martes, 6 de septiembre de 2005

A Clarise

Con una mirada común descubres que lo que en su tiempo fue alegría y diversión acaba... te entristece el saber que todo termina de esa forma tan fugaz. El esfuerzo, el cariño, el tiempo, la ira... mar de sentimientos y hechos que se pierden en un sin sentido que no deja ver el final.

Perdido entre pensamientos optas por levantarte del asiento que sudabas, dar un abrazo sin tocar e irte por donde viniste, aún más deprimido que al principio. El efímero sabor de la amistad que florecía y su tacto y olor que antaño te hacía feliz, ahora se reduce a un par de besos y un portazo como única explicación...

Nunca esperé soñar. Siempre he sabido esperar.

1 comentario:

Marcos dijo...

Nosotros seguimos esperándote.