miércoles, 12 de octubre de 2005

Sobrevivir en tiempos de lluvia

Estos calcetines no pegan ni con cola...
Bien. Vamos allá... La lluvia.

¿Implica la lluvia tristeza? No. Pero te apaga, te aploma... Porque lo que es innegable es que los días de lluvia son días grises. El único toque de color se lo tienes que dar tú, y no todos somos pintores peatonales (ni mucho menos coloristas). La humedad reina en el ambiente, y eso está bien. Todo parece estar limpio y quieto. Hasta que te das cuenta de que estás metido en el mismo enjambre de siempre cuando te despierta ese coche que pasa a tu lado provocando una ola que te obliga a sacar la tabla de surf de la mochila... A mí me gusta la lluvia. Es deliciosa. Lo que no me gusta es llevar paraguas. Soy más bien de los de llevar pocas cosas encima. Vamos, que el móvil y las llaves ya vienen siendo un esfuerzo, como para llevar también paraguas... Por pequeño que sea. Pero claro, mejor tenerlo cuando se necesita de verdad que inflarse unos manguitos. El caso es que en esta bendita casa no había paraguas...

Hace unos días me veía comprando unas medias (quién no lo ha hecho alguna vez). Cuando entré en la tienda parecía haber salido de un gimnasio después de estar toda la tarde ejercitando mis adormilados músculos, pero no fue así como bien sabréis, queridos amigos, el modo en que me humedecí hasta la médula. La tormenta me pilló de lleno estando lejos de casa y en mangas de camisa. Como quien se ducha vestido el agua me caía haciendo riachuelos por la ropa, el pelo serpenteante goteaba por todos lados y mis zapatillas hacían ese ruido extraño como de exprimir un limón mientras soltaban espuma a cada paso que daba. Me paré junto al mostrador. Imagináos la escena:

Marcos
Buenas... unas medias.
Dependienta
(Empezando con la risa tonta) Chico... ¿Te has mojado?
Marcos
Mi canoa es descapotable.
Dependienta
Entiendo... ¿Medias? ¿Qué tal éstas?
Marcos
¿De qué talla son?
Dependienta
(Sonrisa picantona) No, hombre... ¿Son para regalo?
Marcos
No.
El charco de agua en el suelo ya es considerable.
Dependienta
¿Algo más?
Marcos
Un paraguas.
Dependienta
(Mostrando al completo su dentadura mientras ríe) Tres euros...

Bien. ¿A qué viene esto? No preguntéis. Estaba devolviendo unos videos cuando se me ocurrió escribir sobre la lluvia (tema recurrente en octubre como se puede ver por los posts del año pasado).

¿Entonces qué pasa? ¿Dónde están los consejos? ¿Comprar paraguas? Sí... parece una gracia de parvulario... No sé. Creo (y ahora me pongo filosófico) que mi mejor consejo es que busquéis cobijo cuando amenace tormenta. Metéos debajo de vuestra flor favorita. Arrimáos al Sol que más os calienta. Abrigáos con la mejor piel que hayáis tocado... Ya me entendéis. Escribid cursilerias de este calibre mientras la lluvia sigue cayendo, los coches patinando y los pantanos al mínimo. Y para las anteriormente citadas "goteras del corazón" buscad auxilio en vuestro guardacostas más cercano.

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