerla sentir así, nunca más... Y lo haría..., si no tuviera que llevar al colego mañana a sus hijos. Así es que, apagan la luz (imagino), se dan un piquito y las buenas noches, que ya habrá más natillas mañana. Sí, amigos, mis vecinos son unos cachondos.

viernes, 16 de diciembre de 2005

Adivinanza Vol. 2

¿La verdad? No la conozco. ¿Ovarios tiene? Pues mire usted, jamás pregunté. ¿Unión... hay? Menos podría yo tener que contar. ¿De dónde es? De allá por donde dormitan ángeles y sueños, pienso yo. ¿Está aquí? Pues no, por imposibilidades cardiacas, sepa que estas cosas no son de fácil control. ¿Se escribe con ella? Escribo, sí, pero no le llegan por carta mis escritos, léalos y dígame qué le parecen, hágame el favor.



¿Quien es?: Sepan que de mayor vasculas sin caricias. (Pista de cierta utilidad)


Perdonen la falta de sentido.
V_1.0

jueves, 15 de diciembre de 2005

Uy, sí, qué bueno es Payne

Quién se ha pensado que es. Con sus adivinanzas de entrepierna, sus dramas amoriles y sus depresivas jornadas. Me meo en todo eso. Que llame a Eva de una maldita vez o le pego un tiro yo mismo, porque el día en que mande mis jachondeces de parvulario y mi filosofía barata a paseo y me hunda en la tristeza y desesperación habrá que recomendar entrar con pañuelo y orinal en el blog, nadie sale vivo de aquí*.

¿Quién se ha creído para abrirnos los ojos? ¿Qué necesidad teníamos de ver la de mierda que hay en el mundo? Yo no quería verme reflejado en muchos aspectos, ni saber que siempre se puede estar peor, ni que hay un África con niños muriendo dentro de cada uno, ni lo que hace la sociedad con uno, o a veces los que en teoría más te quieren... No quería saber que los daños del corazón son irreparables, que hay cicatrices donde antes no las había, que uno mismo puede ser tu peor enemigo..., que por muy grande que sea el paraguas, la mierda seguirá salpicando. Y es que el mundo es una mierda. Unas veces la olemos, otras no.

Para los que no la huelen, aquí está Payne.

Últimamente tengo ganas de ir a pegar tiros y triturar vísceras. Uy, sí, qué bueno es Payne. A ver qué coño hacemos cuando no tenga placa base**, cuando no esté entre nosotros. A ver qué cojones hacemos el resto...


* Calamaro powa.
**Chiste privado.

miércoles, 14 de diciembre de 2005

Puente y muerte

Llegado a la conclusión de que no puedo amar, sentir o padecer, joder... me veo acabado sin cantar y a pedir, yaciendo solo bajo algún puente perdido sin el apoyo de religiones que nunca tuve y a las que nunca he pedido que convenzan siquiera uno de mis lóbulos.

Escucho entre palabras el sonido de un piano que no suena bien, un tambor de himen roto, un vaso de plástico partiéndose mil y tres pedazos... el latir de corazones sin sangre azul, roja o gris que se compadezcan, alzandose entre risas con pena, con lágrimas de pega que pesan en sus ojos.

No estimo oportuno el final con esa escena, hago hincapié en el siguiente fotograma... escucho de nuevo ese piano malsonante, como cualquier palabrota, como cualquier anécdota pasada contada por historiadores de mal olor y voz rota que cautiva los sentidos y percibe el dolor en el paladar.

martes, 13 de diciembre de 2005

Adivinanza

Trazo oes borrosas mientras juego con el humo de un cigarro...


“Produce risa si le ves, da miedo al conocerlo, nunca acaba de pensar, malpiensa ante la adversidad, escupe al suelo sin angular, no sabe al saber, ni conoce patria que lo alumbró, duda ante cualquier elección... no tiene dinero y se acomoda procurando no estorbar”

Solución: Payne
Perdón por el pesar

lunes, 12 de diciembre de 2005

Post-it

Tras una larga despedida con el resto de amistades, nos dirigimos, previa subida de escaleras, hacia distintos destinos por un camino parecido. Me paro a mirar un curioso desagüe adornado con puentecito que co-presidía la plaza. Iniciamos una conversación a raíz de tener clara la posibilidad de ver niños partirse el cráneo dada la escasa o inexistente seguridad... nada mal como inicio. La charla se vuelve más compleja, fusionando paranoias varias con seriedad y rigor.

Poco a poco vamos notando como el frío con sus “snifs!” resonantes y sus tiriteras dentelleantes, va calando hasta los huesos, pero nos importa poco, joder, estamos hablando. La densidad y el minutaje de la tertulia toman un valor de cierta importancia, tras algún saludo y despedida aislados, decidimos que nos han ganado la Hora y el Tiempo: llega el hasta luego.

Marcha ahora a donde debió llegar hace unas horas, y alegrándome de que no lo hubiera hecho sonrío.

Cazo un cigarro y lo enciendo entre pasos contados. Ella entra en su casa... a mí aún me queda camino que andar.

“Nos vemos en los bares”... rezó mi memoria.

domingo, 11 de diciembre de 2005

Once de diciembre: fun, fun, fun

Este puente hacia la jubilación ha estado plagado de matices variopintos. Desde confesionarios calenturientos hasta Tim Robbinses de marejada alta. Y tras tanto día de vagancia las luces de la ciudad anuncian que ya es Navidad, así que..., buenas noticias, amigos: ¡La felicidad llega a nuestros corazones! Será mejor que no nos pille desprevenidos, el impacto sería considerable. ¡Sacad el pavo! ¡Arreglad ese pelo! ¡Vamos! ¡Esas caras! ¡Que se note que es Navidad! Hay que decorar la casa, llamar a hermanos, tíos y vecinos, poner el árbol, el belén... Porque... ¿Habréis comprado ya vuestro nuevo niño Jesús, no? Vamos, tirad ese Jesusito viejo y roñoso, conozco una tienda en la que está en oferta, y si compras dos niños Jesuses te regalan un buey y un pastorcillo (la Virgen está agotada*). Es una ganga (se lo quitan de las manos, se lo quitan de las manos).

Algunos momentos aclamados por el público:

- Por el amor de Dios, ¿quieres afeitarte de una vez?
- Sonríe, ¡foto!
- Si te estuvieras quieto...
- Habrá salido borrosa, saca otra.
- ¡No! Espera que me...
- Aaaahora sí. Sí, sí, sí... ¡Ja, ja! ¡Mírate!
- Borra esa puta mierda.
- ¿Alguien quiere más carne? Voy..., voy a la concina... ¿Traigo algo?
- Vamos... No te toques la nariz...
- Quiero irme de aquí.
- ¿Has dicho lo que creo que has dicho?
- ... no.
- A ver, ¡silencio! ¡Silencio todos, que viene el abuelo!
- Has engordado...
- ¿Dónde está mi dinero?
- ¿Has sido bueno?
- ¿Cuándo?
- No me cabe ni un guisante...
- Pues ahora viene el postre...
- Siempre hay sitio para el postre.
- Nos hemos tirado toda la tarde batiendo huevos.
- ¿En serio?
- Deja de tocarme.
- Lo pillo.
- No abras..., no... Oye, no abras ese cajón...
- ¿Qué hora es?
- Todo en su momento, pichoncito.
- ¡Un brindis! Porque nos volvamos a ver el año que viene.
Chin-chin.
- ... no vaya a ser que coincidamos en primavera...
- ¡Cariño! No pienses en voz alta.

Pero la nieve aún no ha caído. Nada está blanco por el momento. Estoy confuso... ¿Cuándo debo empezar a sonreír? Cuantas más luces haya, más corresponderé al bien social con una amplia sonrisa. ¿Es así, no? Estoy desentrenado...

- Hacía ya un año... Es normal.
- Shut up!
- Eh, eh... En espanish... Jo, jo... Esos humos...

¡Ah! Y no lo olvidéis: no compréis regalos, comprad con ellos.


* Chascarrillo con múltiples lecturas. Mi mejor chiste en días.

martes, 29 de noviembre de 2005

De imposibles

Sin saber que decir o que contar
Sin poder hacer o hablar
Solo poder pensar
Que el tiempo perdido
Jamás podré recuperar…

Dedicarse a oír ruido
Sin escuchar lo que hay detrás
Es el destino de este crío
Resignado a la oscuridad

Esos ojos claros que ya no saben brillar. Esos labios que olían a fresa. Ahora son solo un mero recuerdo, y nada más. Esas manos largas, y arañadas hoy mucho más, me saludan con desprecio, ofreciendo solo alegría, y triste verdad…

En un amargo letargo llamado soledad cae el martillo de la esperanza en forma de luz, e inmerso en la áspera oscuridad de las rejas que me impiden respirar, asoma un haz revelador que, confundiendo su naturaleza, en vez de iluminar, actúa ennegreciendo aun más lo imposible que es ya oscurecer la oscuridad, pues si la oscuridad es oscura, con esta luz lo es aún más…

Este frió hace arder mi alma
Este calor congela mi corazón
Pero he de estar en calma
O sucumbiré a la tentación…

Ese nombre que me conmueve
Esa risa que no se atreve
Si no te veo en mi alma llueve
En mi pesadilla breve…

La locura del que escribe
El pensamiento del que muere
Esto siempre vive
En el alma del que espere

Con este gesto me despido, dejando como legado los despojos de una corta vida marcada por la desdicha y el odio a la sociedad que se oculta bajo las chinescas sombras de la mal nacida mentira que me quema desde dentro como el ácido…

Esa luz que me ciega
Ese reflejo que me azota
Tu sonrisa se pliega
Y mis ojos explotan…



Tus rojos labios, que nunca a los míos se acercaron; tus claros ojos, que nunca me miraron; tus frágiles manos, que jamás, me tocaron; tus largas piernas que nunca me rodearon…

domingo, 27 de noviembre de 2005

Paquete con paquete

No es ducho en la materia que practica
Pero ella sabe que es el más requete
Se meten de todo en la rebotica
La cosa del paquete con paquete

Bayonetas con mucho sentimiento
Se trata de acabar el crucigrama
Apostando por letras sin descuento
Quien ama reblandece la mojama

El tusa de mi vida que he perdido,
Que ha decidido anclarse en otro puerto,
Lo gana una jachonda empedernida

El la tele ha salido un tal Cupido
Entonando: "Españoles, Bayo ha muerto"
Aunque yo sé que ha ganado una vida



PD: Soneto a la atención de Bayo y Tere. Lo escribí, amigos, con el saborcillo amargo del 20N. Perdonen la fecha.

sábado, 26 de noviembre de 2005

Homicida

DISPARA, JODER, DISPARA!! Coge la pipa y sal a la puta calle, APUNTA al cielo, APUNTA a suelo y edificios. DISPARA a los biandantes, DISPARA a las piernas, a brazos y cabezas. DESPEDAZA intestinos, carne y huesos. REBANA intestinos y sesos. COME de ellos sus restos. HAZ tiro al plato con sus dedos. PISA cual cigarro sus ojos. ESCALDA sus cejas y su pelo. HUELE a muerte y no lo niegas. REVIENTA cráneos sin excesos, vísceras de lleno, cócteles en pleno, REVIENTA reinventándote a tí mismo convirtiéndote en un ser que profetiza en el abismo. ACABA con tus sueños y delirios, en el suelo abatido, derrumbado por un tiro, agonizando entre espasmos. SUFRE como no lo has hecho nunca, SUFRE porque lo mereces, MUERE desmenuzado entre gritos, ARDE quemado ante las masas.


V_1.0

viernes, 25 de noviembre de 2005

Vacío

No eres nadie. Y lo sabes porque al mirarte al espejo sospechas del que tienes en frente. Paseas por la calle, solo, sin más compañía que unos gatos maullando ferozmente entre ellos y algún pacífico perro que merodea por la zona con el rabo entre las piernas. Al pasar por los callejones las luces parpadean o se apagan a tu paso... Miras un charco y sospechas de quien se refleja. Acabas entre haces de luz, en una calle iluminada sin parpadeo alguno mientras caminas recto por un tramo sin sonidos, sin gatos y sin perros. Observas tu sombra y sospechas de ella hasta que desaparece. No entiendes por qué has salido, por qué estás ahí o por qué sigues pensando... vacías tu mente, abres tu puerta... y soñemos que esto era un sueño.

miércoles, 23 de noviembre de 2005

Jodo que si jode

Aquí me hallo, a las 9:35 de la mañana (dos horas más tarde que aquel post) en la sala de informática de mi queridísima Villanueva. La huelga de Renfe hace estragos entre la inocente población, y yo no soy más que una víctima (estudiando para ascender a fashion victim) de esta maravillosa faceta ferroviaria, hasta hace poco desconocida para mí. Básicamente consiste en que cada cercanías pasa cuando le sale de las engrasaduras y tarda en llegar todo lo que buenamente pueda. Depende de cómo se levante la locomotora. Y este cachondeo, hace unas semanas oficial, acaba por irritar a más de uno (que ya se levanta bien caliente como para que lo pongan al "baño María" en plena Atocha). En concreto yo estoy desarrollando una mala hostia desconocida en mí por las mañanas. Sí... Todos, o casi todos, tienen malas pulgas por la mañana, pero mi ensoñación andante mañanera me evitaba mostrarla al gran público. Sucesos como el de hoy hacen olvidarme del sueño apostando por la cara de pocos amigos (tres o cuatro). Y me diréis "este tío exagera", pero cuando uno se levanta a las siete menos algo y tarda dos horas y media en llegar a pegar su ano en la silla de la facultad... jode. Jodo que si jode.

Para colmo, el cachondo de la estación no quería justificarme los casi cincuenta minutos de retraso (él sí que tenía un buen retraso) alegando que tan sólo habían sido quince jodidos minutos... No me toques los seminales, no me los toques más...

jueves, 17 de noviembre de 2005

Maremotos verbales - Vol.7

El lunes, por vía telefórnica:


Marcos
Las tías suelen tener mini-lorzas, y cuando se arrugan salen.
Bayo
Tere no tiene mini-lorzas, tiene abdominales.
Marcos
¿Qué me estás contando? ¿Sí?
Bayo
Sí.
Marcos
Eh... bien.
Bayo
Tusa, que yo también tengo abdominales, pero están debajo de la grasa.


INFO:
Juanete defiende que todo el mundo tiene abdominales.
De esto sabe un huevo, tiene un minigimnasio en la cuadra de los caballos.
Para ilustres las lorzas de mi Payne.

martes, 15 de noviembre de 2005

Otra trágica mañana

7:35 de la mañana. Hoy hago una excepción y dejo la radio encendida. Generalmente hago caso omiso de las ondas, nunca le tuve especial afecto a la cosa radiofórnica. Suena el despertador de la radio, lo apago. Suena el despertador del móvil, lo apago. Salta la radio de nuevo y... la apago. Así he funcionado desde el primer día de clase, pero hoy se me ha pasado.

No sé por qué demonios, ahora que aparecen unos lejanos síntomas de resfriado en mi ajetreado organismo, el agua de la ducha parece salir más fría que nunca. Y mientras me jabono entre lágrimas oigo el murmollo de los tertulianos radiofórnicos (qué ganas de apagarla, pienso). Decido cortar de cuajo con la tortura que está significando ducharme con agua que no llega a calentar lo suficiente y busco desesperado mi cálido albornoz, pero no es mi día, todo parece recién salido del congelador. Agito con desenfreno la toalla en mi pelo con la intención de secarlo y al mismo tiempo despertar mis amodorradas ideas, pero me quedo sopa con la cabeza entre las rodillas (ya va haciendo falta limpiar este jodido suelo, me sermoneo al recobrar el conocimiento).

Bien: hora de los potingues. Considero que es el momento idóneo para ver, o mejor dicho escuchar qué se cuece en la emisora que tenía puesta como banda sonora de fondo. Y... cuán grande es mi sorpresa, queridos tusas, al comprobar que la sintonía que hacía acto de presencia en aquel preciso momento ¡era de la COPE! Válgame el señor (nunca mejor dicho...). Si viérais a un servidor salir corriendo medio en pelotas a apagar semejante aberración para el oído habríais muerto de la risa seguro. Pero tranquilos, no nos pongamos nerviosos... Resulta que yo la radio sólo la empleo como mero instrumento abreojero mañanero. Ningún día había coincidió que aguantara con ella encendida ni cinco segundos y no sabía que la ruedecita la tenía en aquella odiosa frecuencia.

Menudo fachoso y religioso susto, amigos. Ruego no me lo tengáis en cuenta... No volverá a pasar... Seguid leyéndome, por favor...


Vigalondo haciendo el Vigalondo


"...será el café, será la tostada,
será la mantequilla o será la mermelada,
el periódico quizás, quizás sea el crucigrama,
el susurro de la radio, el chin chin de las cucharas..."

lunes, 14 de noviembre de 2005

Rollo bomba

Hay días en la vida de un hombre en los que tienes que tomar decisiones. Rollo bomba, amigos...

Iba yo tan risueño el jueves pasado campando a mis anchas por la estación de cercanías del archiconocido Ramón y Cajal, ajeno por completo al delicado momento que me esperaba y silbando mi melodía favorita. Cuando llega el tren cojo asiento, me engancho los cascos y relajo mi mente, saturada ella tras un día completo dedicado a los estudios. Hora: 18:45. El caso es que, y aquí viene el asunto asuntoso, me voy a sentar al lado de unos pintas, dichoso mi sentido arácnido. Los tipejos eran dos, sentado uno enfrente del otro, y desprendían ese olor penetrante del que lleva siete días sin dejar que una gota de líquido elemento se deslice por el cuerpo. Pero mi crispación no comenzó a hacer acto de presencia hasta que decidí bajar el volumen de mis Dire Straits. El dialecto empleado por ambos dos me hizo deducir que no eran ni de Madrid ni de Torredelcampo. No... Aquel "abbda-ja lemalejum ajamasajame" o era gallego muy cerrao o era talibanés de las tierras altas. Oh, sí... un par de moros, vaya. Me dije "arde París, no Madrid" y volví a subir el volumen. Pero mientras la música resonaba en mis oídos, mi quijotera no paraba de darle vueltas a aquellos dos sujetos olorosos. Proxima parada: Chamartín.

El tren para, y no que van estos dos y se bajan en la famosa estación dejando todo su equipaje en el vagón... Vagón el cual viajaba lleno, pues se dirigía a Guadalajara. De buenas a primeras me veo allí, sentado justo al lado de todos los bártulos que habían dejado diez segundos antes. El tren continúa parado y los ocupantes empiezan a especular. En concreto la pareja que hay de pie a mi izquierda. "Mira todo lo que han dejado", dice la una. "Pues hay mochilas en la parte de arriba también", dice el otro. Acto seguido deciden abandonar el vagón. "Por si acaso, cariño", "¿significa esto que no habrá polvo?", "¡significa que será más tarde, corre!".

¿Qué hacer? Se me nubla la mente. Mark Knopfler con su "Tunnel of love" en mis oídos, un vagón lleno de gente en el que todos miran con caras extrañas las bolsas y mochilas moras que tengo a mi alrededor, una estación de renombre y un motor que parece no arrancarse nunca... Amigos, os aseguro que letras gigantes a todo color pasaban por delante de mis ojos, y no era "salsa agridulce" lo que rotulaba el bueno de mi cerebro, sino "M-U-E-R-T-E". Me levanto y me acerco a la puerta, abierta de par en par. Dudo si salir y me pregunto ¿hacer el ridículo o arriesgarme a bañar con sangre las limpias paredes de Chamartín? Todos sabéis que me va la marcha del ridículo... Cuando me decido a bajar veo que los dos morosos se encuentran fuera echando un pitillo. Al momento suena la sirena de aviso y antes de que se cierren las puertas sueltan el cigarrillo y se meten a toda prisa. Los moros ocupan su localidad, el tren arranca y todos vuelven a entablar conversación. Bien, Marcos, ¿alguna otra genial idea?, anuncian por megafonía.

Descartando totalmente mi teoría sobre la posibilidad de engrosar la lista de fiambres en una nueva masacre madrileña me dispongo a volver a mi reposaculos, pero advierto que un gordo seboso se ha beneficiado de mi fallida huída y ahora me sonríe en medio de ese montón de bolsas marroquíes. Mientras trago saliva me busco un hueco donde acoplarme. Queda un largo camino hasta casa...

"Like the spanish city to me... when we... were... kids..."
Con las botas puestas

jueves, 10 de noviembre de 2005

Un hecho insólito

Una historia ya algo caducada, pero que merece ser contada:

¿Qué probabilidades había? Resulta, amigos, que a la vuelta de mi último viaje a Jaén en plena estación de Chamartin, a las virgen y media (las nueve y pico, vaya) y en mitad de la gente me encuentro con... ¡Patri! Ese... tipo que nos dio alimento y cobijo a Ramón y a mí en los días leoneros de este verano. El "vamos, no me jodas" es prácticamente instantáneo. Es decir, me encuentro con uno de León en una estación de Madrid viniendo yo de Jaén y en horas sospechosas. Toma tomate (tómalo). Acto seguido continué mi tortuoso camino hacia casa cargado con una mochila con un par de camisetas y una bolsa de cinco toneladas y trescientos gramos repleta de comida y utensilios variados (dícese de tapers, cosos de limpieza y demás blandiblús).

Dicen (o más bien me ha dicho mi padre) que en Madrid no te encuentras con nadie que conozcas, que puedes tirarte toda la vida allí y nunca coincidir con ningún amigo en algún sitio a no ser que sean del trabajo o el barrio. Él, mi padre, sólo coincidió una vez con un amigo en una exposición de vete tú a saber qué cosa, y lo cuenta en plan anécdota.

Bien, yo ya he coincidido con alguien. Alguien sudapollil, sí... pero es un comienzo.

lunes, 7 de noviembre de 2005

Maremotos verbales - Vol.6

Tren de vuelta a Madrid, hace dos semanas:


Paula
Te voy a poner una canción... espera.
Marcos
Venga.
Paula
Mmm... ¿Puedes mirar p'allá durante vario tiempo?
Marcos
Sí, claro... Y más.


INFO:
La canción en cuestión era de Iggy Pop.
Triunfo absoluto de "Romeo and Juliet" versión Alchemy.

domingo, 6 de noviembre de 2005

En amores me baso

Extraño la galaxia de universos y mundos que abarcaba el corazón, hecho en falta las horas de ensoñamiento y pajas mentales en las que tonteabas con falsas esperanzas o, si tenías suerte, con alguna que te correspondiera. Este es un mundo frío... en el que no hay sitio para los viejos triunfadores en faenas incontables. No hay salida para esta carrera que he elegido... ¿Cojo otra...?, bah!, paso. Me conformo con lo que vivo: amores que no acaban de cuajar, o royetes que emigran hacia otros labios que ahora no son los míos. Ya llegarán otros, y con algún sentimiento de grado superior, espero.



Te hecho de menos... ¿Dónde estás, corazón...? Que le den por culo a Antena Tres, me voy a la cama.

El mejor en algo

Me esfuerzo por serlo, aunque no lo consigo. ¿El más rápido?, espero que no. ¿El más inteligente?, ojalá. ¿El más friki?, paso. ¿El mejor en qué, entonces?. ¿El más depresivo?, muy lejos quedo de primeros puestos que yacen bajo tierra...

Dudo si merece la pena ser el mejor en algo, destacar, salir del tumulto por medios propios... ¿o acaso pienso esto por consolarme a mi mismo y no sentirme tan triste y decaído? Últimamente me hago demasiadas preguntas. Ahora que lo pienso quizás no sea lo mejor, me conformo con enrolarme en la lista de la gente que intenta mejorar. Crecer y desarrollarme como mejor pueda. ¿Será lo mejor...? Me cago en las preguntas retóricas.

La zapatería de la esquina

Cada día espero a un amiguete para ir al instituto, y da la casualidad de que el sitio en cuestión se encuentra justo enfrente de una zapatería en la que, a diario, se encuentran pequeños y grandes grupos de señoras y no tan señoras, me refiero a chicas jóvenes, claro. El asunto es que desde que quedamos ahí mi compañero y yo, me fijo en lo social que puede llegar a ser la gente. Por ejemplo, una mujer que se para en la zapatería se dedica a lo típico, mirar un par de zapatos que la cautiven totalmente, pero justo al lado, una pareja de amigas que hacían lo propio en un escaparate de este tipo, entablan conversación con ella acerca, como no, de los zapatos. Charlan largo y tendido acerca de rozaduras, achaques en los pies... y yo jamás hubiera imaginado antes de escuchar esa conversación la cantidad de destrozos que a la corta edad de la pareja, pudieran tener en los pies. Más que pies, según excesivas descripciones, cualquiera entendería que tenían un par de ancianos achacosos al borde de la extremaunción.

La sociedad de los escaparateros es muy extensa, siempre hay alguien que se presta a mirar alguno por el simple hecho de mirar. Es como buscar un rollete en un botellón, te hartas de mirar, por todos lados, pero al final no te llevas nada a casa. Siempre está el típico colectivo en el que me incluyo, que fantasea con comprarse miles de cosas, a cada euro en el bolsillo, más caro es aquello a comprar... Es algo inevitable, un impulso diría yo. Sin embargo, o por lo menos es lo que a mí me ocurre, siempre que voy a buscar algo que necesito, no está, no queda, o simplemente ni lo miro porque no lo recuerdo. Pero lo curioso es que en mis extensos paseos por la ciudad, y sin intención de comprarlo aún... ¡había! ¿Qué hacen con lo que se quiere comprar?, ¿lo esconden cuando se enteran de que hay alguien que lo quiere?... no lo entiendo. Aunque si el universo que envuelve los escaparates es muy extraño... entrar se vuelve en algo insólito.

¿Quién no ha hecho alguna vez sus veinte minutejos esperando en una cola? ¿Y unas horillas en alguna tienda buscando algún regalo adecuado? ¿A quién no se le ha colado alguna adorable ancianita con la excusa de hacer tan sólo una pregunta y no comprar? Todos sufrimos alguna vez estos percances... y los que nos queden por pasar.

Que disfrutéis al pasear, y si os aburrís por el camino ya sabéis, están ahí para mirarlos... otra cosa es comprar.

viernes, 4 de noviembre de 2005

Certificado de calidad

Talking to me?Amigos, hagamos este chiringuito algo más interesante para el ojo humano, me he dicho...

Recientes lecciones de fotografía y cierto interés por explorar un programa de edición fotográfica me han hecho descubrir un sin fin de posibilidades para hacer una fotografía algo más apetecible. Así es que, churreteando, he hecho mis pinitos con fotos chorras... Y el resultado propongo que lo vayáis viendo en cada post nuevo (si eso). ¿Un fotoblog? No creo que me de a mí ahora por eso... Más que nada es que no tengo suficientes fotos como para poner una en cada post, por lo tanto se quedará todo en un vago intento de fotoblog, o lo que es lo mismo, una manera más de satisfacer mi ego regalando gratuítamente fotos edulcoradas y faltas de sentido alguno.

No creo que tengan mucho que ver con el contenido del mensaje en sí... De hecho voy a asegurar que no pegarán una mierda con lo relatado. Pero ahí quedará el intento y que me quiten lo bailao. Por otra parte... Quizás me anime a dejar unos audios de vez en cuando, aún no sé sobre qué ni para qué... Es sólo una vaga idea que dejo en este post para autorecordármelo cuando lo vuelva a leer.

En fin, que voy a intentar darle una nueva vuelta de tuerca a esto, un "certificado de calidad" o "aliciente sabrosón" para que hagáis más clicks de los habituales. No porque lo necesite, sino porque me ha dado por ahí. Sí, amigos... hay gente que se aburre...

miércoles, 2 de noviembre de 2005

Sabazos mentales

Tengo ganas de hacer la sucia competencia y conseguir algunas risas como las que se consiguen en "maremotos verbales"... vamos a ello.

La verdad es que hay ciertas ocasiones en las que no nos damos cuenta realmente de lo que decimos, vemos lógica a lo que no la tiene, entendemos lo que decimos y creemos que quienes lo escuchan también, y esto, amigos míos, es un gran error en el que soy experto (por cometerlo).

No te lo recuerdo pero acuérdate de leer todas las preguntas.
Ponte entre yo y mí
Estás calva por dentro
Mi rodilla es un huevo de pato
Vamos a ahogar a los barquitos
Es como tocar una cuerda sin guitarra
Eres metible
No es que mueva los ojos, es que tiene expresiones en la cara
Aunque os parezca mentira no es verdad
Es como una cama de semimatrimonio
Como macrobesos pero en macropolvos
Huele al cobre del hierro de la hemogoblina...
PD: A pesar de que todo pueda parecer un sinsentido, o una gilipollez de gran tamaño y magnitud, se puede ver pensando mucho que algo de sentido tienen todas las frases... todas son reales, y tienen su contexto. ojalá hayais disfrutado con ellas.

sábado, 29 de octubre de 2005

Ceniza

Cae la ceniza sin presión ni rumbo
Logrando extraños dibujos en su chaqueta
Un fantasma más en la noche
Sin equipaje en la maleta

Cae la ceniza bajo una nube de humo y vaho
Tanteando la densidad del viento
Elude preocupaciones con caladas
Matando el olor de su aliento

En su oficio
Todos juegan con vicios
Aunque no… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar

Cae la ceniza del último cigarrillo
Aportando color a la acera carcomida
Pensando en la nada, en cómo llegó allí
Un cúmulo de estímulos suicidas

Socio vitalicio
Sin ningún beneficio
Pero no… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar

En su oficio
Todos juegan con vicios
Y no… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar

No… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar


A Ramón

jueves, 27 de octubre de 2005

El pastel que nos parió

A veces una relación llega a un punto en que resulta íntima hasta la médula, se crea un vínculo que parece indestructible. Pero descubres que no es así, la verdad es bastante más dolorosa y te deprimes por ello. La comprensión mútua resulta ser creada sólo por tí, te la imaginabas haciendo que todo fuera más fácil, sin dejar que reaccionara todo como debiera realmente. Te ves traicionado por tu estúpida mente que reducía todo al mismo algoritmo mágico que hacía que todo fuera tan degradantemente fácil. Das una calada más, mientras aspiras de aquel aire amargo que contamina... reflexionas y ves que si pensabas que era lo correcto, ahora ves que no. Te sientes estúpido por dar pie a lo ocurrido sin saber a quién o a qué acudir. Optas por mandarlo todo a la mierda y dejar que tome su cauce real, para hacerte a la idea que lo que debió ocurrir desde un principio. Sorprendido descubres que tus muestras no sirvieron de nada, el virus que se extendía no sólo lo propagaste tú. Y aunque te relaja el saber que las cagadas normalmente no son de uno, sino que intervienen todos los que comen del pastel, te dolía enfermizamente todo lo que estaba ocurriendo.

Has aceptado que la guinda la degustas sólo tú... pero el mazapán se lo come otro.

martes, 25 de octubre de 2005

Fast food

Son éstos días de mucho ajetreo en la gran ciudad. El vaivén del tren se alterna con el ritmo de la música de mi mp3 desde por la mañana hasta entrada la noche. Y en medio de tanto estrés, de tanto agobio y movimiento, está mi estómago, que, como cada día desde que mi madre me puso en este mundo, ruge a elevados niveles auditivos pidiendo su dosis de comida correspondiente.

No puedo perder el tiempo cocinando. No puedo ni pisar la casa teniendo una agenda tan asfixiante. ¿Qué hacer en estas ocasiones? Generalmente habría llorado en alguna esquina comiendo un bocadillo recién fabricado gracias a la incursión de mi menda en alguna charcutería con buen olor de por la zona, pero ayer no fue el caso… Mi nariz dio con un sitio que no frecuentaba desde antaño: un McDonalds. Sí, amigos… La llamada “comida basura”, la “fast food”, hacía ding-dong e iluminaba la bombilla en mi cabeza, y no fueron muchos los reparos que tuve mientras cruzaba el hall de la famosa hamburguesería para enfrentarme de lleno con mis principios.

Asombrado contemplé los bajos precios del local, el cual proporcionaba comida en abundancia desde tan solo dos euros. Me dije “¿por qué no?” sin pararme a pensar en el “¿por qué sí?” y pedí lo mío: material grasiento para alegrarme el día. Porque vive dios que disfruté comiendo aquello… Y mientras me zampaba con desenfreno el jugoso trozo de carne empapado en ketchup y las patatas tamaño extra, me paré a echar un vistazo a las mesas circundantes: cinco o seis individuos, a cual más grande. Sus barrigas chocaban contra la mesa y el sudor recorría sus rostros cuando se relamían los rechonchos dedos. De repente miré fijamente mi colección de patatas bañadas en salsa barbacoa... Y he de admitirlo, me gustó la experiencia de volver a comer basura, me considero un amante de toda esa porquería tan deliciosa, pero por nada del mundo me gustaría volver a pesar el tonelaje que en mi adolescencia llegué a tener. Como ex obeso rehabilitado e insertado en la sociedad, me veo en la obligación de renegar de todos estos placeres comestibles. Mi conciencia nunca miente, creedme. Y… Echando la panorámica de nuevo a la bandeja que ante mí reposaba… Os lo vuelvo a repetir. O no… Mierda... ¿De verdad era tan perjudicial todo aquello? Gotas de aceite resbalando por el mantelito, patatas en abundancia, una carne que dejándola al aire el tiempo suficiente se convierte en material tóxico y una garrafa (porque no se podía considerar vaso) de coca-cola. “Esto es vida”, pensé mientras recogía mis enseres. Y qué gran dilema me provocaba el que tanto me gustara cada uno de los productos del odioso lugar.

No volveré a ese maldito infierno tentador en mucho tiempo. No pisaré las tierras del pecado para que me vuelva a comer ese sentido de culpabilidad lejano que te queda mientras huyes del garito. Pero, muy a mi pesar, me temo que a día de hoy si tengo que elegir entre un entrecot cinco estrellas y la hamburguesa más perrillera de la historia, queridos amigos... Me quedo con la basura, la rica comida basura.

lunes, 24 de octubre de 2005

De cuando éramos dos VOL.2

-En fin, supongo que ya nos veremos, ¿no?
-Ya sabes, si no te llamo... ¡hazlo tú!
-Abrazo enternecedor, un par de besos en la mejilla, mirada de quien quiere algo más, último beso que hace de nexo... la espalda y un par de piernas que la acompañan-

Se quedó quieto, paralizado... se había despedido de ella. Había dejado su corazón en aquella esquina, en aquel vistoso portal. Dispuesto a andar, no sabía si dirigirse tras ella para olerla unos segundos más, o ir a su lugar de encuentro consigo mismo y dormir. Decidió no hacer ninguna de las dos cuando le pareció oir algunos pasos salir de aquel lugar... eran tacones. Una señora recatada y con un extraño bolso hizo aparición mirando de un lado a otro. Apartó su mirada de aquella extravagante visión y decidió seguir con el plan improvisado: buscar algún lugar donde refugiarse en la calle, probablemente algún banco acogedor que le adormeciera las piernas y pensar.

Pasan los minutos, han debido ser horas estando sentado... solo han sido unos doce minutos. Todo se hace más largo, todo se hace infinito. Volvamos a casa. En el camino todo le recuerda a ella, a esa tarde maravillosa con la compañía de su corazón. Y cerca de casa parece verla sentada desde lo lejos. La figura se levanta y se confirman sus deseos, la ve cerciorado y se lanza a sus brazos. La despedida duró poco y volvieron a sonreir durante unas horas, pero ya es tarde, hay que regresar al hogar... y el la acompaña como si no hubiera existido aquel paréntesis. Se repite la escena, se repite el dolor... la espalda y un par de piernas que la acompañan.

De nuevo paralizado, de nuevo en la esquina de aquel vistoso portal. De nuevo dispuesto a andar, sin olor y sin banco. De nuevo un camino que recorrer. De nuevo... sin el corazón puesto.

jueves, 20 de octubre de 2005

Maremotos verbales - Vol.5

En clase, ayer:


Profesor Antropológico
Esta chica... ¿Es hermana de su hermana?


INFO:
No se trataba de ninguna argumentación filosófica.
A día de hoy tengo dudas sobre si soy hermano de mis hermanos...
¿O lo serán ellos de mí...?

martes, 18 de octubre de 2005

Secretos de mi estado

La historia de la encriptación es la historia del mundo... los secretos están para ser desvelados, las puertas, para abrirse. Desde los inicios más lejanos de la existencia del hombre los secretos han estado ahi. Las tramas más oscuras siempre se han ayudado de mensajes ocultos, a merced de quien lo encontrase y lo supiera desencriptar. Hace siglos era la única forma de comunicarse de forma segura... escribir sin que nadie que lo leyera o supiera interpretarlo, y ni tan siquiera se planteara que lo que en sus manos tenía era el maquiavélico plan de asesinato del rey.

Ahora las encriptaciones son infinitamente más complejas, al igual que los métodos de desencriptación. Ya no nos conformamos con una seguridad estandar, y se pueden invertir millones en un algoritmo que cubra bien las pistas y no deje rastro alguno.

Es bastante triste ver, que la confianza pura en realidad no existe entre humanos. ¿Quién no ha sabido alguna vez que lo que contaba confidencialmente a alguien ha sido esparcido como un rumor? Todos hemos sido traicionados... todos buscamos el algorítmo de encriptación perfecto.

lunes, 17 de octubre de 2005

Mi post sobre la lluvia


Lluvia:
1. (del lat. Plubia). f. Precipitación en forma de gotas de agua de un diámetro mayor de 0´5 mm, que caen cuando el aire está en calma a una velocidad mayor de 3 m/s. La lluvia se forma a partir del vapor de agua contenido enla atmósfera.
2. Depresión suave.

domingo, 16 de octubre de 2005

Sin aire

Soy el discutible si, el no quizás positivo. El olor, resto de tus pasos, la carnaza que alimenta, la carroña.

La amistad que encierra el amor idiota. La pasión que colma el vaso. La gota de cristo. El afan por morir.

Ese quisiera ser el trato que hago. La firma de tu letra es la que falta para concluir el contrato de permanencia en mi mente, mi corazón.

Mi desesperación no se hace notar. El llanto silencioso del tormento que no trato de imitar. Los ojos del destino, las cuencas y su lagrimal. El estúpido ingenioso, la felicidad que pesa. Las gilipolleces con sentido y las heroicidades que salen mal. Todo son memorias de algo llamado pasado, y que habita en la realidad.

Vivir bajo un puente, a lo “something in the way”, malvivir de la memoria de los otros. Despejar las dudas entre escoria... poder pensar en paz. Lograr encontrar el sueño. Dormir, y hacerlo realidad. Esperar que te recoja tu dueño, llegar a la meta en un puesto de penas carcelarias, y no respirar más.

Antes que nadie

La batalla por los medios. Los anillos del pasado y del futuro. Los divorcios y reparos... Antes que nadie. Los recobecos de la guerra, los parches y remiendos de los días... las novedades, los grados... ¿la ley? aún nada.

La moda retro, las lámparas a cuadros, la falta de existencias y los cuadros esbozados sin ser original. La depresión falsa o lo sincero que no dejan mirar más allá. Los berridos inconscientes y quejidos ardientes. La memoria insaciable. Lo que me extirpaste ayer al romper. Me quitaste la pasta, la felicidad, la vida y el corazón, y no ayer, sino pasado. Digo hola como despedida porque ya no entiendo nada.... antes que nadie me pierdo, antes que nadie enloquezco, y Nadie se adelanta.

La épica epopeya que sucede como el que no quiere la cosa

En cuanto llegas procuras evitar la dispersión del grupo. Bajas y empiezas a oler el ambiente, lo oyes, lo sientes, pero sobre todo, lo hueles. La música retumba por doquier, y te regocijas al poder escuchar un extraño dúo entre Bisbal y a King África con un fondo fusión de reggaeton y música electrónica. Piensas en irte, pero alguien dice que mola, y tú, una vez más, te lo crees y le haces caso. Te unes con ellos al hilo de gente con dirección indefinida, cambias al más cercano, buscas uno que te acerque hasta la barra, pides una copa que te servirán a los veinte minutos si has tenido suerte y no ha tardado el barman en atenderte un minutaje similar. Ahora bebes entre codazos sin mancharte, he ahí el reto. Sales arrimándote a un nuevo riachuelo humano, tomas aire y vuelves a entrar a la corriente. Sacas el tabaco escondiéndolo, para que nadie abuse más de lo debido. Hurgas en el bolsillo y encuentras el mechero procurando no quemar a nadie siempre que el viento y algún cachondo que sople por hacer la gracia te lo permitan. Bajas el brazo para poder pasar entre el tumulto, miras el cigarro, y... si, amigo, está partido en dos gracias a varios personajes empapados en alcohol. Alzas la vista cagandote en algo más allá de las estrellas y buscas al grupo con el que venías... ni de coña. Tras una intensiva búsqueda y un determinativo análisis descubres lo que sospechabas: No tienes ni puta idea de donde se han metido, así que gastas tu saldo en llamadas que se limitan a un “Donde estás” y “No te oigo”. Dando un rodeo por curiosidad descubres que están ahí, señalándote como si fueses subnormal, moviendo la mano como con dando un reconciliador hola, y no te explicas cómo estando delante tuya, aparecen a diez metros tras de ti. Se ríen y te ríes, has gastado teléfono en una gilipollez sin sentido... que gracioso. En los pasos que das hacia tus compañeros comienzan a hacer aparición en escena los saludos, gastas tu mano en ellos, y descubres cosas como que las bebidas en plan Coca-Cola son pegajosas de cojones, prefieres poner más cariño a los besos que repartes a las féminas, ya algo pasadas de copas, pero siempre aferradas a los brazos de sus parejas, como si les fuera la vida en ello... se ve que han gastado saldo en ediciones anteriores. Llegas al lugar de destino, pides otra copa mientras ves como baila la gente, te da tiempo de sobra como para hacer la coreografía de las ocho o nueve canciones que han sonado mientras te la ponen. Ya eres algo más feliz: Encuentras tu broche final en forma de banqueta. La operación aparcamiento ha finalizado... o eso crees. No pasan ni 15 minutos cuando te avasallan con un plural “¿Nos vamos ya?”, a lo que respondes mentalmente “me cago en tó”, pero la realidad es más triste y te apuntas a la escapada. De vuelta al torrente, que ahora, aun siendo más tarde, no te dejas de preguntar cómo puede seguir apareciendo gente sin cesar, ni tampoco porqué los que conoces siguen teniendo las manos untadas en pegajosidad. Pasas de pedir más en las próximas barras a visitar, ya no por la agilidad al servir, sino por que bajaste con 20 euros, y ahora tienes solo dos... ese cero era tuyo. Cerca del final de la jornada esquivas a los que has saludado más de dos veces, parece que ya no recuerdan que te han preguntado en los saludos anteriores usando la frase mágica: “¿Y que tal?”, te aburre explicar de nuevo tu noche, y sobre todo, te deprime (ese cero...). Al oír las despedidas te emocionas, son cerca de las siete y media de la mañana... ha sido duro, y es al llegar a la cuesta final, que te parece infinita, cuando empiezas a andar cabizbajo, con un dolor de pies de la hostia, y pensando tan solo en destrozar tu cama al caer sobre ella. Tras una charla de escasa calidad, el grupo se va dispersando poco a poco, y ya no es por la gente, no, esta vez es porque van a sus casas, a descansar. Te despides del último en pie y cuando te das cuenta, entre “joder, como tengo los pies” y “Voy a dormir lo más grande”, llegas a casa con relativa velocidad. Sacas las llaves, abres la puerta, deshaces tu cama si es que estaba hecha y a prepararse para un nuevo día. Parpadeas un par de veces, te duermes... feliz feria.

miércoles, 12 de octubre de 2005

Sobrevivir en tiempos de lluvia

Estos calcetines no pegan ni con cola...
Bien. Vamos allá... La lluvia.

¿Implica la lluvia tristeza? No. Pero te apaga, te aploma... Porque lo que es innegable es que los días de lluvia son días grises. El único toque de color se lo tienes que dar tú, y no todos somos pintores peatonales (ni mucho menos coloristas). La humedad reina en el ambiente, y eso está bien. Todo parece estar limpio y quieto. Hasta que te das cuenta de que estás metido en el mismo enjambre de siempre cuando te despierta ese coche que pasa a tu lado provocando una ola que te obliga a sacar la tabla de surf de la mochila... A mí me gusta la lluvia. Es deliciosa. Lo que no me gusta es llevar paraguas. Soy más bien de los de llevar pocas cosas encima. Vamos, que el móvil y las llaves ya vienen siendo un esfuerzo, como para llevar también paraguas... Por pequeño que sea. Pero claro, mejor tenerlo cuando se necesita de verdad que inflarse unos manguitos. El caso es que en esta bendita casa no había paraguas...

Hace unos días me veía comprando unas medias (quién no lo ha hecho alguna vez). Cuando entré en la tienda parecía haber salido de un gimnasio después de estar toda la tarde ejercitando mis adormilados músculos, pero no fue así como bien sabréis, queridos amigos, el modo en que me humedecí hasta la médula. La tormenta me pilló de lleno estando lejos de casa y en mangas de camisa. Como quien se ducha vestido el agua me caía haciendo riachuelos por la ropa, el pelo serpenteante goteaba por todos lados y mis zapatillas hacían ese ruido extraño como de exprimir un limón mientras soltaban espuma a cada paso que daba. Me paré junto al mostrador. Imagináos la escena:

Marcos
Buenas... unas medias.
Dependienta
(Empezando con la risa tonta) Chico... ¿Te has mojado?
Marcos
Mi canoa es descapotable.
Dependienta
Entiendo... ¿Medias? ¿Qué tal éstas?
Marcos
¿De qué talla son?
Dependienta
(Sonrisa picantona) No, hombre... ¿Son para regalo?
Marcos
No.
El charco de agua en el suelo ya es considerable.
Dependienta
¿Algo más?
Marcos
Un paraguas.
Dependienta
(Mostrando al completo su dentadura mientras ríe) Tres euros...

Bien. ¿A qué viene esto? No preguntéis. Estaba devolviendo unos videos cuando se me ocurrió escribir sobre la lluvia (tema recurrente en octubre como se puede ver por los posts del año pasado).

¿Entonces qué pasa? ¿Dónde están los consejos? ¿Comprar paraguas? Sí... parece una gracia de parvulario... No sé. Creo (y ahora me pongo filosófico) que mi mejor consejo es que busquéis cobijo cuando amenace tormenta. Metéos debajo de vuestra flor favorita. Arrimáos al Sol que más os calienta. Abrigáos con la mejor piel que hayáis tocado... Ya me entendéis. Escribid cursilerias de este calibre mientras la lluvia sigue cayendo, los coches patinando y los pantanos al mínimo. Y para las anteriormente citadas "goteras del corazón" buscad auxilio en vuestro guardacostas más cercano.

martes, 11 de octubre de 2005

Goteras

Algo pierde agua en el piso de arriba... Y debe ser alguna tubería en mal estado. Pero cuando uno ha logrado acomodarse por fin y hacerse a la realidad, una gotera pasa a ser algo insignificante. Es una tarea de mantenimiento, una manera más de ver que la cosa marcha. Eso es lo que tengo: goteras. O en términos no tan metafóricos: pequeñas crisis momentáneas. Y sucede cuando me veo solo y me hago preguntas del tipo qué hago yo aquí. Rápido me doy las respuestas y todo vuelve a la normalidad. No creo que sea nada malo. Lo veo incluso beneficioso. Perder aceite ya sería otro cantar... Pero no, lo mío es el agua. Los pantanos instan más cantidad, de momento sólo colaboro con pequeñas gotas (de agua, insisto). Ningún chaparrón mental a la vista.

Y todo esto está muy bien dicho así... ¿Pero qué pasa cuando la gotera es de verdad? Maldita sea, amigos... Tengo una jodida gotera en el baño. Di parte al portero y obtuve un "sí, bueno... ya si eso..." (aquí van a lo grande, sin mariconadas del tipo un poquito de por favor). De esto hace cinco días. Estamos a martes y la gotera no hace más que expandirse logrando un dibujo que, si fuera en una pared, tendría sentido entendiéndolo como arte moderno, pero que al quedar justo encima del retrete más bien parece que en mi casa se mea hacia arriba. Y nada más lejos de la realidad... Puede que el vecino de arriba se salga del tiesto. Oh, vamos... ¿Tengo que ir otra vez a hablar con el portero? Esta mierda no venía en el contrato.

En fin... Goteras y más goteras. Psíquicas o techudas. Goteras. Corren días pasados por agua... ¿Lloverá este año en la feria de mi pueblo? Me gustaría estar allí para verlo.

lunes, 10 de octubre de 2005

Muere el murciélago

Ya estoy.

Mis días de adecuación al medio pasaron, y diría que hasta con éxito. Sin regatéos (ni reguetones) ni pamplinas secundarias soy un individuo madrileño más, con ese acento mío que me persigue y del que cada vez reniego menos. Y con este paso, yo diría que tremendo, muere el murciélago en mí. No... No es, queridos fanes míos, un paralelismo con mi amada Batman...

Tras dos años dedicados a hacer de la nocturnidad mi religión me topo de narices con un horario radicalmente opuesto, donde las siete de la mañana no son mis "Lunnis-buenas-noches", sino mi quinto levanta tira de la manta. Una putada en toda regla para alguien que no concibe el día sin la noche.

En mi período nocturno puedo decir que no encontré a nadie que compartiera tal vicio hasta mi extremo, lo cual me hace dudar si estaba realmente enfermo... Lo cierto es que vivir dos años acostándote entre las cinco y las siete, marca. Era una cualidad más de mi espíritu asocial, me daba prestigio entre los de mi condición. Pero tengo que decir a mi favor que el espíritu "sabinesco" no llegó al límite, nunca me vi viviendo días en los que no veía la luz del Sol... Me reducía a hacer de la comida mi desayuno y de la cena mi almuerzo. ¿Mi luz? La Luna. ¿Mi banda sonora? Los grillos más rebeldes. ¿Mi manta? Unos no muy cálidos apuntes. Mi pasatiempo el binomio lápiz-boli, y como imagen de fondo la teletienda.

Pero todo eso se acabó. Tengo sueño a las doce. Me levanto a las siete. Soy un borrego más que fluye entre la gente. Con cara de pocos amigos, un ojo cerrado, otro abierto y el tercero pegado al único asiento sin inquilino en el metro... Uno más del montón en definitiva. El murciélago se estrella para verse convertido en gavilán. Sin pasión ninguna.

Ayer amanecí a las diez y media. Diecisiete horas durmiendo... no son tantas.

jueves, 29 de septiembre de 2005

Hable con ello

“Pedazo de chocho”
Grité asombrado
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

Y me adentré en la penumbra
Evitando resbalar,
Agarrándome a los pelos
Con un par

“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

El líquido vaginal
Fue el mayor incordio,
Pero encontré mi reloj
Junto al clavicordio

“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

Y a la salida dejé,
Como sus anteriores hombres,
En el clítoris grabado
“Yo estuve aquí” y mi nombre

“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

lunes, 26 de septiembre de 2005

Maremotos verbales - Vol.4

Por teléfono, la semana pasada:


Ramón
[...] Sí... yo los hago de dos en tres.
Marcos
Ya...
Ramón
Y eso.
Marcos
¿Cómo que de dos en tres?
Ramón
De dos en tres.
Marcos
Eso no tiene sentido.
Ramón
Claro que sí...
Marcos
A ver...
Ramón
Primero dos, luego tres, luego dos, luego tres... y así.
[...]
Marcos
Mmm... ¿Una puta serie?
Ramón
De dos en tres.
Marcos
Esa mierda no tiene sentido.
Ramón
Cierto.


INFO:
Fue en una pausa de Buenafuente.
Estamos pensando patentar la frase.

jueves, 22 de septiembre de 2005

Meterla en caliente

Estaba yo recorriendo mi casa en busca de algo de diversión cuando me topé con mi hermano. Decidí darle un abrazo (no sé por qué) y al acercarme hallé en su rostro un dato revelador: ¡le había salido su primer jodido grano! Oh, sí... Irremediablemente pensé en la pubertad. Y más concretamente en la mía.

A mí los granos me debieron de empezar a salir más o menos también a su edad... y cuidao que todavía acechan. Aunque en menor medida. Veréis... creo que no me puedo quejar mucho de mis granos, nunca tuve excesivo número de ellos rondando, nunca se me amontonaron ni estuvieron suficientes para hacer la ola... quicir: nunca necesité marísco para adornar mi rostro. Pero sí es verdad que la adolescencia es una etapa dura y no sólo por los granos... Ahí están esos nuevos olores cultivados, esas gallosidades gargantiles, esa pérdida de visión, esa ganancia de kilos sobrantes, esa capa de grasa recubriendo el pelo, ese crecimiento de extremidades... La adaptación al medio, para qué negarlo, es jodida con tanto maldito inconveniente. El cuerpo te da la espalda, aunque suene paradójico.

Pero si hay algo que caracterice tal etapa en la vida de un chico son las chicas. Siempre hay tiempo para pensar en ellas. Esa materia prima inalcanzable. Porque, amigos... desde que iniciamos la pubertad pasamos a tener como único pensamiento perdurable el meterla en caliente lo antes posible. Lo demás no importa. Sacrificarías cualquier cosa por un coño con tostadas (y eso que aún no sabes muy bien de qué se compone el pastel). Se convierte en una obsesión que nos acompaña durante los siguientes tortuosos años. Hagamos algo para remediarlo, decía el más ingenuo. Claro que sí, guapísimo... sin moto ni casco, sin biceps ni triceps piramidales, un sentido del humor que tiende al gilipollismo más avanzado y una tienda de campaña en pie las 24 horas... ¿A dónde vamos? Sólo contamos con esa retahíla de mierda física que dios en su infinita sabiduría nos da como entretenimiento visual pubertoso. El rosco se aleja. El camión de las golosinas no pasa por pubertilandia. Ellas se van con el guaperas de octavo y tú el único polvo que ves es el que muerdes. Fin de la historia.

Así es. O así me fue. Pero no puedo quejarme. Porque todo es una gran mentira. Pase el tiempo que pase, la realidad es ésta: nunca paras de pensar en meterla en caliente (decid amén conmigo, quiero oíros... vamos, los de atrás, más alto...). Ni pubertad ni leches. Sin granos. Sin grasa. Con gafas o lentillas. Sin moto ni biceps. Pero hay que calentarla. Y, una vez metida en caliente, con igual o mayor intensidad sólo logramos recordar una cosa... y es que hay que meterla en caliente.

martes, 20 de septiembre de 2005

Beneath the rose

Algún día tenía que pasar, y ha sido hoy: creo que ya he encontrado a mi sustituto de Bruce Springsteen. Lo que menos me gustaba del Boss era ese garraspeo americano en su pronunciación. Las canciones eran buenas, sí, y la voz en general... pero que no puedo con el "grrr", ya me entendéis... Ese acentillo que sólo él tiene o al menos explota sobremanera. ¡Fuera!

Casualidades de la vida, estaba yo viendo los conciertos de Radio 3 (esos que ponen en La 2 con nocturnidad y alevosía) cuando Micah P. Hinson hizo su entrada. No tenía ni puñetera idea de quién era, tan sólo tenía el programa puesto de fondo mientras (probablemente) me dedicara a mirar el gotelé de mis paredes... Creo que estaban tres músicos en escena, pero el peso lo llevaba el amigo. Entonó un Close your eyes que me llegó al alma y me puse a rebuscar cosa suya por la red inmediatamente (no esperéis encontrar sus discos en el maldito Corte Inglés). Simplemente di con "Micah P. Hinson and the gospel progress", el cual parece ser su primer disco, no estoy seguro (debe estar a punto de sacar otro).

Micah, el nuevo Ranger de Texas


Mi descubrimiento tuvo lugar allá por mayo, estaba esperando que saliera en escena Quique González en aquel Radio 3, pero no lo hizo hasta la semana siguiente. Y ha sido estos días cuando me he vuelto a topar con el disco de Micah P. Hinson, el cual tenía ya algo olvidado. Tras escucharlo unas cuantas veces puedo decir que es mi perfecto sustituto de Bruce, un tipo de Texas, con sus "grrr's" de serie (eso sí, menos exagerados), que hace música americana (dícese de country en todas sus variantes) de un corte excelente y que rezuma el espíritu indie por los cuatro costados. Ritmos melancólicos, melodías que se apoyan en guitarras acústicas y un piano delicioso que me recuerdan en ocasiones a un Elliott Smith desbeatleslizado, aunque no tengan casi nada en común. Además, cuenta con un pasado turbulento y aún no se ha suicidado... ¿Qué más se puede pedir?

Que conste que no le quito importancia al viejo de Bruce, reconozco que sus canciones son grandes. Siempre llevaré en el corazón su Streets of Philadelphia (jodidamente merecedora de aquel Oscar), sobre todo en versión acústica. Pero ese puto acento me mataba, amigos.

Si de algo sirve este post intentad escuchar The gospel progress, aunque sea para tirarme tomates después. Nunca dije no a la ensalada, y menos habiendo atún. Ahora que... lo de la soja... no sé yo...

Para más información sobre Micah P. Hinson pinchad aquí. Y para una suculenta entrevista aquí.

jueves, 15 de septiembre de 2005

Mis labores

Como webmaster de SDA antes que bloguero de la misma, me veo en la obligación de postear también por aquí la nueva noticia del archivo: PINCHAD AQUÍ.

Viene a decir que como hay problemas con Wanadoo me he visto obligado a mudar la page a otra posada... Si queréis acceder a la actual SDA tendréis que teclear www.sda.ya.st. Al menos hasta que a Wanadoo le de por funcionar...

Nos vemos en mi próxima historieta, amigos. Un abrazo.


PD: Payne... sacúdete el polvo... :P

martes, 13 de septiembre de 2005

Un plan perfecto

Era un plan perfecto
Con un sí o un no por respuesta
Admito que habría perdido
Mi dinero en cualquier apuesta
Encadenar palabras…
No era exactamente lo mío
¿Sabéis? Suelo ahogarme
A la orilla de cualquier río

Decidí avisarla el día anterior…
Le dije “ponte en el caso peor”

El Sol parecía acompañarme
Me había documentado en la materia
Cerré la puerta dejando
Dentro el miedo y la histeria
Cuando la vi noté cómo se bajaban
Los pantalones de mi memoria
Le tendí la mano, entoné
“¿Quieres subir a la noria?”

Os juro que debí palidecer…
Me dijo “haz lo que tengas que hacer”

martes, 6 de septiembre de 2005

Maremotos verbales - Vol.3

Puerta de Gallos, viernes por la noche:


Transeuntes Cachondos
Oye... ¿Sabéis dónde hay por aquí un bar de copas?
Marcos
Mmm... Pfff...
Ramón
A ver... Pues justo ahí arriba hay uno...
Transeuntes Cachondos
No, no... Bar de copas... Puticlub, vamos.
Marcos
¡Hey!
Ramón
Ah... Esto... Pues... Había uno por Jaén...
Marcos
¿Sí?
Ramón
Pero ahora no sé yo...
Marcos
A mi es que me sacan del Fantasía y me pierdo...
Ramón
Que no caigo.
Marcos
Preguntad en ese bar de ahí abajo...
Transeuntes Cachondos
Bueno, gracias.
Ramón
(A Marcos) Ese bar está cerrado.


INFO:
Eran dos transeuntes cachondos, cuarentones y mojados en alcohol.
Estábamos justo en la puerta de "Los Gallos", que alguien me diga si por allí hay un maldito puticlub.
Mera curiosidad, amigos...

A Clarise

Con una mirada común descubres que lo que en su tiempo fue alegría y diversión acaba... te entristece el saber que todo termina de esa forma tan fugaz. El esfuerzo, el cariño, el tiempo, la ira... mar de sentimientos y hechos que se pierden en un sin sentido que no deja ver el final.

Perdido entre pensamientos optas por levantarte del asiento que sudabas, dar un abrazo sin tocar e irte por donde viniste, aún más deprimido que al principio. El efímero sabor de la amistad que florecía y su tacto y olor que antaño te hacía feliz, ahora se reduce a un par de besos y un portazo como única explicación...

Nunca esperé soñar. Siempre he sabido esperar.

lunes, 29 de agosto de 2005

Maremotos verbales - Vol.2

Casa Juanete, el sábado por la noche:

Marcos
Oye, ¿el perro es así o es que está sucio?
Juanete
Es que está sucio.
Marcos
Ah... Pues siempre lo veo así entonces.
Juanete
Es que es así.
INFO:
El perro en cuestión se llama Rústico.
Paramos en casa Juanete para cenar, amablemente me dio para beber una cerveza.
Tras dos tragos reparé en que la cerveza había caducado el veinte de agosto.
De 2004.

sábado, 27 de agosto de 2005

Como una Cuba *

Amigos fachillas de tres al cuarto,
cada gitano se come sus mierdas,
breve paso de la risa al infarto...
¡Parece ser delito ser de izquierdas!

Delito es emplear así la boca
y adorar a capullos de bigote.
¿Por qué antaño Jitler era la loca
y Ceta Pe pasa a ser Don Quijote?

Juanan no vive en un chalet de Cuba
pero ello no impide que el brazo suba,
es cuestión del uso del diccionario.

Ni huevos monárquicos ni jevilones,
para brillar ya están nuestros cojones.
Juanan y yo con Patricia en su diario.

A Juanan

* Publicado originalmente en el Foro Oficial SDA el 3/09/2004 a las 16:59 bajo el nombre de Marcos -> El webmaster de los zapatos.

jueves, 25 de agosto de 2005

Maremotos verbales - Vol.1

Con este post trato de iniciar una serie que contenga los mejores patinazos verbales que me vaya encontrando por el tortuoso camino de la vida, que... como es larga (en teoría), digo yo que con nuevos ejemplos me toparé. No sé si tendrá algún futuro o si será de vuestro agrado... Pero bueno, yo lo suelto y me quedo no más a gusto, pero sí más ligero (mentalmente hablando). Si estáis leyendo esto es que aún no habéis quedado con nadie, amigos. Mi caso. Sigamos adelante.

Suelo anotar estas tonterías siempre que puedo, en el momento me hicieron partirme el ojete. Os invito a que comentéis situaciones verbales del mismo estilo, si total... para vosotros también es gratis. ¿Frases para la posteridad o simple verborrea errónea? Sin más, os dejo con los primeros maremotos:


En mi habitación, hace dos semanas:

Manuel
¿Sabes qué es un orgasmo?
Pedro
Mmm... ¿Por... donde sale el niño? [...] Ah... El muslo de la chica. [...] O... ¿darse un beso?
INFO:
Manuel es mi hermano (12 ó 13 años, digo yo) y Pedro mi primo (9 años).
Faltan Lorenas Berdunes en el mundo.
Bonus:

Entre el Felipe Arche y la Salobreja, en la feria de 2003

Marcos y Juanan
¡Juanma! ¡Hey! ¡Tú! ¡TuuuuusaaaaaaAAAA! (Nos acercamos) ¡Qué tal! ¿Cómo te va?
Juanma
Soy dios. Gracias.
INFO
Juanma es un antiguo y querido compañero de colegio, hacía siglos que no le veíamos.
Los tres protagonistas íbamos algo pedo.

miércoles, 24 de agosto de 2005

Me falta gracia

A quienes me pegaron e insultaron, a aquellos que me dieron la oportunidad. A los grandes vacíos y a lo que nunca pudo ser.

A las vergüenzas, a las pegas... al simple hecho de pensar. A las sonrisas ajenas, las miradas de odio.

A las buenas intenciones, los esfuerzos y las ganas. Al conjunto en sí, a la unión falsa y a la triste realidad.

A la gente que pregunta, a las poses y los motivos. Los actos sin motivo... los viajes en tren a dos kilómetros por hora.

A los focos, luces y neones del camino, al flash repentino de las balas al dispararse. A los que les gusta conducir aunque sean tan solo aviones de papel.

Al descanso breve, que no eterno. A los baños y ahogadillas en serio, a los desconocidos que conozco.

A mi yo inocente, a mis lapsus varios y a las aulas vacías. A los verdaderos apoyos, a las amistades rotas... amores de cine y demás.

Gracias
Soy quien soy gracias a ello. Soy como soy gracias a ello. Comozco a quien conozco gracias a ello. Siento lo que siento gracias a ello. Pienso como pienso... porque no me gusta perder el tiempo.

Metro sexuales

En el metro, una jóven chica de color bastante atractiva se sienta a mi lado. Va embutida en uno de esos trajes/disfraces africanos, una especie de mezcla entre pañuelos y tejidos vaqueros. Tras el pertinente escáner visual hacia su persona continúo pensando en mis quehaceres de esa tarde, mientras miro mi borroso retrato en el momentáneamente opaco cristal que tengo enfrente (este maldito pelo mío...). En cuanto al plan decido dejarlo todo al servicio del azar, que para algo le pagan. Y es entonces cuando reparo en que otro tipo de color, en el extremo opuesto del vagón, está ensimismado, devorando con la mirada a la chica negra que tengo a mi derecha. Pronto su espíritu depredador africano entra en acción y decide sentarse justamente al lado de la curvosa susodicha. Se empiezan a echar miradas, casi todas provocadas por el cachondón (que lo tiene que ser para emprender tal hazaña) oscuro.

Yo, que había abandonado ya mis rondas mentales de metro, me centro de lleno en el cortejo. Ambos dos esbozan sonrisas y miradas cómplices dándonos a entender al resto que hay tomate por la zona (qué fuerte). El amigo decide iniciar una conversación... hasta ahí todo bien, queridos lectores, ahora que... no me pidáis que reproduzca la conversación al completo (mi oído no es que tenga el trofeo a la mayor agudeza sonora), os haré un breve resumen: en un español algo tosco el black man le pregunta a la black woman que de dónde es, a lo que le responde "de por allí abajo... selva... leones, tigres y panteras ¡dios mío!" (bueno, no exactamente), ¡y da la casualidad de que el tiparraco en cuestión también es del mismo país! Total, que por mi parte se desvanece toda posibilidad de seguir asimilando el proceso de cortejo cuando cambian a su idioma natal. Pero una cosa sí que es cierta, el amigo es un jodido pesado. Y ella lo nota... sí... mientras él no para de hablar (ento-congu-tanga-tanga-mi-manga...) ella mira a todos lados menos a su cara. Se aburre. O mejor dicho: la aburre. Pero nuestro negro favorito no desiste, sigue (supongo) contando batallitas y exaltando la belleza de nuestra negraza en su jachondo idioma... Y me pongo en el lugar de ese pequeño bombón, a estas alturas ya ha debido tener tropecientos pretendientes, le sobran pollas, lo que le faltaba es que el primero que la vea en el metro se crea que tiene posibilidades con ella tan sólo porque tenga el color de la piel tirando a carbón. Se avecina el fin.

En efecto... "Ding, ding, ding... próxima estación... Parque Lisboa". La playmate mueve su pompis hacia la puerta, seguida muy de cerca por el picha brava, el cual augura un futuro próspero. El metro se detiene y las puertas se abren. Ella sale, pero al ver que él la sigue se gira, le mira a los ojos y le dice en plan gesto "oye, tú... que nanai". Nuestro protagonista, con cara tristona y aún mirándo el adiós en forma de movimiento de caderas que ella le propina, da un paso atrás. Se sienta a mi lado y continuamos la travesía. Su expresión frustrada no daba lugar a dudas, en aquel momento se estaría gritando en sus adentros "¡es porque soy negro!". Buen intento, sí señor. Yo... para variar, ya tenía algo en qué pensar hasta llegar al encuentro: ¿serían esos los llamados metro sexuales?

lunes, 22 de agosto de 2005

Café solo

Te acuestas tras un largo día que se te hizo interminable... despejas cualquier obstáculo que te oculte las sábanas, la almohada.

Mientras te quitas la ropa dormitas, piensas en lo que has hecho durante las horas anteriores... no lo tienes claro. Y luego en lo que mañana harás.

Decides sentarte en la cama, pensar en nada y dormir como cada noche... esperando soñar algo bonito que te libere de los límites establecidos.

Abre los ojos, ve hacia la cocina. Toma algo de café y vuelve al mundo que nos queda.

jueves, 18 de agosto de 2005

En los tiempos antiguos

En los tiempos antiguos, cuando nada importaba
Reía, corría, miraba, soñaba
Pero todo ha cambiado, no soy el mismo
Noto que titubeo ante el abismo

En los tiempos antiguos, cuando no había presiones
Cuando todo fluía, cuando había ambiciones
Todo parecía estar hecho para mí
No recuerdo los amigos que en el camino perdí

En los tiempos antiguos todo estaba permitido
Miraba hacia el futuro sin parecer abatido
Comprendí que en la vida el saber es lo que cuenta
Nadie era entonces lo que ahora aparenta

En los tiempos antiguos no se pensaba en la duda
Era cuando la realidad se servía cruda
No llegué a aprender a desnudar el momento
Tal vez pensé que todo iría más lento

miércoles, 17 de agosto de 2005

Lapsus mentales recientes

Renfe, hace algún tiempo:

- Como te iba contando... pues este amigo mío estaba en Marruecos... en aquella casa misteriosa, como te dije... y oyeron un ruido... en serio, fue algo muy fuerte... desde entonces lo está pasando fatal y yo en cierto modo también...
- Ya, pero ¿dónde te has comprado esa camisa?



Arche, no hace tanto:

- Enrique, ¡tu hermana está muchísimo más buena que tú!


Pido disculpas a los damnificados.


PD: Información algo adulterada pero basada en hechos reales. Fuente principal: Ramón.
Actualizado el 18/8/05