miércoles, 15 de noviembre de 2006

viernes, 10 de noviembre de 2006

Zana

Llevo cosa de un mes recomponiendo un ordenador perteneciente al mismo año en que Jesucristo hizo la mili, y es jodido encontrar sus piezas… pero nada se puede comparar a la sensación que recorre tu cuerpo escuchando a alguien responderte: “eh, pues yo tengo una” o “pues tengo un ordenador muy viejo, si quieres alguna pieza…”. El caso es que tal como viene esa alegría, se va. Porque no puedes esperar que un componente electrónico metido en un trastero con humedades, goteras, y telarañas tejidas al más puro estilo spiderman disléxico funcione correctamente, o funcionar. Pero bueno, parece que está bien… no tiene mal aspecto, solo una capa acojonante de mierda que algún arqueólogo con experiencia fácilmente podría hacer desaparecer.


Ya conseguí todas las putas piezas, hoy lo he conectado. No va. Los pitidos incesantes que emite la BIOS con su altavoz de mierda me indican que no funcionan, como mínimo, dos componentes. Me toca de nuevo hurgar en las casas ajenas, hacer de Grissom para encontrar un PC de cuando Franco era corneta, y conseguir que emanen de mi boca convincentes argumentos cual House que logren hacerme con dichos cosos al mínimo coste por el simple hecho… de ser viejos.

martes, 7 de noviembre de 2006

Trucos mentales

Lo que crees o piensas que es lo que ves muchas veces te engaña. El síndrome de Halo surte efecto, te han comido la cabeza con opiniones y cosido a base de historias, teorías más bien falsas con intención de llevarte a su lado. Su punto de vista. El sonido de los lindos pajaritos se distorsiona, comienza a desaparecer el camino que habías trazado, lo está reemplazando quien está a tu lado. La misma persona que tan cercana se muestra, el mismo que se cree un Jedi y trata tu mente como si de un papel se tratara entre gestos de manos o malabarismos verbales.

lunes, 6 de noviembre de 2006

sábado, 23 de septiembre de 2006

La huida de Aiur

No estoy fino, no me convencen ni mis argumentos ni mis letras ni mis artes bajas en dósis de fármacos X ajenos. Por esto y un par de cosas más desaparezco por un tiempo de aqui. Me tomo un tiempo sin marcar en el calendario el día de vuelta. Cierro la puerta, pero guardo la llave.

Marks: El original te lo doy, tusa. Ese te lo dedico.

lunes, 18 de septiembre de 2006

Fuera de servicio

Junto a la boca de metro de Fuencarral un tipo de gafas se desploma ante la atenta mirada del gentío que se movía en la mañana del viernes. Se encuentra besando el suelo, inconsciente, inmerso sin quererlo en lo que parece ser una imitación barata del sueño eterno. Los del bar de la esquina acuden a socorrerlo arrastrando una clara actitud agria, debida, probablemente, a verse obligados a soltar la cerveza del piscolabis en la barra. El tío no reacciona por mucho tortazo sutil propinado. Sí, una escena dramática, pero ello no impide que yo siga retransmitiendo mi jugada examinosa del día vía telefónica. Unos golpecitos más tarde, la expresión de la cara del tal señor parece que vuelve en sí. Coge sus papeles y se incorpora, sacudiéndose el polvo cosechado. Los del bar ya conocían al amigo, se nota por el trato. Le dan una palmadita en el hombro y vuelven apresurados a por sus frías cervezas, dejando al individuo moribundo en mitad de la plaza y excusándose al viento. No para de decir “me ha dado una crisis, una crisis”. Un caso. Pero el caso no es ese.

Con el deber cumplido, mi letargo se adelanta unos cuantos días. Pero la piel resentida, una extraña manera de segregar saliva sin descanso y el atropello de mil pensamientos desordenados y sin número no son mis principales preocupaciones… Quién iba a decirme que tras meterme en aquella boca de metro mi apetito por escupir palabras a un teclado se vería redimido sin previo aviso, empujándome a un callejón sin salida. Desde entonces he tratado de buscar una salida, creedme. Y no la he encontrado. Sólo sé que he de reorganizar mi cabeza. Que no puedo escribir más batallitas, ni quiero. No durante una temporada. Simplemente no tiene sentido. No cuando se trata de contar mis andanzas barriobajeras, porque el barrio más bajo que conozco es el quinto piso en el que habito. Y ya que antes que la retirada prefiero el asentamiento momentáneo, diré que antes que el adiós he preferido abandonarme a mi suerte con un papel y un boli, nada de ordenadores, en medio de ningún sitio… para intentar rimar, en la medida de lo posible, lo que me ronde por el glande.

Así las cosas, no volveré por estos lugares salvo para publicar morcillas rimadas que a nadie interesan. No es que sean estos los mejores tiempos para ir por ahí regalando versos. Ni son deseados ni son mis artes tan avispadas. Pero no hay tu tía ni la mía. Es o esto o nada. Y puesto que aún gobierno un algo, alguna parcela de lo mío, desde este post maloliente dejo patente, muy a mi pesar en el fondo, mi cese escriboso durante un tiempo indefinido. Cierto es que hay tiempos más largos que otros… Tened por seguro que trataré de violar mi condicional pronto. Esto, al fin y al cabo, no es más que un volunto voluntoso generado por la confusión que llevo arrastrando desde hace ya semanas, unida a una nada desdeñable falta de interés por mí mismo. Pero no quiero atormentaros ni obtener un pase gratuito de psiquiatría ciberespacial… esto es lo que es, y punto.

Vosotros me entenderéis cuando os diga que ni los cosechados “éxitos” (por llamarlo de alguna manera) estudiosos me dieron esperanza alguna ni hicieron cambiar los sondeos anímicos de mi persona. El mejor plan no era andar tirado de aquí para allá, viendo cómo Paul Allen muere de un hachazo en la cara en “American Psycho”, o videando por vez vigésimo quinta cómo Tim Robbins se escapa entre la mierda de la cárcel en la excelente “Cadena Perpetua”. Grandes éxitos de hoy y de siempre del ciclo permanente de reposiciones que Telemadrid hace que me mantenga enganchado al televisor en las madrugadas, llorando y suplicándole al santísimo padre que baje a instalarme una parabólica. No puedo dormir por la tarde y malvivir por la noche como vengo haciendo. No puedo tirarme dos horas mirando la pared, sentado en un rincón, sin parar de segregar esta dichosa saliva, tragándola hasta sentir náuseas y vomitar en el baño. Con un baile de gelocatiles y almaxes de cuidado que hacen de mí, poco a poco, el yonki que nunca quise ser. No, no puede salir un post sano de la mierda en la que me revuelco. Opto por la poesía insana, y que sea lo que Mahoma quiera.

El problema no es que no me vea recompensado, que sí y con creces. El problema soy yo. Que no soy, una vez más. Necesito tiempo. No sólo me desamueblo en mis fueros internos, sino que cambio de aires sin quererlo y de universidad y de modo de verme. Que me pierdo en un mar de pulseras, dibujos, escritos… Veo… veo cómo pierdo kilos sin quererlo, postrado en esta silla.

La cumbre del cinismo inusitado se dio hace unos días, cuando en unas de mis rachas cantarinas, y cantando precisamente "Happiness", en mitad de la canción se rompió una de las cuerdas de la guitarra. Podía ser cualquier cosa menos un buen presagio. En suma… Me cansé de cantar. Me cansé de relatar batallitas y de engañar mi paladar fingiendo que encuentro alguna dulzura en ellas. Gilipolleces. No son más que gilipolleces de bajo calibre. No puedo seguir por esos derroteros. No de este modo, no estando así, porque acabaré perdiendo cualquier interés. Y antes de echarme gasolina o que me la echen paro, bajo, y al paro.

Perdón por un post emborronado y fallido. Ya van cuatro amaneceres vistos y sentidos en total soledad. Ni adiós ni hasta luego. Esto no es nada. Puede que aquel tío de Fuencarral estuviera en lo cierto: me ha dado una crisis.

Nada tiene sentido

domingo, 17 de septiembre de 2006

Eco

Las cosas no suceden por azar, no al menos la mayoría. En la vida no todo es un gigante parchís dictatorial en el que debes contar veinte si te comes una. Ni nos regimos por dados, ni los lanzan los dioses en cubiletes.

Soy el pringao de cada esquina, el albañil que no lanza piropos, el acusica que nunca señaló, el cuenta cuentos sin libro, el fan sucedáneo de sabina sin rimas ni Whisky.

Soy memoria escasa y turbia, soy dolor indefinido, soy despojo de formas parecidas a terceros, soy un par de ojos que quieren ver futuro, soy un cerebro que piensa mal, y a veces demasiado.

Soy quien ha vuelto a perder sin empezar tamaña partida, soy un tú, pero sin dios. Un yo, con esperanzas. Un alguien con desgana, un algo repulsivo.

De recuerdo y como prueba quedan un par de canciones, unas fotos perdidas, y los "Te quiero" almacenados en el primer cajón de la alacena… para comerme alguno de los que no me diste, cuando me falten las fuerzas.

Es todo como un eco que se lanza con fuerza, solo que recibes lejanas imitaciones de tu voz, notando que cada vez, la voz suena menos. Y en unos segundos… muere.

viernes, 15 de septiembre de 2006

Malestar

Con este cigarro quemandose entre los dedos propino a mi cabeza otro golpe, otro giro de guión. Una provocación maniquea para el Euskaltel que más quiero, con estas ropas, las que peor me sientan… con este escrito sin sentido o con las imágenes que puedo ver tan solo yo. Prefiero ante cualquier otro rompecabezas, acabar este puzzle de compuestos infinitos que nunca cobra forma. Tan solo pido que me arrope el frío mañanero y de regalo me preste por un tiempo un constipado que me tenga en cama, una fiebre que adormezca los sentidos y tiriteras para aprender a erguir un pulso inamovible.

A ratos

Suelo pensar que no expreso lo que quiero con palabras ni con lápices y por mucho que me esfuerzo solo digo estupideces. Suelo pensar que soy una historia mal contada, un cómic sin portada, una caja de zapatos que no guarda nada. Suelo pensar en querer, amar, desear, y nunca acabo. Suelo pensar en Vicodina, en el dolor, en la apatía. Suelo pensar que tengo mala suerte, que he perdido el tren, la parada, la estación y sus vagones. Suelo pensar en la sombra de la esquina, en la letra de canciones. Suelo pensar que soy una gran mina sin carbón y que cada vez que quieren sacar algo me tachan de cabrón. Suelo pensar y en nada quedo, suelo hacerlo, y a pocas conclusiones llego. Suelo pensar que pienso, y que luego… existo.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

martes, 12 de septiembre de 2006

sábado, 9 de septiembre de 2006

Todos los platos

No es lícito medir la envergadura
Del barco que navega en nuestros llantos
El mismo que encalla en Extremadura
El mismo que ha vivido ya unos cuantos

No quiero compartir esta amargura
Ni admitir que fueron míos los tantos
Que dieron con tu pie en la sepultura
Por no saber mirar por tus encantos

Y si esta puta piel me representa
Es justo que quieras pedir la cuenta
Aquí nadie obligó a firmar contratos

La Trina, aquella rama, el “tremendito”
Mi guitarra entonando la de Fito
Van a hacerme romper todos los platos

viernes, 8 de septiembre de 2006

De otro mundo

Heroína, de Sin City. Pensadora como la que más. Perfumada camisa con aquel olor a fresa, distintivo entre sociedad. Inconformista con su vida. Unos padres que no supieron apreciar. Este amigo, que no es ni divino ni tesoro… no te aprenderá a olvidar.

De estar así, tan harta, Marta decidió expirar.

jueves, 7 de septiembre de 2006

De ensueño

Por unos instantes pienso en todo lo que he vivido, pasan imágenes de algún videojuego interactivo en el que todo mínimo detalle cuenta haciéndome ver las equivocaciones cometidas, los errores que no corregí.

Me juega una mala pasada la memoria y todo para de repente. Acabo de darme cuenta de algo: No recuerdo quien soy durante un leve instante. No me alarmo, sé donde estoy, y la inmensidad de papeles y post-its con anotaciones escritas con lo que pienso que es mi letra, van dándome algo de lucidez. Ya soy yo de nuevo, sé quien soy, cómo soy.

Abro los ojos, ya he despertado. Estoy inmóvil sobre la cama. Miro a mi alrededor y no sé donde estoy, esta no es mi habitación… es demasiado blanca, no hay un solo póster, está limpia. Levanto la cabeza y miro hacia todos lados. No entiendo nada, no comprendo lo que ocurre. Quizá haya perdido la cabeza, quizá haya olvidado cómo usar mis propios sentidos.

Veo una sombra. No es mía, no corresponde a mi inseparable cuerpo. Se mueve y contonea sinuosamente, quiere atraerme. Noto que me fallan las fuerzas y cierro los ojos aunque no quiero.

Estoy ciego, no veo más que oscuridad, ahora solo escucho sonidos estridentes, gritos. Eso es bueno, no he perdido la cabeza del todo, sé usar mis sentidos. Solo he perdido la vista. Noto como mis párpados recubren cada pocos segundos los ojos que me sirvieron fielmente. Mi audición es perfecta, mi olfato detecta un aroma… frambuesa. Es un olor tan dulce que casi resulta vomitivo. Mi tacto, no puedo moverme. Pruebo a mover los dedos de mis manos y hay suerte, noto algún tipo de tejido, no es de ninguna sábana. No estoy en una cama. ¿Dónde cojones estoy?

Hago esa pregunta un par de veces para mí mismo, la tercera vez la susurro. No obtengo respuesta.

Puedo moverme, me estoy moviendo y no me duele nada. Me siento sobre la superficie en la que estoy, no puedo colgar las piernas. Se me olvidó que esto podría no ser una cama. ¿Suelo de tela…? ¿Donde cojones estoy…? Noto una presencia muy cerca. Estoy atento a cualquier sonido, preparado para lo que sea. Siento en la cara algo extraño, un cosquilleo. Llevo las manos a la cara. La estoy tocando, pero no la siento. No entiendo nada. Y no dejo de pasar mis manos por aquella piel hasta que alguien para mis manos con las suyas. Ahora son sus manos quienes tocan mi cara, ahora siento mi cara, siento las manos de algún desconocido. Me tranquilizo. Mis labios. Joder, me están besando. Parpadeo una vez más. Parpadeo otra. Veo una chica desnuda que me besa. La veo en tercera persona, como si lo grabara en vídeo alguien con vocación de director de cine porno casero. Se separa de mí unos centímetros. Ahora lo veo todo desde mis propios ojos.

Estoy preparado para todo, excepto para esto. Hay alguien encima mía, una chica. Me gusta su pecho. Miro hacia todos lados mientras la chica se va echando sobre mí. No entiendo nada. Un momento, siento dolor… tengo algo que me presiona el pecho, un puto cuchillo. Está a mi izquierda y sangra más de lo que me gustaría. La cara de la hermosa chica ahora se torna con gesto sádico. ¿Por qué así? ¿Por qué ahora? Noto una textura extraña con los dedos de las manos. La noto fría… ¿Suelo de tela…? ¿Dónde cojones estoy…?

He muerto, y lo sé porque dejé de notar los latidos de mi corazón hace un rato. Dejé de ver casi al mismo tiempo. ¿Quién soy? No recuerdo mi nombre. Todo es absurdo, demasiado surrealista.

Acabo de abrir los ojos. Estoy empapado en sudor, tengo frío y miro al techo continuamente. Tengo los pies donde debería tener la cabeza, estoy al revés. ¿Estoy loco? ¿Dónde estoy? Estoy en mi habitación. Tomo una postura de 90 grados sobre el colchón mientras compruebo que la textura es la habitual en mi sábana. Veo ahora anotaciones en papeles de color amarillo. Cojo las gafas y leo una escrita en negro que dice que escriba los hechos de mis sueños y los separe de los de la realidad.


Creo que es mi letra. No recuerdo tan duro el colchón.

miércoles, 6 de septiembre de 2006

Esedé

Esta es una muestra de aburrimiento acerca de cómo pueden afectar los exámenes de septiembre, aunque no se tengan... el caso es que Marks si los tiene pendientes por ahi.

En fin, un dibujo jachondo en el que nadie se parece a quien debería.

lunes, 4 de septiembre de 2006

De esas veces

Desperté atolondrado en plena madrugada y me puse a abrazarla. Pero no la encontraba. Su imagen no era más que un sueño vago, pues en lugar de su cintura encontré una fría almohada. Engañado, una vez más, por el olor que dejó impregnado en ella la noche anterior. No hacía ni una hora desde que seducido por el sueño decidí enterrar mi cuerpo bajo las sábanas.

Desvelado, traté de hallarle lógica a los esquemas que hice antes de acostarme. No sé en qué estaría pensando cuando los hice… Mientras, por la ventana abierta pasaba el sonido lejano del camión de la basura. Entonces reparé en que la hora, el momento, las ganas… todo era igual… Pero ella no estaba.

La busqué impaciente en los pasillos de mi mente y por un momento creí verla. Pensé que para haber llegado tan lejos no debía querer ser encontrada y justo cuando iba a irme me paró agarrándome del brazo. Yo me temía lo peor, el rifi-rafe siempre está ahí, eso es así. Pero entonces se me acercó al oído. Si algo es verdad es que los te quieros susurrados son más te quieros que gritados.

Nada. Una ensoñación. Verla apoyada en la ventana. Medio sonámbulo, cuando salgo a merodear. En esos momentos en que los colores se amontonan y confundes el calor con el frío. Cuando sin estarlo, sin embargo, sigue estando. No hace falta decir más. Esbozando una sonrisa pensé que ella y sólo ella tiene la cualidad de dejarme siempre con ganas de más. No se lo he dicho. Pero lo sabe.

Me dije de acostarme a su lado, cuando ya sólo de ella quedaba un reflejo. Y mientras me hallaba dándole vueltas a lo uno y a lo otro, quiso el viento despertarme de mi trance cerrando de golpe la puerta. Entonces supe que estaba tiritando.

Mis horas de oficina

domingo, 3 de septiembre de 2006

Y más allá

Lo único que digo es que no puedo seguir, me impide la moral con su cojera y dolorida quijotera proseguir con tal empresa. En quiebra, así salgo por la puerta. Con los bolsillos y el corazón vacío, dolorido tanto como Adán y Eva al ser expulsados de su paraíso, justo al verlo perdido.

Paso ya de tu presencia no existente y aún así persistente en esencia. Me dedico a la rima fácil y cutre, donde me dejan estar sin molestar. No incordiar es la única regla de mi infierno personal.

Me mandaste por correo a una dirección desconocida y llegué, ahora pretendes que al salir ni tan siquiera me queje al poder respirar tras tanto tiempo pasado encerrado en ese cajón gris y no tan feliz como pensabas.


Ahora me pides que me vaya por ahí, que me pire, que me largue, que no tarde en partir. Y es curioso lo que pienso, puesto que conforme me alejas todo este cuento cobra ahora sentido y tiene moraleja: La derecha no es el buen camino, prefiero la izquierda. Acercarme lo desestimo, prefiero ir más allá… a la mierda.

sábado, 2 de septiembre de 2006

Jam sexion

Con su premio de consolación, salpica la vida con sus trocitos de mierda. La felicidad está en ése pozo de gozo situado a lo lejos, cegado himen mediante para que nadie caiga hasta que deba caer. Es la vida, violadora en esquinas, folladora profesional, puta específica en ciertas fantasías… especialidades a la carta sin destino, solo nombres. Coprofilia que huele demasiado, Gang Bang que te ciega y ahoga, Cream pie húmedo y jugoso, Gagging que te hace escuchar el palpitar de esa polla en tu garganta, pero en fin, ya me entiendes, te quiere follar como un animal, doggy style puro, versión anal. La vida vive sin sexo, usa los juguetes disponibles: te lo hace por sorpresa. Intenta joderte, abrir tus nalgas y penetrar a lo más hondo de ti sin temor a dolores o quejidos… cuantos más mejor, firmar con su marca los cuerpos con cicatrices y lograr que no se borren.

Pero cuidado, si ves que la vida se corre, gozando de ese acto envuelto en masoquismo… simplemente pon cara de circunstancia, cierra los ojos y espera que llueva alcohol metílico. Descifra el algoritmo. Luego límpiate la cara, déjate llevar y reza porque no le dé por fumar. Peor es si incordias en tal acto a la vida, puede matarte al instante y ahogarte en saliva. Y si por casualidad le caes bien recibirás un consolador como regalo, resultado de la creación en metáfora.


La vida es muy puta y bien lo sabes, una zorra que como el azar, echa los dados a ver que sale, a ver que toca. Déjala que escupa, suba a su altar y se confíe al hacerlo en tu boca. Confabulemos contra ella, desconfiemos de la misma. Haciendo mella en su caprichosa voluntad sin piedad y con más pene que gloria.

viernes, 1 de septiembre de 2006

Café

Hace unos días me movía inquieto en el taburete. Decidí echar un vistazo a mi zona ojetil y corroboré mis sospechas: tenía el culo cuadrado. Para aliviar el peso que mis posaderas tienen que aguantar cuando al bueno de su criador y mejor amigo le da por sentarse a organizar escritos, puse firme mi esqueleto y me dirigí a la despensa. Tras propinarme los consiguientes masajes anales, eché un vistazo prolongando en ese mágico momento en que tienes que elegir algo que llevarte a la boca ante una despensa llena. Mmm… Patatas fritas… Crispis… Mmm… ¡Oh! Avellanas… Sí… Pero… Yo es que… CAFÉ. Encendí entonces la cafetera y esperé a que el agua se calentara, preparando mientras tanto la cantidad cafetil que consideré idónea para seguir almacenando datos en mi cabeza unas cuantas horas más, hasta ver que el Sol llamaba a mi puerta.

El café, al igual que la cerveza, es algo que no gusta la primera vez que se toma. A mí no me gustó, tuve que acostumbrar al paladar durante varias sesiones. Incluso rehuía de él, la primera vez que lo tomé fue únicamente buscando sus efectos trasnochaderos, cual drogata de pañal y biberón. Estaba dispuesto a suspender el examen de naturales de junio cuando mi madre recogió mi toalla del suelo y me dijo que con la ayuda del café lo conseguiría. Minutos más tarde estaba chutándome cafeína en cantidades industriales. Sabía a perros aquello del café, pero consiguió que pasara la noche estudiando y aprobara el examen con un maravilloso cuatro y medio, que se subió, por pena, a un cinco.

No tardé en arrastrar de nuevo mi cuerpo por tierras colombianas al encontrarme bajo las mismas condiciones estudiosas. Pero no era mi primera vez, amigos, y, como bien sabéis, siempre gusta más en las segundas que en las primeras. Así pues, con el tiempo he conseguido deleitarme ante el sabor de un buen café. Ha llegado a gustarme en todas sus variantes, sintiendo preferencia por el Capuchino, y prefiriéndolo, en cualquier caso, de máquina. Sin embargo, este bagaje mío, carente de cualquier interés, me ha llevado a notar algo, sobre todo en los últimos cafés albergados en mi estómago… algo que me obligaba a enfundar el pene recién sacado tras catar la primera gota del primer sorbo…

Entonces, como decía, el Sol decidió llamar a mi puerta cuando el vaso de café ya sólo lo poblaban dos maltrechos hielos a medio aguar. Me quedé mirando cómo el culo del vaso manchaba con su clásico círculo marrón mis apuntes y pensé que había descifrado por fin el problema de mi pérdida de erección cafeínica. Y es que hay cosas que tienen la peculiaridad de disfrutarse únicamente cuando te acompaña la gente que tiene que acompañarte. Es algo con lo que se podría generalizar. Pero amigos, el café es una de esas cosas que sólo se disfrutan de verdad cuando estás en compañía. Vale que, como todo, tenga sus momentos. No soy contrario a la soledad, la visito con frecuencia. Pero al igual que no es lo mismo beberse un café solo que con leche, no es lo mismo beberse un café solo que acompañado.

Vueltas en la mesa de un café jaenero

jueves, 31 de agosto de 2006

De nada

Debo volver a casa, o debería. Pongo el mp3 en marcha y suena a todo volumen “Stuck in the middle with you”. Lo dejo en paz y saco el paquete de tabaco de su cobijo, el bolsillo de la camisa. Me abandono ante la exquisitez de un cigarrillo recién encendido a la par que disfruto con la música. Acaba dicha canción y comienza de nuevo, siempre las pongo en repetir. Paso entonces unas canciones más adelante y me topo con “A little less conversation”, me convence y la dejo. No pasan ni diez segundos cuando una chica pasa corriendo ante mis ojos enganchándose a mi camisa y ocultándose tras mi espalda. Con voz susurrante y temblorosa, como de quien acaba de correr un jodido maratón, me pide ayuda. Sé que huía, pero no de qué. La respuesta vino por partida doble, un par de tipos no demasiado fuertes, ni demasiado endebles, atraviesan la misma esquina que ella.

La pregunta se escuchó con eco en mi cabeza “¿Para qué te metes?”. No hubo agudas respuestas por mi parte, pues acto seguido desenfundó uno de los tipos su puño bien cerrado, que acabó anclado en mi estómago, jodiendo aún más mi ya de por sí dolorido torso. No sé bien qué dije, creo que un “¿Pero que pollas pasa?” envuelto en indignación. Sonaría ofensiva la respuesta, porque de nuevo el puño se topó con mis amadas carnes troncales, esta vez aderezado con la participación del otro personaje, que me dio una patada curiosa en la rodilla. Caí de rodillas, inclinado ante un hijo de puta agresor sin necesidad de cuentos. Decidió agarrarme del pelo mientras el otro, se entretenía con la chica.

Ya hasta los cojones de mierda sin venir a cuento, me levanté estrellando a ese cabrón contra la puta pared. Conseguí que me soltara el pelo. Una vez erguido me propuse devolver la cortés patada al que rondaba a la chica, le di en las costillas con mi queridísima zurda y pareció dolerle, no se movió demasiado.

El otro pensaría que ya que era un dos contra uno, porqué no atacar también por la espalda. De perdidos al río. Un hostiazo no sé muy bien con qué en la espalda, me di la vuelta y nos enzarzamos en una pelea batiendo puños y demás extremidades. Me he cebado con ese cabrón. No sé cuando volverá a levantarse.

Había ganado la ronda de lucha libre entre sollozos. Pero no salí ileso, ni mucho menos. Cogiendo sus brazos levanté a la chica, que andaba a torpes zancadas. Hasta donde dijo mi pierna “aquí me quedo”, no dejamos de andar con ligereza. Por el camino, intenté que evadiera su histerismo y sus miedos… pero no funcionó.

A tomar por culo de la zona cero decidimos sentarnos en un banco. Ella a respirar algo mejor. Yo a evitar males mayores en mi cuerpo, y solventar algunas dudas si se pudiera.

Pregunté en primer lugar por su nombre, y más lágrimas recibí como respuesta. Acto seguido y ya cansado de la noche, ofrecí un cigarrillo a la víctima. Dijo “Perdón”. Repitió esa palabra mil veces, constantemente, añadiendo de cuando en cuando un “tenia que haber seguido corriendo” o mierda en este plan. Seguí intentando que me hablara y finalmente lo conseguí. Contó que lo había dejado con un amigo de esos dos subnormales, se marchó con otro y estos querían diversión. Pensó que la querían violar o algo parecido, de modo que corrió. Sepa dios lo que fuese en realidad.

Como comentario jachondo, dije en voz alta “Esto parece un puto capítulo de Sin City”, acto seguido me mira con una sonrisa llorona y dice “Me llamo Goldie”.

Recibí entonces un beso en la mejilla, un giro de cuello hacía su cara sumado a unos minutos de besos en los labios y unas gracias que me han llenado más que ningunas en esta vida tan puta.

Sin dudarlo un instante se fue corriendo como si ya hubiera recobrado las fuerzas a la vez que yo miraba a todos lados para ver si se acercaban de nuevo. No había nadie. No me dijo quien era, no me dijo su nombre. Saqué otro cigarrillo.


Goldie… dice que se llama Goldie…

domingo, 20 de agosto de 2006

De luto

Retumbaran en la cabeza del profeta estas palabras formadas por frases precisas y de forma concisa expresadas. Morfología intacta, espeleología entre un par de piernas: En busca del tesoro. Las gilipolleces que pienso y esas historias pesadas que cuento. No merezco, ni los dedos de tus pies ni tu quijada, ni versos o prosas enmarcadas en los cuadros presentes. Sombrío es el camino que marco por mis medios, escurridizo el pasadizo que llega hasta mis sueños. Pesado el cansancio del que gasto, longevo el insomnio que padezco. Espanto pájaros al aire que huyen de mi hedor entre cagadas mentales. Premisas fantásticas de encuentros idílicos sin llegar a utópicos. Expertos en el arte de triunfar al llegar, mientras pierdo un par de veces seguidas a las cartas contra mí en ambos bandos. “Times like these” o como otros cualesquiera, solo pienso que si me perteneciera potestad alguna emigraría a otro país o mundo. Ése universo del que hablo no existe, ya lo sé, perderé de nuevo y las veces que hagan falta para demostrar mi seña de identidad… un DNI que no caduca, o besos de esos en la nuca.


Sin ánimo de luto, no vayamos a caer. Con ánimo de lucro sentimental, egoismo al poder. Ese vaso a medias… ya me lo he bebido. Empino el codo, me nutro de olvido.

sábado, 19 de agosto de 2006

Payne´s Mind Vol.1



Paja mental propia, como las que precederán.

Oscura



Escena versionada del glorioso "Max Payne 2", pero desde mi punto de vista, y más breve. Las imágenes, eso sí, son de mi cosecha.

jueves, 17 de agosto de 2006

Pasado

A lo que ocurre cuando no sabemos un porqué, solemos llamarlo destino. Una fuerza superior que genera tragedia o tristeza, sin más. Cuando alguien cercano muere, ya no se llama destino, no quieres pensar que el destino de alguien acabe con un final triste, aunque siempre es el mismo. No hay excepción. El gélido abrazo recibido al morir te transforma, dejas el presente para mudarte al pasado. Ahora hablan de ti en tiempos verbales más acordes a la situación, dejaste de ser “quien”, para convertirte en “que”.

Supones, algo más tarde de reaccionar, que el juego de la vida es un simple pasatiempo, la última hoja de un periódico escrito en un idioma que no llegas a comprender. Y mientras tú te entretienes en completar el crucigrama, las palabras que no comprendes siguen esperando recibir un sentido lógico, y no estático... esperando que descubras tu nombre en la esquela. Sin dejar de leer los sucesos.

Aceptar lo que significa el destino o la muerte en todos sus sentidos puede matarte, volverte loco… o te puede liberar.

miércoles, 16 de agosto de 2006

lunes, 14 de agosto de 2006

En tierra de nadie

Ando de un lado para otro. Sin estarme quieto en ningún sitio aunque traten unos y otros de agarrarme para ellos para siempre. Lo malo de esto es que al final no eres ni de nadie ni de ningún sitio.

Sólo sé que desde hace varios días me acechan hojas impresas con ganas de ser manoseadas hasta la saciedad para morir sudadas, pues aquí este que escribe no puede permitirse un nuevo suspenso. Hojas... Hojas que bajan por las estanterías... se arrastran por los escritorios... salen de las carpetas... Y es una buena noticia. Tampoco es que haya tenido muchas oportunidades de publicar, pero vuelven los exámenes, y con ellos mis ganas de escribir. Es algo acojonante. Precisamente cuando más tienes que estudiar es cuando más ganas te entran de hacer cualquier otra cosa... Siempre es así. Las obligaciones no hacen más que obligarme a eludirlas. Y por eso estoy aquí, escribiendo en lugar de estar leyendo todos esos tochitos que dejé cuidadosamente ordenados cuando pagué la última ronda madrileña. Por eso, y porque la calidosa lluvia fotera de nuestro suicida favorito barre mis atrasados posts, ahora totalmente caducos.

Sí, estoy aquí. Pero, ¿dónde es aquí? ¿Quién está conmigo? He estado con todos y no me he quedado con nadie. Y es que, como me dijo mi querido amigo Payne, estoy en tierra de nadie. Y qué queréis que os diga, no tengo excusas. Pero es desconcertante dormir en cuatro dormitorios y no saber cuál es el tuyo.

Sólo sé que me faltas tú sobre la cama.

sábado, 12 de agosto de 2006

Requiem Toouch

Me violentan los quejidos de la cama al no sonar. Extraño tu imagen tras mi espalda ante el espejo. En el reflejo de los charcos donde jamás aparco por ser tú, por ser quien eres por y para mí. Por ser la estrella que no sueña con despojos olvidados cerca del rellano. Si no valgo, lo valoras y salgo por la puerta de atrás para no molestar o despertarte del sueño. Culpo al suelo por crear la distancia, la altura o el pesar de estos kilos que restan gracia a la ecuación. Suma entonces infinito y multiplícalo por diez, que mi lengua se traba de nuevo, otra vez, por pronunciar palabras que no puedo expresar. Quiero rezar a un Dios que exista, un Yahvé que no juegue a las cartas con San Pedro antes del suicidio. Pido a la longevidad que me trate bien, pero de usted. Pienso en ti, en tu trivial personal, sueño contigo y con besarte. Experimento con arte el ahogo del frío del cemento en mis pies al caer del puente al mar, por perder la razón, sin juez que parta en dos las aguas bajo las que vivo. Si quieres pan ya lo tienes, si peces buscas… aquí me tienes.


E.O

Delirium Tremens


No será lo que esperabas, Lorena. Pero te lo dedico.

lunes, 7 de agosto de 2006

sábado, 5 de agosto de 2006

viernes, 4 de agosto de 2006

jueves, 3 de agosto de 2006

Obi


Mi sino

No aparezco en tu diario, ni en tu espacio ni en tus folios ni en tu cabeza. No ensombrezco la primera o la segunda, ni fuerzo su estado. No molesto ni estorbo, izquierda, derecha o centro: No estoy. No soy tú, ni soy yo. No siento y no padezco ni parezco. No existo en tu memoria ni en tus risas ni en tus llantos. No digo que piense en lo que haces cuando no hago nada en absoluto, ni a eso me refiero. No cuento contigo ni permito intrusiones en mi vacío. No soy, no estoy, no puedo, no sé, no quiero, no pienso, no espero, no… y punto. Eso soy para ti, el que si pierde o el que si muere. En eso estoy, si casi caigo. Si lo digo todo, siempre es simple la ecuación… despejas Z y da Payne. El resultado nómada no sé si sirve. Y el resto, no importa.

miércoles, 2 de agosto de 2006

martes, 1 de agosto de 2006

Relax

All the tired horses in the sun
How'm I supposed to get any ridin' done?

Hmm...

Introducción

lunes, 31 de julio de 2006

sábado, 29 de julio de 2006

sábado, 22 de julio de 2006

jueves, 20 de julio de 2006

Arenas movedizas

La hora, a la que únicamente tenía acceso vía móvil, jugaba como siempre en mi contra. Durante el camino a casa pensaba en la de cosas que me quedaban por hacer. Un conjunto de camas deshechas y usadas, algunas bolsas de comestibles vacías que tirar o tener que llegar al cierre final de mi maleta eran los temas candentes. Pero la idea de enfrentarme a una imponente pila de platos sucios, perfectamente ordenados por fecha, terminó por acojonarme del todo.

Puede que mi fuga hasta las tierras áridas y oliveras suponga decir adiós a esas tortuosas tareas domésticas que me tenían entretenido sin yo quererlo. Adiós a la lavadora, a los tendimientos y planchajes, a la vitro, al mal comer, a andar en pelotas por la casa haciendo la trompa en cada esquina, a pasar el quitapolvos, a los polvos... Adiós a la ciudad, a la tierna imagen del travesti que se sube en Gregorio Marañón, a las arrojadizas putas de Montera, a los letreros luminosos, a las obras, a las gentes, a mis rutinas rutinosas... adiós a todo. Y como despedida que era, sabía que iba a ser triste. Pero nada de esto me importaba realmente. Más triste aún es saber que dejo coja una mesa, que abandono mis deberes de cama, que por más que quiera no trendré esa pierna rondándome en el cine, que si me apetece tendré que morderme el labio y meter las manos en los bolsillos... que me va a faltar un pulmón, un riñón, un testículo... que valdré la mitad... "No es un adiós, es un hasta luego", dirá mi espejo. "Es un hasta cuándo", será mi respuesta. Si tan sólo hubiera un día estipulado... una fecha concreta a la que agarrarme... Pero no, no hay nada, salvo un mar de dudas. Arenas movedizas donde naufragan mis botas sucias...

Vale. Es de cajón. Me conocéis. Ya me las apañaré para apretar el botón. Tiraré de la cuerda que tenga que tirar, consiguiendo escabullirme, llegar y besar a la santa. Y me sobrará tiempo. Y me moriré varias veces. Pero tengo que hacerlo. Es así. Todo con calma pajera, oído fino y sin excesos mentales. Tratando de no confundir el Paraíso con la casa de enfrente. Vida en familia... ¿Qué es eso? El peligro real de vivir solo es que al final te acaba gustando. Terminas conociéndote del todo, clasificando limitaciones, queriéndote e incluso gustándote. Pero no son cuatro paredes las que te tienden la mano, no... Te tienen que brindar el salpichurri.

Así que allí estaba yo, en Atocha y a cuatro minutos escasos para que llegara mi tren. Tuve suerte. O no la tuve. Cargado con una maleta gigantesca que podría hacer las veces de salita, dormitorio o cuarto de baño en cualquier apartamento, subí a mi vagón, quedándome así sin medicinas y sin UVI móvil. Me esperaba un pesado viaje embutido en un asiento frente a la estampa de una madre dándole cariño a su hijo en lo que acabó resultando ser una escena bastante entretenida. En un momento dado, el niño se estaba intentando quedar dormido. Pero su cabeza no dejaba de golpearse con la ventana. Estaba tan atolondrado que no podía colocarse mejor, simplemente se limitaba a no abrirse la cabeza del todo, por mera intuición. Fue entonces cuando su madre le puso cómodo en su hombro, con la ayuda de una chaqueta imitando la almohada. El niño se relamió inconsciente y metió una mano entre las piernas de su madre. Ella no le quitaba la vista de encima. Sonreía y le tocaba el pelo. El salpichurri de todo, nunca lo puedes conseguir solo.

jueves, 13 de julio de 2006

Piloto

Pasan el tiempo y las penas, los penes y demás. ¿Qué Raulianos planes se cuecen en tu mente? No lo sé. ¿Cuántas cuentas haces al mes? Menos poder tengo de percepción extrasensorial que de triste persuasión.

Nada de amor, por favor... no vayamos a faltar. Ya que la última pieza puede hacerlo estallar.
Chistes malos, desgracias, sin más. Rollo crío, aprende palos y falacias, no está mal.

No perdimos el tiempo, ni tampoco la verdad. Francamente... hubo algo más que sinceridad, conexión, simbiosis, como la quieras llamar. Ciertamente nada dura una eternidad. Pídele cuentas al rey, haz tus maletas y emigra tal como dicta la ley. Tu la propones y quieres que la ejecute, me niego en rotundo. ¿Y quién cojones quiere que le electrocuten?

Nada de amor, por favor... no vayamos a faltar. Ya que la última pieza puede hacerlo estallar.
Chistes malos, desgracias, sin más. Rollo crío, aprende palos y falacias, no está mal.

Vamos agregando nuevos términos a un contrato que con sumo gusto consumí y que con sumo disgusto acepté sin merecer. El resultado es evidente, el hirviente ambiente nos caló. Meses más experto... digamos que al final me lo merezco.

martes, 4 de julio de 2006

sábado, 1 de julio de 2006

El post de la media hora

Tengo media hora para escribir algo decente… Lo dejo.

No. No puedes. Tienes media hora, Marcos… Media hora para escribir algo… mierda, ya te estás repitiendo, como el gazpacho. Nada, que no… Estás violando el mandamiento básico: no escribirás un post sólo por el hecho de que llevas una semana sin actualizar. Estás jodido. Las visitas decrecen y tu verborrea no te da esta vez ni para el café. Han pasado nueve minutos. ¿Qué hago? Mejor lo dejo… ¿Y qué hago si lo dejo? Precisamente estás haciendo esto para estar haciendo algo. NO HACE FALTA HACER NADA PARA ESTAR HACIENDO ALGO. Ahora voy de filósofo. Me aburro… O debería decir “me aburres”. Y tú a mí. Sabes que no. Déjame. A ver… Post, post, post… Ya lo tengo. No, espera, ya escribí sobre eso… Tengo un par de ideas atrasadas, puede que funcionen. Mi lucha con la macro mariposa y la del infarto en el metro. Ya, pero no tengo ganas de escribir sobre un tipo que pasa el rato intentando cargarse una mariposa. Quieras o no ese eres tú. No digo que no lo sea, digo que no tengo ganas. Otro día. Otro día, otro día… siempre igual. Déjame. JODER. Post.

Quince minutos y nada. Qué coño me pasa… Hasta el día cinco puede que atraviese uno de los mejores momentos desde que estoy aquí. Y eso a quién le importa. A mí. No quiero publicar mis alegrías. Mi felicidad me la guardo para mí. Quieras o no con estas líneas ya queda reflejado… Espera… ¿Líneas? Oye, un momento… No irás a decirme que estás copiando toda esta mierda… Mmm… ¿No? Joder. Joder, joder, joder… Eres idiota. ¿Para esto tanta paja aniversarial con tu anterior post? Quedarás a la altura del betún. Y a mí qué me importa. Tienes una jodida reputación que cuidar. Se suponía que tu próximo escrito sería algo grande. Grande los cojones. Ahí está el quick de la cuestión, joder. La cosa… es desconcertar. Ya. ¿Ahora vas de innovador? Tira de ésta. Ya tiraré… hay tiempo para todo. Ahora termina esto. Pon el punto. Como si fuera tan fácil. Esta mierda no tiene ni pies ni cabeza. Ya no me acuerdo ni de cómo empezaba… cómo quieres que así lo acabe. Joder, es sencillo. Punto y final. Mira.

Ya veo. ¿Qué haces? Nada. ¿Nada? Acabas de empezar otro puto párrafo, ¿cómo que nada? Joder… Estoy pensando. Siempre pienso. ¿Qué quieres que haga? Que pienses y no escribas. Pues pon otro punto de los tuyos. No es tan fácil… acabas de empezar un párrafo, ahora hay que rellenarlo con algo. ¿Algo? Pero si en dos párrafos no has dicho NADA. ¡Quieres dejarme!, estoy pensando. Piensa, piensa… Ya lo tengo. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Veinte minutos. Muy bien… ATENTO. A ver… “EL POST DE LA MEDIA HORA”. ¿El post de la qué? De la media hora… Ve tirando de ésta, anda… Calla. Te explico… Un post sobre… Jaja… Es genial… Sobre… todo lo que se te pasa por la cabeza en MEDIA HORA. ¿Entiendes? ¡El post de la media hora! Menuda gilipollez. ¿Qué dices? Es genial. Esa mierda ya estará hecha, además, no me llama la atención. ¿Y por qué empezaste a escribir todo esto? Por puro aburrimiento. No… Te voy a decir por qué… Porque tú, que eres yo, ya sabías de qué iba la vaina. Sabías que querías escribir todo lo que se te pasara por la cabeza en media hora. ¡Vamos! Mira arriba. ¿Lo ves? Escribiste el título hace veinticinco minutos. Eh, eh, no me times. Lo escribirías tú. No me quieres entender… Vale, sí… Muy bien. Media hora. El post de la media hora. Si a ti te gusta a mí también. Pues entonces ya está… Aunque… ¿Qué quieres ahora? Pues… Que esto no es real del todo… ¿Más mierda? No, a ver… Escucha… Esta media hora está condicionada, porque eres tú, sí, pero sentado frente al teclado. ¿Me entiendes? Con un fin. No eres tú en una media hora cualquiera. ¿Qué? Es media hora de mí, no me saques mierda extra ahora. Vale, vale… Sólo intentaba… Sólo intentabas joderla un poco más. Que no, todo es con vistas a que quepa más en el post. Deja de tocarme los tocables, a mí y al público. Cómo te pones… Mira, ponle el punto final y ve sacándola. Paso. Muy bien. Si no se lo pones tú, se lo pongo yo.

¡Treinta! No tenías que decir eso. ¿No? No, joder, otro párrafo no…

miércoles, 28 de junio de 2006

Basura

Las piezas de un juego son repartidas al azar, ganas, pierdes... no te da igual. Exprimes tu cerebro entre esquemas irrracionales, en mal estado. Copias estilos, esparces las migajas del alba con falsedad. Lees por aburrimiento y crees porque no hay nada que hacer. Croquis que sólo entiendes tú, puzles que sólo ves tú, pérdidas que sólo sientes tú, caes, pero sólo quieres caer tú.

No sirves, no vales, ¿qué puedes hacer? Izquierda o derecha, no sabes.

martes, 27 de junio de 2006

Humo

Llega el humo a su ventana
“¡Papel y lápiz!, hoy voy a escribir”
Huele a inspiración esta mañana
“Jo, jo… Este folio, lo pienso curtir”

Poeta heroico, respira sin cirrosis
Redactando con cautela sus múltiples vivencias
Un cerebro, dividido por mitosis
“¿Es tonto?”, mentí afirmando: falsas apariencias

Músico de andar por casa
Suena el despertador, se ha de levantar
Caviar, langosta… voto por la pasta
¡Joder! Ya llego tarde. Y a sobar

Amo del “no estoy, ergo cuelgo”
Prófugo de leyes tipo anti-amorísticas
Se hace bien, pero luego
Tu estilo, amigo mío, rompe estadísticas



A Marcos
(Emulación del estilo Markense y complemento de "Ceniza")

jueves, 22 de junio de 2006

Ciento volando

No soy más que un cuenta historias que se suma a la moda del blog, de prostituir su vida de forma gratuita. Lo demuestran esos cien posts que avalan mi trayectoria como instigador de multitudes. Un poeta pobre. El joven aprendiz de bohemio. Alguien que se encuentra perdido en terreno de nadie, que se llevó papel y lápiz a su isla despierta y escribe por pasar el rato, aun a sabiendas de que lo hace justo por todo lo contrario. Porque tengo la necesidad, porque no me obligan, porque me dejan, porque me gusta. Por soltar mierda, borderías o agradecimientos; por reírme de mí mismo; por curarme en salud; por dar rienda suelta a mi egocentrismo y jugar a ser rey por un día… cuando ni tan siquiera llego a bufón. Porque, cuando piensas que cualquiera puede estar leyéndote, no puedes contener tu erección emocional, llegando a manchar de semen las paredes de tu cabeza.

Aún queda mucho que contar, supongo. La vida sigue, mi teclado aún no se resiente y esta página en blanco parece no escarmentar nunca. Así que, mientras la salud mental me lo permita y la sexual no me robe tiempo en exceso, intentaré llegar a otros cien. Como dijo Payne: “dejadme soñar con ello”. No sé si me habréis cogido cariño, yo a vosotros sí. Que me va el roce visual. Así que, lejos de alimentar este post con recochineo barato acerca de mi trayectoria, espero que sirva para poder expresar mi júbilo hacia ese sector leyente de mi persona. Que aunque no se me vea, estoy saltando y manchando el monitor de gotas blanquecinas. Que se me empaña la mirada, maldita sea.

Que me emociono, amaneramientos aparte. Habéis tenido la desfachatez de no pedir mi cabeza en todo este tiempo y con eso me basta. Y aunque ello os honra, a la vez que dice muy poco de vosotros, y menos de mí… salvo que estamos hechos del mismo material, que somos la misma calaña. Un séquito de jachondos sementales sentimentales propensos a ofrecer cariño y sobresaltos al mismo precio. Amantes del pecado dosificado, de la quema indiscriminada de órganos sin valor, del almacenamiento progresivo de recuerdos asalitrados. Adictos al fracaso en vena. Voyeurs de andar por casa que hacen del sin sentido una religión. Los que sueñan que se comen al grande mientras piden otra ración, en el bar "Las Vegas". Los aspirantes a todo que no son duchos en nada. Balas perdidas del revólver que apunta a mi cabeza, a mi corazón… gracias a todos, gracias por todo. Nunca os disparéis en vano. Seguid formando parte de esta ruleta rusa.

Poco más que añadir, mis queridos Queridos. Pronto acabará este post y para entonces sólo tendréis clara una cosa: “este tal Marcos ha escrito cien cosos. Vale. Bien por él. Ya si eso.” Yo, por mi parte, empezaré a pensar en el próximo escrito, y si me he visto no me recuerdo. Dice Sabina que no hay mejor venganza que escribir una canción. Quique González lo materializaba con su “Ajuste de cuentas”. Si me lo permitís, me gustaría seguir esa línea diciendo que no hay mejor desahogo que escribir un post. Que uno siente un qué sé yo cuando hace clic en “publicar”. Que me encanta pensar que haya gente que diga que es mierda escribosa y gente que lo disfrute. Así que esto es un desajuste de polvos, un libro redondo por el que lo único que cobro es vuestro tiempo. Viva la lágrima fácil, los maricas de oficina y los zorrones consumados. Viva los que escriben y los que leen, la salsa rosa del ciberespacio sin nombres ni apellidos, la cruz roja y la invertida, los cuerpos que se encuentran cuando van entre el centeno, todos aquellos que me inspiran y me obligan a sentarme a hablar con la pantalla, la que me robó el corazón a punta de cintura, ese disco que nos salva cada noche, la pata de conejo churrascada, la pata y el conejo, los amigos del más aquí y los del más allá… la sangre en el camino.

Si con el título me permito la licencia de homenajear vagamente a uno de los grandes, con la despedida no hago menos diciendo que, a estas alturas, muero… de placer. Hoy… lo que se dice hoy… sí soy.

martes, 20 de junio de 2006

Vista

Gustar es un verbo con significados tan amplios como la vista al horizonte del mar, mil usos, mil aplicaciones, una oportunidad para decirlo… pocas más.

No se pueden dedicar un par de sonrisas, una mirada cálida y acto seguido aparecer en su casa. “¡Menuda sorpresa!” – oirás, seguido de un “pasa, pasa”.

A partir de ahí, es terreno desconocido. Hábitat extraño que suena más a película porno casera que a una habitación cualquiera: una cama deshecha, prendas esparcidas por doquier, dos móviles que dejaron de sonar, una taza del McDonalds, música de fondo… risas y un cenicero a punto de colmar. Elwood custodiando la zona y el lugar.

Gafas de sol al suelo seguidas de una tremenda patada al aire como evitable consecuencia. Confusión entre la acción. Hay cuernos con los que cumplir y una noche por delante de tranquilidad. Tu parte inevitable, se convierte en la suya también.

Nacen dos vertientes que mueren despeñadas en la cascada cenagosa del no querer, pero poder. La izquierda va por Laso, la derecha se queda hoy aquí, mañana marcha hacia el hogar que corresponde.

Parpadeas con sueño un par de veces, mientras manosea el pintalabios. A traición te duermes dando un beso en la sien. Te mira y los ojos se cierran a la vez.


Al despertar es cuando dices… está mal. Y te vas.



A Stacy

sábado, 17 de junio de 2006

Hora torera

Me refugié en la salida de incendios de una de las torres. Empezaba a llover y no quería humedecerme más de lo aconsejable. No me metí al metro, pese a tenerlo al lado, porque siempre recurro a aquel hueco en la torre para ordenar los últimos pensamientos del día, un análisis en el cual casi siempre acabo echándome el sermón por no haber agotado todas las posibilidades. Venía de un examen catastrófico y de estar vaciándome en Internet, soltando mierda acumulada en forma de temario para poder aprobar, unas cuantas horas fueron gastadas en ello. Mientras miraba la alambrada de enfrente un tipo en bañador y sandalias se acercó a mi hueco. Sacó el tabaco, lo dejó reposando en la baranda y se puso a quemar la china. Suave tufillo a hierbas medicinales… A lo lejos una joven damisela en compañía de su respectivo se nos acerca pidiendo un piti, esa ridícula palabra que designa al cigarrillo, le respondo que “ya si eso” y el tipo en bermudas le da uno de sus cigarros. Con aquel humo no se podía pensar en nada que no tuviera “Lucy in the sky with diamonds” como música de fondo, así que decidí finalizar de manera brusca mi ronda mental y darle duro al camino hasta mi casa. Comprobé así que la del piti ya estaba con el chorbo dándole el último lametazo a su porro, mientras, una esquina más allá, unos sudacas hacían rular en círculos su hierba… me sentía un extraño estando allí sin colocarme. Corrí hasta la boca de metro, aun cuando no llovía. Aquellas gotas amenazantes no habían sido más que lágrimas de cocodrilo.

Todo para llegar a casa, poner la tele y contemplar absorto que no hay una jodida cadena que no hable del mundial. Que no hay ningún plan para esta noche que contemple a alguien más que no sea yo. Que esos apuntes que con tanto esmero imprimí hace ya varios días, me esperan en la mesa, esparcidos en tochitos de veinte o treinta páginas, junto al flexo, con cuatro botellas de agua vacías alrededor y una rana que hace las veces de antiestrés mediante violaciones anales a punta de bolígrafo. Sí, amigo, tengo que estudiar… No hay nada en la nevera, acabo de cenar. No tengo ganas de ir a echar una meada, estoy vacío, me aseguré de ello hace diez minutos. Ya hice la colada, no hay más camisas que tender. En la tele sólo encuentro a la perraca de turno vendiendo su vida en Salsa Rosa a base de polvos. No tengo banda ancha, tengo manga corta. Y no hay más remedio… Así que cojo la chaqueta, me miro por última vez al espejo y pienso en esa persona. Afuera, las luces acaban de encenderse, mis duendes aguardan impacientes y el único arma que tengo es una guitarra prestada. Intento hacerlo lo mejor que puedo, porque cuando empiecen a sangrarme los dedos sabré que es el momento en que tendré que parar y ponerme a estudiar.

Son éstos días que se escapan, horas aprovechadas en su totalidad únicamente cuando tienen la suerte de ser aliñadas en conversaciones sobre el todo y la nada, en plena hora torera, invertida. Y yo que me creía Elliott McQueen…

martes, 13 de junio de 2006

domingo, 11 de junio de 2006

sábado, 10 de junio de 2006

viernes, 9 de junio de 2006

jueves, 8 de junio de 2006

[-]u|V|o

Es precioso crear castillos de arena en la orilla. Y entretenido esmerarse en montar poco a poco lo que imaginas será la hermosa morada en la que habiten felizmente hormigas, medusas o los versátiles playmovils (Algún día hablaré de ellos… se merecen un post). De forma que una vez finalizas tu obra maestra, con sus fosos currados para que entre agua, sus adornos, conchitas y demás, te levantas con la intención de echar un vistazo general, admirar tu creación a modo de Dios creador de imperios poderosos.

Pero, resulta curioso, que lo que dura la edificación, se mide según los mismos criterios que los de la marea. Descubres que al poco tiempo tu portentosa muestra de poder, ingenio o arte… queda desmoronada. Culpa del mar o de algún pié fugitivo ya oculto entre la multitud, da igual. Ha acabado tu momento de esplendor, que a huido a la velocidad que los sueños despiertan, al mismo kilometraje que las ilusiones se pierden entre nubes… cual cigarro expulsa al expirar hundido en el charco de la perdición. Nubes de tristeza, nubes de desilusión… nubes de humo.

El Vol.3



Aún tenemos que verla en común, Marks

martes, 6 de junio de 2006

666

El día de la bestia. Satanás se pone el bañador y viene a hacernos una visita aprovechando que en el santo sielo están ocupados con el jaleo de “El código Da Vinci”. Ya… Lo siento, amigos, pero esto no es el acabose de Juanjo de la Iglesia. Los exámenes no han pasado todavía. Matthew McConaughey se ha quedado sin Pene. La Jurado está criando malvas. Humberto Janeiro sigue fuera de Ambiciones. El blog sigue adelante.

Sin duda, lo más acojonante del día ha sido ver a Urdaci haciendo un monólogo… DIOX. Y lo malo es que lo hacía bien… Desde un primer momento supe que lo suyo era el humor, el desccoojone. Y esa mágica visualización ha sido resultado del suceso más emocionante de estos días: sintonizar “La Sexta”, la tele del mundial. Y a mi el mundial me la tuerce. Esto ha sido un triunfo por el simple hecho de conseguir un nuevo canal. Oh, sí… Vosotros… Vosotros que nadáis en la abundancia… Vosotros que tenéis cientos de canales…, gracias a la TDT, al Digital+, a Ono…, no sabéis lo que es vivir con siete canales (por meter en la saca a Localia, que vaya tela, Maria Estela…), no lo sabéis, no, no, no. Seis jodidos meses con seis jodidos canales. Vamos, no me jodas… Cuando el anuncio de que se había instalado en la comunidad “La Sexta” se posó ante mis ojos, contuve la erección y eché a correr. Cogí con mi mano sudorosa el mando a distancia y me puse a buscar canales. Me llevé una sorpresa al comprobar que ahora podría disfrutar del deporte con “Eurosport” (los que me conozcan sabrán que es una alegría), pero cuando se me paró el corazón fue al ver a Pablo Carbonell haciendo un documental… era “La Sexta”, y yo saltaba de alegría. Y dado que este post comienza a ser cargantemente rosa y publicitario, amén de que no hace gala en ningún momento del motivo de su título, os contaré lo mío con Ono:

Sí… (Se) corría el mes de enero salpicando con sus días los exámenes de febrero, cuando me quedé sin el paquete de televisión + internet + teléfono de Ono. Todo por la tontería de no pagar las facturas (qué susceptibles). Mi tío me avisaba por aquel entonces de que ya se pasarían a recoger sus apechusques (quicir, el descodificador y la cosa del wireless), que me preocupara de andar por casa y esas cosas… Pero, veréis… tengo la, en mi opinión, sana costumbre de no abrir la puerta ni contestar al telefonillo gratuitamente. Más que nada porque esto es Madrid. Se supone que puedes morir en cualquier momento. Así que ahí estoy yo andando de puntillas cada vez que llaman a la puerta, bajando el volumen de la tele, guardando el pene sigiloso y acercándome a la mirilla con sumo cuidado. Si son testigos de Jehová, pues abro y nos echamos unas risas. Si es la policía, abro y les digo que yo no lo hice. Y si es un tipo gordo con una carpetuela sudada en el sobaco tienes dos opciones: que lleva traje, es un vendedor de enciclopedias y no abres porque quieres acostarte pronto, que va en mangas de camisa y tiene cara de agobio, es de Ono y tampoco. ¿Por qué? ¿Por qué si ya me he dado de baja y el buen señor sólo viene a por lo suyo? Porque, amigos… me encanta ver la hora en ese descodificador. Lo siento, pero supera mis fuerzas. Lo tuve desconectado un par de tardes para dárselo y me volvía imbécil tratando de encontrar algún lugar donde ver la hora. Sí, ese descodificador me mola… Y mientras estoy asomado a la mirilla cual voyeur jadeante, veo cómo el tipo ése saca un papelito, lo firma y lo cuela por la puerta:


ONO INFORMA:
Nuestro técnico Fulano de Tal ha pasado a por su descodificador a las virgen y media y no estaba. Maldita sea, llame a este teléfono cuando se encuentre disponible: 666 322006”.

Ayer fue otro de esos emocionantes días. Un día en el que visitas durante dos horas tu banco para pedir una nueva tarjeta, ya que la original se la tragó el cajero la semana anterior; en el que luchas a muerte contra una mariposa a golpe de periódico (algún día relataré esto); en el que sintonizas una nueva cadena… Un día en el que el técnico de Ono cuela su tercer aviso por debajo de la puerta.

Días emocionantes. Días en los que puedo decir “son las dos y media” sin salir del salón.

lunes, 5 de junio de 2006

sábado, 3 de junio de 2006

viernes, 2 de junio de 2006

Como mi padre

Jachondo de ultramar y derivados
Esperma consumado y delictivo
Del norte, del sur, de todos los lados
Espejo que devuelve el atractivo

Litros de vino, panes y pescados
El John Lennon aceitunero y altivo
Años, le debo veinte, bien llevados
Es suyo todo aquello que concibo

Ni un pelo de tonto, nueve de listo
Autor del "no se deja, luego insisto"
Le quiero como a nadie aunque me ladre

Mi guía, mi cartera, mi talante
Mi sombra, mi ejemplo a seguir, mi guante
De mayor quiero ser como mi padre


A mi padre

miércoles, 31 de mayo de 2006

GraveDad

Toda una vida dedicada a la colección de etiquetas, a las reuniones sociales, a las largas horas de charla.

Toda una vida de esmero para cagarla, pisotear lo que se pueda, machacar entrañas, leer con las manos cerradas.

Nada de dobles al pocker, ni de billetes en sobres, la economía bajo cero, el frío nos dormita bajo luminosos letreros.

Nada o casi de mentiras, que va. Ni de metas que dejaban de ser reales, promesas que esperaban en el salón hasta tarde.

A medias quedaba el vaso, con su sangre corriendo por las venas, horas de penas que eran de todo menos buenas. Ceda el paso, el cruce salta y el semáforo.

A medias deja el parto, sin llantos ni caricias, el tercer estado no salió bien, vértigo ébrio, mentir sin riesgo en el despacho.


Llegar a casa y caer al suelo... sentir la gravedad en la sien.

martes, 30 de mayo de 2006

Garabato

Alérgica al perfume “yo no he sido”
Circula cual delfín entre la gente
Flequillo despistado y forajido
La vi gritando “¡Marcos presidente!”

Aunque es un hecho por todos sabido
Que siente un qué sé yo por Buenafuente
No pierda la razón el distinguido
A ver si va a pecarnos de impaciente

Apuntes que dejan sabor a teta
Y yo este garabato en su carpeta…
El trozo más amargo de la tarta

La chica que se esconde tras las gafas
Que ocultan la razón de mis estafas
Es única, es un ángel, es la Marta


A Marta

lunes, 29 de mayo de 2006

Foxdos

Porque contigo lágrimas son más eternamente flores que las del camino que pasé. Sin tu vida sé, contigo con mi vida soy. La tercera va por él, por hacerme poderoso, los errores que no coso ahora los paso por el forro liando porros con la polla. Deja las llaves en la entrada, siéntate, espérate, piensa a qué has venido. Habla joder, o pírate del nido otra vez.

Has perdido la memoria, has perdido la cabeza, has perdido el tú. Has perdido el estilo, has perdido el sentido, has perdido la hora de despido.

Eres quien no quieres haciendo lo que puedes, el pequeño ángel que se pierde entre cuerdas de Sin City. Princesa del rellano, escaleras y esquinas. Dehesa, compañías muy queridas femeninas. Para haceros con ayuda poderosas, Rosas que por ser más bellas no pinchen menos.

Has perdido la memoria, has perdido la cabeza, has perdido el yo. Has perdido el estilo, has perdido el sentido, has perdido la hora de despido.

Algunos sois hábiles, pero os falta ingrávidez... ahora chupáis poca intactilez. Felices en creencia, cristianitos comiendo gusanitos a la salida del cine. "Annie Hall" no la entiendes, mejor así, peor para tí. Otra cosa no puedo hacer.

Has perdido la memoria, has perdido la cabeza, has perdido el nos. Has perdido el estilo, has perdido el sentido, has perdido la hora de despido.


Descansa bajo tierra que nadie te molesta, ahorras saliva y desgaste de córtex, alguien habrá que en Durex gaste sus cuartos profanando. Yo paso.

domingo, 28 de mayo de 2006

Paseando al perro

Cuando te saltas las reglas. Cuando estás de paso y aún así decides quedarte. Cuando, por pequeño que sea, te encuentras frente a frente con uno de esos momentos mágicos en los que todo parece encajar a la perfección. Hay que estar atento. Te puede pasar en cualquier momento. Te encuentras ajeno a todo lo que esté ocurriendo tras esa habitación. Esperando a que lleguen las seis. A mí me pasó paseando al perro.

Cuando el espejo te delata. Cuando escuchas aquella canción que hacía años que no oías. Cuando, por grande que sea, el problema se vuelve insignificante y se borra solo de la lista, por un instante vacía. Hay que estar atento. Puede que tarde en volver. Te encuentras frente a un papel, escribiéndole a alguien. Esperando un autobús. A mí me pasó paseando al perro. En un campo de amapolas.

jueves, 25 de mayo de 2006

Maremotos verbales - Vol.16

Universidad Complutense, hace una semana:


MARCOS
La, la, la... Jo, jo... ¡Sí!
(...)

CHINITA
¿Eres cristiano?

MARCOS
No.

CHINITA
Entonces quizás estés interesado en apuntarte a nuestro grupo cristiano.

MARCOS
Claro.

CHINITA
¿Crees en Dios?

MARCOS
No.

CHINITA
La palabra de Dios es la respuesta.

MARCOS
Ya, bueno, para vosotros.


INFO:
Iba yo tan tranquilo cuando la chinita me asaltó en plena
calle para mantener conmigo este chorongo dialoguil.
Tan pronto como vino, se fue.
Diox no existe. Pásalo.

martes, 23 de mayo de 2006

Ya están aquí

Se acercan. Están en forma. Son rápidos. Tienen las esquinas afiladas y vienen a por nosotros… Sí, amigos, son los exámenes examinísticos y examinosos. Llega la época estudiosa. Lo que os propongo es revisitar uno de los comentarios clásicos del Weblog SDA. Y para ello quisiera dejar claro, antes de nada, que mía no es la autoría de este pequeño saco de verdades que vais a leer, sino del gran Bayo. Tan sólo algunas palabras y expresiones imposibles, así como fallos de acentuación han sido modificados y amoldados cariñosamente para poder así ajustarse a la norma sin que pierda ni un ápice jachondil. Sirva, pues, este párrafo de introducción, y los siguientes… de post:


Paso a dar mi opinión acerca de lo que son las temporadas de exámenes, en una de las cuales nos hayamos hoy unos cuantos...

Todo empieza allá por septiembre, cuando entras de nuevo (después de otras jornadas de exámenes) a la universidad con esperanzas renovadas, pensando que este cuatrimestre sacarás dos asignaturas más que el año pasado, que te pondrás a estudiar y repasar desde el primer día que tengas apuntes, que vas a echar dos horas diarias, que piensas entrar a todas las clases, que te apuntarás a todas esas prácticas y opciones para subir nota…

Los primeros días te dedicas a pasar a limpio los pocos apuntes que vas recogiendo, pensando que este curso va a ser la hostia. Todo de momento te parece fácil. Llegas a casa diciendo que no tienes nada que hacer porque acabamos de empezar. Lo malo es que esa misma excusa nos dura por lo menos hasta mediados de noviembre… Cuando te quieres dar cuenta, te encuentras ya en noviembre y con un pequeño tocho que uno dice que se lo come en poco rato. Así acumulas tochito a tochito, hasta que consigues un tochaco.

Durante el día te dedicas a asistir a clase y por la tarde a repasar algo que te preguntarán al día siguiente, o el parcial que tienes la semana que viene, y, por qué no, la práctica obligatoria que tienes para viernes. Pronto, llegas a principios de diciembre y ves cómo todo lo que pensabas se empieza a ir a la mierda. De la materia que tan fácil veías en octubre ahora en clase no entiendes ni papa, porque te perdiste en noviembre. Ya corre por tu mente la idea de dejarla para un tal junio o, en el peor de los casos, para el sufrido septiembre.

Y cómo no… llega la Navidad y sus vacaciones. Todo son fiestas, reencuentros con amigos…, piensas que ya es hora de empezar a estudiar para que cuando llegue enero sólo haya que repasar. Bueno, la cosa se inicia con el sorteo del niño y termina con el post-reyes magos. En ese transcurso de tiempo, sinceramente, no se hace ni el huevo. Todo lo que uno se propuso se va al garete. Y estamos en enero cuando, de nuevo, te planteas (ya sin tan siquiera ir a clase) a cuántas te vas a presentar. Dices “más vale ir por seguro, me presentaré a las que me sé fijo… mejor será presentarse a pocas pero aprobarlas”.

Nos encontramos a mediados de enero. Nuestra vida se limita a visitar rutinariamente la biblio y recoger fotocopias caducadas de octubre con las que sólo consigues preguntarte “¿qué cojoño es esto?”. Con la tontería llegamos a una semana antes de febrero… Algunos, como yo mismo, tenemos los exámenes a finales de enero. Es entonces cuando viene la etapa de planificación. Te dices “me levantaré a las ocho, y pa las ocho y media me pondré a estudiar”. ¡JÁ! Sabes que no te vas a levantar a esa hora, y que en media hora no estarás vivo ni de coña.

Te pones a las diez, colocando los apuntes esturreados por toda la mesa para así parecer que lo controlas todo. La cosa empieza normal, con mucha tranquilidad. De pronto, te abren la puerta y te dicen que cojas los calcetines y los coloques en su cajón, y dices... "¡OK!". Al rato, te levantas y te preguntas “¿qué tal algo para tomar?”. ¡Claro que sí! Vas al frigo y lo pillas. Pasas por la televisión y ves a la Quintana hablando de un suceso que pasó en el “Tomate”, lo cual hace que uno se entretenga y pierda sus minutos…Total, que vuelves a tu mesa, te reincorporas y echas un rato. Cuando ves que es la hora de comer lo dejas por un momento (que es lo que uno piensa) y a jamar.

Ya al finalizar la comida que pregonaba tu madre, si es que no se ha tenido que cocinar uno el asuntillo, ¿quién tiene ganas de seguir estudiando? Dices “voy a descansar unos treinta minutos”, lo cual se traduce en una hora. La tarde la echas. Cenas y piensas “mira por dónde me voy a quedar a estudiar de noche”, plan con el que no aguantarás hasta más de la una. ¿Por qué? Porque te dirás que mañana te levantarás a las ocho… Y así sucesivamente durante esa semana anterior al examen.

Y al fin llega el día. Te dices “VAYA PUTA MIERDA, no me sé nada, no he tenido tiempo, es muy difícil, no hay quien lo apruebe…”. Lo que en septiembre te parecía tan fácil ahora lo ves de color negro. Si uno no se hubiera dejado todo para el último mes (si es que alguno estudia el último mes), todos esos momentos de angustia no nos habrían afectado. Pero nos aplicamos el “ya si eso…” y seguimos viviendo.

Tras los exámenes vienen las malas noticias. De las cuatro a las que nos presentamos hemos aprobado sólo una. Nos toca el duro momento de comunicárselo a nuestros padres… Empiezas diciendo en plan héroe que has aprobado unas prácticas con la mejor nota. Seguidamente, les metes el rollo de que el examen fue bastante difícil, que hasta los que más controlaban también han caído en batalla… Hasta que llegas a soltarles que has sacado un “4.25” en el examen de economía. Uno siempre suele suspender por los pelos, ¿o no? Es un buen truco para dar pena a los familiares. Una vez que se lo comentas a tus papis, éstos, furiosos o no, te comprenden, no sé cómo.

Pero lo mejor no acaba ahí… Una jodida semana después viene todo este rollo otra vez. Nos encontramos en un nuevo cuatrimestre y parece que no escarmentamos. Volvemos a repetir todos nuestros errores, lo que en junio nos pasara factura. La pagamos y terminamos como siempre: concentrando nuestras últimas esperanzas en septiembre… Nos jodemos el verano, sí, aunque claro, siempre lo dejamos para el mes de agosto…

¿Quién dijo que la vida de estudiante fue la mejor? Pues quien lo dijo llevaba razón. Se vive cojonudamente, y porque un mes cada cuatrimestre se joda uno por no haber trabajado durante el año no quiere decir que andemos jodidos y que nuestra vida sea una mierda. Si todos nos organizamos bien y dedicamos cada momento a lo suyo disfrutaremos de nuestra famosa vida del estudiante. Tiempos peores nos vendrán cuando acabemos los estudios.

He relatado mi experiencia universitaria en estos párrafos, y creo que más de uno se sentirá identificado… Espero haberos entretenido.


Gracias, Neto, por dejar aquel comentario y por permitirme mentalmente recuperarlo para la ocasión y tunearlo.


INFO:
AQUÍ tenéis el enlace al post que alimentó
el teclado bayense, así como al comentario
original sin traducción ni edulcorados, el
cual vió la luz un martes 31 de enero.

viernes, 19 de mayo de 2006

Transexual powa

Bayo y sus visitas a la Seguridad Social

¿Iba yo?

¿Por dónde? Sepa diox. Me pierdo entre tanta palabra compleja que contiene más bien poca información. Rellena ese vacío con palabros que te hacen lucir, muestra más aún tus carencias que quieres maquillar y aparentar complejas. Son simples, incluso llanas. Cuéntame otro cuento con el que irme a dormir... Sale más barato que el café.

jueves, 18 de mayo de 2006

...lo cualo?

No comprendemos la existencia del universo, tampoco el sentido de la vida, lo que hay tras la muerte y ni mucho menos lo que es una placa base.

¿Cómo cojones vamos a comprender tales conceptos si no partimos de una base? Es imposible que podamos cultivarnos cual planta de maría si no tenemos una buena maceta que nos ofrezca libertad de expansión paulatina o posibilidad de crecimiento. Nadie sabe por qué hace todo lo que hace. Te pasa algo por la cabeza y piensas "oh, cielos, cuán curioso resulta el pensamiento que ha cruzado transversalmente mi mente en milésimas de segundo". Acto seguido pasas del tema y vuelves a subirte el pantalón: has terminado de cagar.

A pesar de que consideremos estos planteamientos como curiosos, los abandonamos tras la meada de rigor... Nuestro interés desaparece como lo hace la fibra por el inodoro.

lunes, 15 de mayo de 2006

Humoristas pensionistas

Casposidad abusiva, macro arrugas, piel masiva, acercamiento indiscriminado a jovencitas, sospechosa artritis crónica, pelos orejiles, incipiente falta de apetito, tendencia a extremismos, aburrimiento en grandes dosis… y la firme postura de no dejar de aceptar que lo sabes todo. Esos vienen siendo los rasgos básicos del anciano medio, de la ancianidad. Eso y unos ochenta años, claro. Algún día nos convertiremos en viejos cascarrabias, si la salud no nos lo impide antes o una dieta a base de polvos salvajes no acaba por provocarnos el infarto sexual. Una vez definida esa etapa a la que todos optamos, diré que pese a que en su mayoría los viejetes son personas adorables y ejemplos a seguir, también hay otros casos en los que se convierten en joputas de mucho cuidado.

El asuntillo es que iba yo cantando mi canción favorita, con silbido y zapateo calidoso incluido, cuando llegó por fin el metro. Por desgracia la cosa venía llena hasta la bandera. Cuando la puerta se abrió muchos individuos salieron disparados precipitándose sobre lámparas, escaleras mecánicas y carteles publicitarios. Uno tuvo suerte y le llovió una rubia pechugona (ahora, que estaba operada, que a mí ésa no me engaña). Pero la historia es que tras el traqueteo logré entrar y hacerme hueco con la ayuda de un machete. La cosa olía a gimnasio y no había asientos disponibles, así que opté arriesgadamente por sentarme en el suelo, en el último vagón del metro y en una esquina. Otra chica siguió mi ejemplo y depositó sus posaderas a mi vera. Los dos íbamos dándole al mp3 y disfrutando de la travesía. Pero no todo iban a ser risas, música y baile en mi historia, amigos, ahí estaba la ancianidad para repasarme el escroto…

En la siguiente parada salió bastante gente, así que aproveché para estirar las piernas. No duró mucho mi relax piernil, pues una chica con carrito acechaba en la puerta. Me recogí en mi sitio y dejé espacio suficiente como para que pasara el carrito (la chica que tenía a mi lado imitó mis movimientos). Yo por aquel momento lo único que escuchaba era a Pearl Jam. A continuación siguió un auténtico festival del humor. La del carrito haciendo maniobras y nada, que no entraba (pensé que era subnormal, pero no). Debido a ello, su novio, un completo gorila, decidió aparecer en escena. Pues bien, coge el tío y roza toda su jodida zapatilla contra mi pierna a la vez que va entrando el carrito, como obligándome a echarme hacia atrás, donde había una magnífica y sólida pared. ¿Os pensáis que cedí? Una auténtica puta mierda, queridos, por allí podía pasar un jodido tanque si quisiera, con un poco de vaselina. Yo rollo estatua, el tío en plan apisonadora. Al final logra entrar el musculitos, el carrito (que igual no había ni bebé dentro, sólo latas de anchoas) y la zorri empujadora. Detrás de ellos, un par de abuelos.

Al rato contemplo atónito junto a mi compañera culera cómo el vagón entero se deshace en risas y carantoñas con la pareja del carrito mientras que a mí y a la otra nos vomitan visualmente. Decidí bajar el volumen de mi “given to fly” para ver qué cojoño se cocía por allí… Sí, amigos… Despotriquing powa.


MUSCULITOS
Si por lo menos se hubieran levantado…



Ese maldito cabrón de plástico rebozó a posta e incluso adrede su puto pie en mi santa pierna… ¿Era necesario que me levantara? No. ¿Lo pidió amablemente? Los cojones. Se iba a levantar la puta de su madre, nos ha jodido.


MUSCULITOS
Pero nada, siguen ahí sentados. No tienen vergüenza.

VIEJERAS 1
Ya… Ni educación.

VIEJERAS 2
No tienen educación.

VIEJERAS 1
Los jóvenes ya se sabe, no tienen educación.

VIEJERAS 2
Es que no tienen educación…

VIEJERAS 1
Ninguna…

VIEJERAS 2
Nada…

VIEJERAS 1
Y qué le vamos a hacer.

VIEJERAS 2
Es que no tienen educación ninguna.


La gente asentía sonriente a los abuelos y su festival de jolgorio rebosante.


VIEJERAS 1
De lo contrario, se hubieran levantado.

VIEJERAS 2
Sí, se hubieran levantado.

VIEJERAS 1
Sí. Y nada, míralos.

VIEJERAS 2
Ahí están.

VIEJERAS 1
Eso es la educación que les hayan dado.

VIEJERAS 2
Lo que les han enseñado.

MUSCULITOS
Pues sí, tienen ustedes razón.


Ah… Respiré más tranquilo, la culpa no era mía, sino de mis padres, amigos y familiares. Aunque no por ello volví a estirar las piernas. Mi padre siempre me dijo que de violar a alguien que fuera a una monja, y que si tiene que entrar un carrito en el metro no puedo estirar las piernas… Unas paradas más allá los humoristas pensionistas se despidieron de los del carrito y del pasaje al completo (“haz amigos, ven a METRO”) y se fueron, alegres y satisfechos tras contribuir a la sabiduría popular. Justo detrás les seguía la pareja del carrito, que a su vez se despidió también del público asistente a la función, menos de los dos antagonistas cuyos culos besaban el suelo. Seguramente se intercambiarían los móviles nada más salir. Subí el volumen de mi Elliott y, ahora sí, estire las malditas piernas.

Mi duda es si lo que hice fue descabellado o no, si podían descalificarme como hicieron por aquello. A mí no me pareció infringir la ley. No soy inhumando, tengo mis sentimientos y esas cosillas fluorescentes, si de verdad hubiera obstaculizado lo más mínimo os digo que mi ano se habría desplazado o subido un piso. En fin… No sé quién será más maleducado, si yo por no moverme, aquella zapatilla musculosa o el dúo de las dentaduras intercambiables despotricando de nosotros en voz alta. Lo cierto es que no les puedo tachar de nada, la culpa en todo caso es de sus padres, abuelos y demás antepasados, que en paz descansen, y con los cuales se unirán pronto para gusanear en el subsuelo. Servidor no tiene caspa, ni arrugas, ni artritis, ni tiende a chochitos de nueve años, ni a extremismos… no tengo pelusa en las orejas ni me aburro demasiado. Y, maldita sea, sí que tengo apetito. Lo que no tengo es ni idea de nada. No es que naciera ayer, pero sí anteayer. Con suerte nos veremos pronto en el otro barrio, siempre y cuando se trate de la que me gusta llamar “muerte dulce”, que no es otra que la del citado infarto sexual. Mierda, y sin sobredosis de Viagra.

jueves, 11 de mayo de 2006

Me encuentras

Tal es la racha que sigo contigo
Que ni coraje ni pañuelo ni hambre
Sólo ganas de arrancarte el abrigo
Tratando de evitar algún calambre

Tener lo que es tenerte... ¿Lo consigo?
Hay tanto "picha brava" en el enjambre
Bailando a un par de cuartas de tu ombligo
Desarmas este corazón de alambre

Te adueñas de mis sanas intenciones
De todas esas risas y emociones
Prométeme que si yo cierro tú entras

Más tuyo que de nadie es mi susurro
Mi haber, mi cosa, mi alma, mi churro
Promete que si te busco, me encuentras

Holmes

Benz-R

All seeing Eye

God of War

Autopsia

Fíate y serás traicionado. La avaricia por querer llevar la razón cuando no se lleva o el egoismo que supone no dar el brazo a torcer llevan al mismo sitio. Explicarse sirve de poco y no hablar te acerca al caos.

Tener que acabar destripando hechos hasta el más mínimo detalle machacándolo para que pueda ser masticado... no es fácil. Limpiar nombres, no esbribirlos en tinta que desaparece en diciembre. Perder la calma por motivos estúpidos. Trepar por frases con papyrus, malversar con hechos que jamás han pasado.

¿Solución? Autopsia.

Una vez muerto, se puede saber sin prisas ni tensiones cuál fue el problema.

martes, 9 de mayo de 2006

Oh, sí


En ocasiones, los más desgraciados accidentes dan lugar a hechos como este, un encontronazo fortuíto con una más que adorable propaganda acerca del blog.

La jachonda de Khia lanza hábilmente un link que se dirige directamente a este espacio.




Un detalle muy bonito, sin duda.

Pelillos a la mar

Estando así como cinco minutos pensando sobre lo que escribir al final he llegado a la conclusión de que no sabía sobre qué diablos escribir. ¿Un viejo poema? Sí, esa era la idea, pero los guardo en casa, y esa casa está a casi dos horas de aquí... Así es que no me ha quedado más remedio, amigos, hoy os traigo un trabajo de investigación. Os pondré en situación:

Hace ahora poco más de un año me vi inmerso en una cruzada correística de grandes proporciones gracias al apreciado por todos correo spam. Veréis, resulta que existe una maravillosa empresa que se dió en llamar TOPPSA y en la que se debían pensar que este que escribe es todo un viajante viajantoso. ¿Por qué? Sus madres lo sabrán, porque yo lo que es yo nunca me he vinculado de forma alguna con dicha entidad. Pues bien, me empezaron a llegar correos de sus promociones traveleras un día sí y otro también. En un primer momento pensé que ya se hartarían (imbécil de mí) y que con sólo ir borrándolos la cosa sería más o menos llevadera. Jo, jo, amigos, un pimiento morrón. La cosa se hizo cada vez más masiva, si cabe en el término. Decidí poner su cosa en correo no deseado, sí, pero no fue suficiente. Todos seguían llegando. Las ferias y los hoteles seguían apostando por mi Visa. Fue entonces cuando tomé la decisión de pringarme en su salsa y hacer uso de ese link que adjuntaban en todos sus correos llamado "desuscribir". El link me enviaba a mandar un correo a una tal "Soraya" con la intención de que me desuscribiera. OH, SÍ, les mandé un correo perfectamente educado en el cual les pedía que por favor me sacaran de su "lista negra". Hasta me vestí de etiqueta para la ocasión...

Pasaron los días y la cosa evolucionaba correctamente. Hasta llegué a pensar que me hicieron caso. Pero nada más lejos de la realidad, pues a los dos días me llega un nuevo correo con sus interesantísimas promociones. "¡Qué afortunado soy!", grité al viento. Pero no me consideraba tan privilegiado como para recibir sus emilios, así que decidí contraatacar, de nuevo con la educación por delante, como me enseñaron en la escuela y bebí del seno familiar. Total, pudo ser un error, o simplemente que no hubieran actualizado sus asquerosas listas. Esperé, de nuevo.

Al fin me hacía pajas con la idea de que mis correosidades hubieran hecho efecto. Y estaba ya pensando en la Soraya desnuda, tostándose en la arena y esperando a que yo trajera su zumo de piña del chiringuito cuando, un día, al abrir mi bandeja, observé que tenía un correístico no deseoso... "No tendrán huevos", me dije al hacer click, "mmm... pues sí que los tienen, sí... y bien GORDOS". En efecto, me avisaban de que con ellos viajar con hijos no era motivo de desagrado. Y no me limité a darles las gracias...

Lo que sigue a continuación son los correos, originales y copiados al completo, que nos intercambiamos TOPPSA y yo. No me di cuenta de conservar mis dos primeros arremetidas, pero os puedo prometer y os prometo que fueron del todo respetuosos, en uno llegando a la súplica incluso. Total, que al verme frotado por sus respectivos escrotos y labios mayores, contesté:


De: Marcos <******@hotmail.com>
Enviado el: Tuesday, April 19, 2005 6:20:50 PM
Para: Soraya
Asunto: "Desuscríbanme por favor..."


Me cago en las putas de las madres de los respectivos causantes de que me lleguen estas putas mierdas de correos. Se lo he pedido de mil formas y me han dado bien por el culo. Como no me desuscriban después de este aviso me pensaré muy en serio cómo cojones joderles bien.
Mi falta de respeto se debe a la total falta de respeto por parte de TOPPSA tomándome el pelo con sus putos correos propagandísticos.

Espero una rápida solución.

PD: Soraya, deje de joder al prójimo y haga su trabajo.



Sí... Un pelín violento, lo reconozco, pero buscaba que me hicieran algo de atención, ya que parecía que le estaba escribiendo todos aquellos correos a la jodida pared. Ya lo creo que contestaron...


De: Ing. Juan Sebastián*** ***<******@hotmail.com>
Enviado el: Tuesday, April 19, 2005 7:05:43 PM
Para: Marcos ******@hotmail.com
Asunto: QUE TE HAS CREIDO !!!!

QUE TE HAS CREIDO PARA TRATAR ASI A LA GENTE ???? SI NO TE GUSTA RECIBIR SPAM SIMPLEMENTE NO TE CONECTES A INTERNET. Y DEDICATE A OTRA COSA.


No me pareció una explicación válida. Comprendí que les había tocado los cojoncillos, pero parecían querer hacerme quedar como un capullo mal hablado... Contesté.


De: Marcos <******@hotmail.com>
Enviado el: Wednesday, April 20, 2005 3:13:30 PM
Para: Ing. Juan Sebastián*** ***<******@hotmail.com>
Asunto: Pelillos a la mar


Estimado Juan Sebastián:

La violencia verbal de mi mensaje se debía única y exclusivamente a que tras un gran número de intentos para desuscribirme, el correo de TOPPSA me seguía llegando. Creo que en las anteriores ocasiones hice las cosas bien, sus correos traían inscrita la opción de "desuscribirse", y será por algo ¿estamos de acuerdo?

Me dediqué a desuscribirme unos cuantos meses, pero no me hicieron ni caso (me consta que en un email casi se lo pido de rodillas). Harto, decidí empañar un email con palabras malsonantes y parece que ahora sí me están escuchando. No puede decirme que si no me gusta el SPAM que no me conecte a internet porque demostraría que en su empresa están de broma al poner la opción "desuscribir" en los emails. Ojalá todos los emails de promociones llevaran adjunto ese link para desuscribirse. Ya que ustedes lo tienen, hagan buen uso de él y desuscriban a la gente que se toma su tiempo mandándoles la petición. Les aseguro que no se ganarían enemigos, al contrario.
Sin ganas de continuar esta "guerrilla" me despido, pidiendo disculpas a los ofendidos.

Entiéndanme, antes me ofendieron ustedes a mí.



Y el jachondo del Sebas, muy acertadamente, decidió poner su última gota de humor al asunto de la siguiente forma:


De: Ing. Juan Sebastián Miño Rivadeneira
Enviado el: Wednesday, April 20, 2005 5:18:42 PM
Para: Marcos ******@hotmail.com
Asunto: RE: Pelillos a la mar

Estimado Señor,
No se puede justificar de ninguna manera las palabras tan grotescas con las que se ha referido a todas las personas que estamos involucrados en la empresa. Una cosa es INSULTAR a la gente y otra es AVERIGUAR EL POR QUE se produce el envío a de información a su mail. La informacion que usted ha recibido es turística, no lesiona con mensajes pornográficos ni información mal intensionada.


Nos ha jodido, si al menos me mandaran pornografía otro gallo me saldría. En fin, me habría gustado seguir con la cruzada, pero no sé por qué no lo hice. Los correos dejaron de llegar, que era lo que quería, ¿para qué seguir? Pero lo que me ha llevado a escribir este mamotreto ha sido encontrarme estos días de nuevo con mis amiguetes de TOPPSA. Sí... Me dicen que "festeje a mamá en la quinta de la giralda", ¿cómo sabrían ellos que eso es justamente lo que buscaba? Estos tipos son, además de jachondos consumados, tipos listos. ¿Y qué hago yo ahora? ¿Inicio una nueva cruzada? De nuevo aparece el link para desuscribir...