Con una mirada común descubres que lo que en su tiempo fue alegría y diversión acaba... te entristece el saber que todo termina de esa forma tan fugaz. El esfuerzo, el cariño, el tiempo, la ira... mar de sentimientos y hechos que se pierden en un sin sentido que no deja ver el final.
Perdido entre pensamientos optas por levantarte del asiento que sudabas, dar un abrazo sin tocar e irte por donde viniste, aún más deprimido que al principio. El efímero sabor de la amistad que florecía y su tacto y olor que antaño te hacía feliz, ahora se reduce a un par de besos y un portazo como única explicación...
Nunca esperé soñar. Siempre he sabido esperar.
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1 comentario:
Nosotros seguimos esperándote.
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