martes, 18 de octubre de 2005

Secretos de mi estado

La historia de la encriptación es la historia del mundo... los secretos están para ser desvelados, las puertas, para abrirse. Desde los inicios más lejanos de la existencia del hombre los secretos han estado ahi. Las tramas más oscuras siempre se han ayudado de mensajes ocultos, a merced de quien lo encontrase y lo supiera desencriptar. Hace siglos era la única forma de comunicarse de forma segura... escribir sin que nadie que lo leyera o supiera interpretarlo, y ni tan siquiera se planteara que lo que en sus manos tenía era el maquiavélico plan de asesinato del rey.

Ahora las encriptaciones son infinitamente más complejas, al igual que los métodos de desencriptación. Ya no nos conformamos con una seguridad estandar, y se pueden invertir millones en un algoritmo que cubra bien las pistas y no deje rastro alguno.

Es bastante triste ver, que la confianza pura en realidad no existe entre humanos. ¿Quién no ha sabido alguna vez que lo que contaba confidencialmente a alguien ha sido esparcido como un rumor? Todos hemos sido traicionados... todos buscamos el algorítmo de encriptación perfecto.

2 comentarios:

Marcos dijo...

La mierda siempre acaba saliendo a flote. Los chorongos más inmensos nunca se podrán guardar en la memoria sin ser mancillados oralmente entre las orejas más cálidas y cercanas.

Y guate... aquí hay tomate.

Marcos dijo...

Dios bendiga los cotilleos.


PD: Juan, ¿sabes que era broma? SPLUNGE.


...rumore, rumore, rumore...