miércoles, 14 de diciembre de 2005

Puente y muerte

Llegado a la conclusión de que no puedo amar, sentir o padecer, joder... me veo acabado sin cantar y a pedir, yaciendo solo bajo algún puente perdido sin el apoyo de religiones que nunca tuve y a las que nunca he pedido que convenzan siquiera uno de mis lóbulos.

Escucho entre palabras el sonido de un piano que no suena bien, un tambor de himen roto, un vaso de plástico partiéndose mil y tres pedazos... el latir de corazones sin sangre azul, roja o gris que se compadezcan, alzandose entre risas con pena, con lágrimas de pega que pesan en sus ojos.

No estimo oportuno el final con esa escena, hago hincapié en el siguiente fotograma... escucho de nuevo ese piano malsonante, como cualquier palabrota, como cualquier anécdota pasada contada por historiadores de mal olor y voz rota que cautiva los sentidos y percibe el dolor en el paladar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

>Dejé la luz a un lado y en el borde de la revuelta kama me senté..mudo, sombrío, inmovil la pupila clavada en una pared..

que tiempo estuve así?; nosè, al dejar la embriaguez horrible del dolor expiraba la luz y en mis balcones reia el sol..

ni sé tampoco en tan terribles horas en qué pensé o que paso por mi, solo sé que lloré y maldije,
y en aquella noche envejecí

[Becquer]

una vez me preguntaron sobre que habría en el ultimo rinkón del infinito i fugaz vino a mi mente una pared blanca, repleta de psikofonias malgravadas, palabras tachadas, silencios elocuentes, eskritos sekuestrados en un baúl sucio..de maderas carcomidas por el tiempo

la pupila imnovil..

viajo al infinito de tu alma, me detengo ante tus miradas, aspiro los silencios, miro hacia dónde tú miras..escucho aunke lejano, ese piano-
aspiro tu dolor.

las longitudes de onda se mezclan en el vacio fusionandose, dando lugar a colores sin nombre de maxima expresión, todo lo envuelve, todo es ese color

la pupila inmovil.. clavada en la pared

estas demasiado cerca, tus ojos fijos en ese rinkón.. alejate,
hay mucho más en esa pared, hay nombres, firmas, sonrisas, manos que saludan, pianos que suenan de la forma más bonita tan solo para ti-

una vez me preguntaron sobre qué habria en el ultimo rinkón del infinito.. dejè mi pupila inmovil, mordí el alma.. aprendí del dolor, mirè a mi lado, y enkontré unas cuantas manos..sonrisas, te enkontrè a ti.

sonrie de verdad..

Peyn dijo...

Precioso, simplemente. No cabría mayor descrición que hacer.

Sonríe de verdad...



...y no te arrepientas

Marcos dijo...

Muy bonito e inquietante. Parece una película de Lynch hecha poema.

Con Bécquer me has tocao la fibra, era uno de mis favoritos allá por los tiempos del bachiller (evidentemente Bécquer pensaba en el bingo y en la cuesta de enero).