viernes, 30 de diciembre de 2005
En Navidad
Menuda gilipollez. La gente no sabe qué es estar deprimido. Yo no lo sé, y mira que practico ese deporte con más asiduidad de la aconsejable. Hay gente que muere de tristeza, que está jodida realmente, las veinticuatro horas del día, y tienen que soportar que el llorica de turno vaya por ahí diciendo que tiene depresión cuando en realidad ha perdido el cordón de un zapato. Pero es que... joder. Las navidades pasadas no eran así. Eran... ¿felices? Pues yo diría que sí. Han cambiado tantas cosas... O quizás hoy lo veo todo negro. Puede que cuando cambie de lentes todo brille ante mis ojos, que todo lo bueno esté por llegar. De momento hago guardia en la óptica.
Sí. Estoy de bajón. Pero cuando uno baja más que sube, cuando vislumbra las catacumbas y chimeneas flameantes, la cosa empieza a dar miedo. Bonitas navidades me esperan a mí también.
jueves, 22 de diciembre de 2005
¿Concentración?
Supongo que se puede llamar desliz, tontura, un pronto sin más... pero me preocupan estas faltas de atención al exterior, meterme en mi mundo sin hacer caso en esos momentos al entorno que me rodea.
Maldita sea la gracia del embelesamiento que me sodomiza de cuando en cuando.
Maremotos verbales - Vol.8
miércoles, 21 de diciembre de 2005
Se halló cadáver
Resulta cuanto menos chocante que un hombre pueda quedar en el suelo, sin que nadie ofrezca su ayuda.
Contó una chica que vivió algo más cerca la situación, que el hombre que ahora quedaba muerto en el frío suelo, se ahogaba y no pudo aguantar de pie... la gente pasaba del tema, vieron sufrir a alguien ante sus ojos y pasaron de él como de cualquier perro callejero.
martes, 20 de diciembre de 2005
Un domingo cualquiera

Pero más fuerte aún es entrar en la Fnac y toparse con... ¡Ignatius!, así..., de frente y sin avisar. No, no y no.

PD: Por cierto, ahora que sale Nachete de por medio (nunca me es dificil sacarlo a relucir, como ya sabréis, bloggeros míos), os tenéis que descargar su último corto: CHOQUE. ¡Una nueva obra maestra!
domingo, 18 de diciembre de 2005
Hoy no soy
Me aposté con el ayer el mañana, y resultó ganar el después. Me hice nombrar el impaciente cuando sólo era un día, el hijo de antes del pasado más reciente, ya que ni ayer ni ahora ni nunca viviré en el presente. Hoy, definitivamente, no soy.
sábado, 17 de diciembre de 2005
Malabarismos sexuales
Momentos antes, la sintonía que reinaba en el ambiente era la del vaivén de dos cuerpos acompasados; sudorosos, desnudos, unidos carnalmente. Frotándose, abrazándose, enredándose y ensuciándose. Azotes, salvajismo depravado... malabarismos sexuales en general. Un festival erótico entre cuatro paredes. Todo valía unos momentos atrás. Cuando los golpes de los barrotes de la cama hacían saltar el gotelé de las paredes resonando en toda la habitación, en todo el edificio...
Por eso aún jadea, porque trata de asimilar todo lo que ha sentido. Podría parar su corazón y morirse ahora mismo, pues sabe que nada ni nadie en el mundo lograría hacerla sentir así, nunca más... Y lo haría..., si no tuviera que llevar al colego mañana a sus hijos. Así es que, apagan la luz (imagino), se dan un piquito y las buenas noches, que ya habrá más natillas mañana. Sí, amigos, mis vecinos son unos cachondos.
viernes, 16 de diciembre de 2005
Adivinanza Vol. 2
¿Quien es?: Sepan que de mayor vasculas sin caricias. (Pista de cierta utilidad)
jueves, 15 de diciembre de 2005
Uy, sí, qué bueno es Payne
¿Quién se ha creído para abrirnos los ojos? ¿Qué necesidad teníamos de ver la de mierda que hay en el mundo? Yo no quería verme reflejado en muchos aspectos, ni saber que siempre se puede estar peor, ni que hay un África con niños muriendo dentro de cada uno, ni lo que hace la sociedad con uno, o a veces los que en teoría más te quieren... No quería saber que los daños del corazón son irreparables, que hay cicatrices donde antes no las había, que uno mismo puede ser tu peor enemigo..., que por muy grande que sea el paraguas, la mierda seguirá salpicando. Y es que el mundo es una mierda. Unas veces la olemos, otras no.
Para los que no la huelen, aquí está Payne.
Últimamente tengo ganas de ir a pegar tiros y triturar vísceras. Uy, sí, qué bueno es Payne. A ver qué coño hacemos cuando no tenga placa base**, cuando no esté entre nosotros. A ver qué cojones hacemos el resto...
* Calamaro powa.
**Chiste privado.
miércoles, 14 de diciembre de 2005
Puente y muerte
Escucho entre palabras el sonido de un piano que no suena bien, un tambor de himen roto, un vaso de plástico partiéndose mil y tres pedazos... el latir de corazones sin sangre azul, roja o gris que se compadezcan, alzandose entre risas con pena, con lágrimas de pega que pesan en sus ojos.
No estimo oportuno el final con esa escena, hago hincapié en el siguiente fotograma... escucho de nuevo ese piano malsonante, como cualquier palabrota, como cualquier anécdota pasada contada por historiadores de mal olor y voz rota que cautiva los sentidos y percibe el dolor en el paladar.
martes, 13 de diciembre de 2005
Adivinanza
lunes, 12 de diciembre de 2005
Post-it
Tras una larga despedida con el resto de amistades, nos dirigimos, previa subida de escaleras, hacia distintos destinos por un camino parecido. Me paro a mirar un curioso desagüe adornado con puentecito que co-presidía la plaza. Iniciamos una conversación a raíz de tener clara la posibilidad de ver niños partirse el cráneo dada la escasa o inexistente seguridad... nada mal como inicio. La charla se vuelve más compleja, fusionando paranoias varias con seriedad y rigor.
Poco a poco vamos notando como el frío con sus “snifs!” resonantes y sus tiriteras dentelleantes, va calando hasta los huesos, pero nos importa poco, joder, estamos hablando. La densidad y el minutaje de la tertulia toman un valor de cierta importancia, tras algún saludo y despedida aislados, decidimos que nos han ganado la Hora y el Tiempo: llega el hasta luego.
Marcha ahora a donde debió llegar hace unas horas, y alegrándome de que no lo hubiera hecho sonrío.
Cazo un cigarro y lo enciendo entre pasos contados. Ella entra en su casa... a mí aún me queda camino que andar.
“Nos vemos en los bares”... rezó mi memoria.
domingo, 11 de diciembre de 2005
Once de diciembre: fun, fun, fun
Algunos momentos aclamados por el público:
- Por el amor de Dios, ¿quieres afeitarte de una vez?
- Sonríe, ¡foto!
- Si te estuvieras quieto...
- Habrá salido borrosa, saca otra.
- ¡No! Espera que me...
- Aaaahora sí. Sí, sí, sí... ¡Ja, ja! ¡Mírate!
- Borra esa puta mierda.
- ¿Alguien quiere más carne? Voy..., voy a la concina... ¿Traigo algo?
- Vamos... No te toques la nariz...
- Quiero irme de aquí.
- ¿Has dicho lo que creo que has dicho?
- ... no.
- A ver, ¡silencio! ¡Silencio todos, que viene el abuelo!
- Has engordado...
- ¿Dónde está mi dinero?
- ¿Has sido bueno?
- ¿Cuándo?
- No me cabe ni un guisante...
- Pues ahora viene el postre...
- Siempre hay sitio para el postre.
- Nos hemos tirado toda la tarde batiendo huevos.
- ¿En serio?
- Deja de tocarme.
- Lo pillo.
- No abras..., no... Oye, no abras ese cajón...
- ¿Qué hora es?
- Todo en su momento, pichoncito.
- ¡Un brindis! Porque nos volvamos a ver el año que viene.
Chin-chin.
- ... no vaya a ser que coincidamos en primavera...
- ¡Cariño! No pienses en voz alta.
Pero la nieve aún no ha caído. Nada está blanco por el momento. Estoy confuso... ¿Cuándo debo empezar a sonreír? Cuantas más luces haya, más corresponderé al bien social con una amplia sonrisa. ¿Es así, no? Estoy desentrenado...
- Hacía ya un año... Es normal.
- Shut up!
- Eh, eh... En espanish... Jo, jo... Esos humos...
¡Ah! Y no lo olvidéis: no compréis regalos, comprad con ellos.
* Chascarrillo con múltiples lecturas. Mi mejor chiste en días.
martes, 29 de noviembre de 2005
De imposibles
Sin saber que decir o que contar
Sin poder hacer o hablar
Solo poder pensar
Que el tiempo perdido
Jamás podré recuperar…
Sin escuchar lo que hay detrás
Es el destino de este crío
Resignado a la oscuridad
Esos ojos claros que ya no saben brillar. Esos labios que olían a fresa. Ahora son solo un mero recuerdo, y nada más. Esas manos largas, y arañadas hoy mucho más, me saludan con desprecio, ofreciendo solo alegría, y triste verdad…
En un amargo letargo llamado soledad cae el martillo de la esperanza en forma de luz, e inmerso en la áspera oscuridad de las rejas que me impiden respirar, asoma un haz revelador que, confundiendo su naturaleza, en vez de iluminar, actúa ennegreciendo aun más lo imposible que es ya oscurecer la oscuridad, pues si la oscuridad es oscura, con esta luz lo es aún más…
Este calor congela mi corazón
Pero he de estar en calma
O sucumbiré a la tentación…
Ese nombre que me conmueve
Esa risa que no se atreve
Si no te veo en mi alma llueve
En mi pesadilla breve…
La locura del que escribe
El pensamiento del que muere
Esto siempre vive
En el alma del que espere
Con este gesto me despido, dejando como legado los despojos de una corta vida marcada por la desdicha y el odio a la sociedad que se oculta bajo las chinescas sombras de la mal nacida mentira que me quema desde dentro como el ácido…
Esa luz que me ciega
Ese reflejo que me azota
Tu sonrisa se pliega
Y mis ojos explotan…
Tus rojos labios, que nunca a los míos se acercaron; tus claros ojos, que nunca me miraron; tus frágiles manos, que jamás, me tocaron; tus largas piernas que nunca me rodearon…
domingo, 27 de noviembre de 2005
Paquete con paquete
Pero ella sabe que es el más requete
Se meten de todo en la rebotica
La cosa del paquete con paquete
Bayonetas con mucho sentimiento
Se trata de acabar el crucigrama
Apostando por letras sin descuento
Quien ama reblandece la mojama
El tusa de mi vida que he perdido,
Que ha decidido anclarse en otro puerto,
Lo gana una jachonda empedernida
El la tele ha salido un tal Cupido
Entonando: "Españoles, Bayo ha muerto"
Aunque yo sé que ha ganado una vida
PD: Soneto a la atención de Bayo y Tere. Lo escribí, amigos, con el saborcillo amargo del 20N. Perdonen la fecha.
sábado, 26 de noviembre de 2005
Homicida
viernes, 25 de noviembre de 2005
Vacío
miércoles, 23 de noviembre de 2005
Jodo que si jode
Para colmo, el cachondo de la estación no quería justificarme los casi cincuenta minutos de retraso (él sí que tenía un buen retraso) alegando que tan sólo habían sido quince jodidos minutos... No me toques los seminales, no me los toques más...
jueves, 17 de noviembre de 2005
Maremotos verbales - Vol.7
martes, 15 de noviembre de 2005
Otra trágica mañana
No sé por qué demonios, ahora que aparecen unos lejanos síntomas de resfriado en mi ajetreado organismo, el agua de la ducha parece salir más fría que nunca. Y mientras me jabono entre lágrimas oigo el murmollo de los tertulianos radiofórnicos (qué ganas de apagarla, pienso). Decido cortar de cuajo con la tortura que está significando ducharme con agua que no llega a calentar lo suficiente y busco desesperado mi cálido albornoz, pero no es mi día, todo parece recién salido del congelador. Agito con desenfreno la toalla en mi pelo con la intención de secarlo y al mismo tiempo despertar mis amodorradas ideas, pero me quedo sopa con la cabeza entre las rodillas (ya va haciendo falta limpiar este jodido suelo, me sermoneo al recobrar el conocimiento).
Bien: hora de los potingues. Considero que es el momento idóneo para ver, o mejor dicho escuchar qué se cuece en la emisora que tenía puesta como banda sonora de fondo. Y... cuán grande es mi sorpresa, queridos tusas, al comprobar que la sintonía que hacía acto de presencia en aquel preciso momento ¡era de la COPE! Válgame el señor (nunca mejor dicho...). Si viérais a un servidor salir corriendo medio en pelotas a apagar semejante aberración para el oído habríais muerto de la risa seguro. Pero tranquilos, no nos pongamos nerviosos... Resulta que yo la radio sólo la empleo como mero instrumento abreojero mañanero. Ningún día había coincidió que aguantara con ella encendida ni cinco segundos y no sabía que la ruedecita la tenía en aquella odiosa frecuencia.
Menudo fachoso y religioso susto, amigos. Ruego no me lo tengáis en cuenta... No volverá a pasar... Seguid leyéndome, por favor...
lunes, 14 de noviembre de 2005
Rollo bomba
Iba yo tan risueño el jueves pasado campando a mis anchas por la estación de cercanías del archiconocido Ramón y Cajal, ajeno por completo al delicado momento que me esperaba y silbando mi melodía favorita. Cuando llega el tren cojo asiento, me engancho los cascos y relajo mi mente, saturada ella tras un día completo dedicado a los estudios. Hora: 18:45. El caso es que, y aquí viene el asunto asuntoso, me voy a sentar al lado de unos pintas, dichoso mi sentido arácnido. Los tipejos eran dos, sentado uno enfrente del otro, y desprendían ese olor penetrante del que lleva siete días sin dejar que una gota de líquido elemento se deslice por el cuerpo. Pero mi crispación no comenzó a hacer acto de presencia hasta que decidí bajar el volumen de mis Dire Straits. El dialecto empleado por ambos dos me hizo deducir que no eran ni de Madrid ni de Torredelcampo. No... Aquel "abbda-ja lemalejum ajamasajame" o era gallego muy cerrao o era talibanés de las tierras altas. Oh, sí... un par de moros, vaya. Me dije "arde París, no Madrid" y volví a subir el volumen. Pero mientras la música resonaba en mis oídos, mi quijotera no paraba de darle vueltas a aquellos dos sujetos olorosos. Proxima parada: Chamartín.
El tren para, y no que van estos dos y se bajan en la famosa estación dejando todo su equipaje en el vagón... Vagón el cual viajaba lleno, pues se dirigía a Guadalajara. De buenas a primeras me veo allí, sentado justo al lado de todos los bártulos que habían dejado diez segundos antes. El tren continúa parado y los ocupantes empiezan a especular. En concreto la pareja que hay de pie a mi izquierda. "Mira todo lo que han dejado", dice la una. "Pues hay mochilas en la parte de arriba también", dice el otro. Acto seguido deciden abandonar el vagón. "Por si acaso, cariño", "¿significa esto que no habrá polvo?", "¡significa que será más tarde, corre!".
¿Qué hacer? Se me nubla la mente. Mark Knopfler con su "Tunnel of love" en mis oídos, un vagón lleno de gente en el que todos miran con caras extrañas las bolsas y mochilas moras que tengo a mi alrededor, una estación de renombre y un motor que parece no arrancarse nunca... Amigos, os aseguro que letras gigantes a todo color pasaban por delante de mis ojos, y no era "salsa agridulce" lo que rotulaba el bueno de mi cerebro, sino "M-U-E-R-T-E". Me levanto y me acerco a la puerta, abierta de par en par. Dudo si salir y me pregunto ¿hacer el ridículo o arriesgarme a bañar con sangre las limpias paredes de Chamartín? Todos sabéis que me va la marcha del ridículo... Cuando me decido a bajar veo que los dos morosos se encuentran fuera echando un pitillo. Al momento suena la sirena de aviso y antes de que se cierren las puertas sueltan el cigarrillo y se meten a toda prisa. Los moros ocupan su localidad, el tren arranca y todos vuelven a entablar conversación. Bien, Marcos, ¿alguna otra genial idea?, anuncian por megafonía.
Descartando totalmente mi teoría sobre la posibilidad de engrosar la lista de fiambres en una nueva masacre madrileña me dispongo a volver a mi reposaculos, pero advierto que un gordo seboso se ha beneficiado de mi fallida huída y ahora me sonríe en medio de ese montón de bolsas marroquíes. Mientras trago saliva me busco un hueco donde acoplarme. Queda un largo camino hasta casa...
jueves, 10 de noviembre de 2005
Un hecho insólito
¿Qué probabilidades había? Resulta, amigos, que a la vuelta de mi último viaje a Jaén en plena estación de Chamartin, a las virgen y media (las nueve y pico, vaya) y en mitad de la gente me encuentro con... ¡Patri! Ese... tipo que nos dio alimento y cobijo a Ramón y a mí en los días leoneros de este verano. El "vamos, no me jodas" es prácticamente instantáneo. Es decir, me encuentro con uno de León en una estación de Madrid viniendo yo de Jaén y en horas sospechosas. Toma tomate (tómalo). Acto seguido continué mi tortuoso camino hacia casa cargado con una mochila con un par de camisetas y una bolsa de cinco toneladas y trescientos gramos repleta de comida y utensilios variados (dícese de tapers, cosos de limpieza y demás blandiblús).
Dicen (o más bien me ha dicho mi padre) que en Madrid no te encuentras con nadie que conozcas, que puedes tirarte toda la vida allí y nunca coincidir con ningún amigo en algún sitio a no ser que sean del trabajo o el barrio. Él, mi padre, sólo coincidió una vez con un amigo en una exposición de vete tú a saber qué cosa, y lo cuenta en plan anécdota.
Bien, yo ya he coincidido con alguien. Alguien sudapollil, sí... pero es un comienzo.
lunes, 7 de noviembre de 2005
Maremotos verbales - Vol.6
domingo, 6 de noviembre de 2005
En amores me baso

Te hecho de menos... ¿Dónde estás, corazón...? Que le den por culo a Antena Tres, me voy a la cama.
El mejor en algo
Me esfuerzo por serlo, aunque no lo consigo. ¿El más rápido?, espero que no. ¿El más inteligente?, ojalá. ¿El más friki?, paso. ¿El mejor en qué, entonces?. ¿El más depresivo?, muy lejos quedo de primeros puestos que yacen bajo tierra...
Dudo si merece la pena ser el mejor en algo, destacar, salir del tumulto por medios propios... ¿o acaso pienso esto por consolarme a mi mismo y no sentirme tan triste y decaído? Últimamente me hago demasiadas preguntas. Ahora que lo pienso quizás no sea lo mejor, me conformo con enrolarme en la lista de la gente que intenta mejorar. Crecer y desarrollarme como mejor pueda. ¿Será lo mejor...? Me cago en las preguntas retóricas.
La zapatería de la esquina
La sociedad de los escaparateros es muy extensa, siempre hay alguien que se presta a mirar alguno por el simple hecho de mirar. Es como buscar un rollete en un botellón, te hartas de mirar, por todos lados, pero al final no te llevas nada a casa. Siempre está el típico colectivo en el que me incluyo, que fantasea con comprarse miles de cosas, a cada euro en el bolsillo, más caro es aquello a comprar... Es algo inevitable, un impulso diría yo. Sin embargo, o por lo menos es lo que a mí me ocurre, siempre que voy a buscar algo que necesito, no está, no queda, o simplemente ni lo miro porque no lo recuerdo. Pero lo curioso es que en mis extensos paseos por la ciudad, y sin intención de comprarlo aún... ¡había! ¿Qué hacen con lo que se quiere comprar?, ¿lo esconden cuando se enteran de que hay alguien que lo quiere?... no lo entiendo. Aunque si el universo que envuelve los escaparates es muy extraño... entrar se vuelve en algo insólito.
¿Quién no ha hecho alguna vez sus veinte minutejos esperando en una cola? ¿Y unas horillas en alguna tienda buscando algún regalo adecuado? ¿A quién no se le ha colado alguna adorable ancianita con la excusa de hacer tan sólo una pregunta y no comprar? Todos sufrimos alguna vez estos percances... y los que nos queden por pasar.
Que disfrutéis al pasear, y si os aburrís por el camino ya sabéis, están ahí para mirarlos... otra cosa es comprar.
viernes, 4 de noviembre de 2005
Certificado de calidad

Recientes lecciones de fotografía y cierto interés por explorar un programa de edición fotográfica me han hecho descubrir un sin fin de posibilidades para hacer una fotografía algo más apetecible. Así es que, churreteando, he hecho mis pinitos con fotos chorras... Y el resultado propongo que lo vayáis viendo en cada post nuevo (si eso). ¿Un fotoblog? No creo que me de a mí ahora por eso... Más que nada es que no tengo suficientes fotos como para poner una en cada post, por lo tanto se quedará todo en un vago intento de fotoblog, o lo que es lo mismo, una manera más de satisfacer mi ego regalando gratuítamente fotos edulcoradas y faltas de sentido alguno.
No creo que tengan mucho que ver con el contenido del mensaje en sí... De hecho voy a asegurar que no pegarán una mierda con lo relatado. Pero ahí quedará el intento y que me quiten lo bailao. Por otra parte... Quizás me anime a dejar unos audios de vez en cuando, aún no sé sobre qué ni para qué... Es sólo una vaga idea que dejo en este post para autorecordármelo cuando lo vuelva a leer.
En fin, que voy a intentar darle una nueva vuelta de tuerca a esto, un "certificado de calidad" o "aliciente sabrosón" para que hagáis más clicks de los habituales. No porque lo necesite, sino porque me ha dado por ahí. Sí, amigos... hay gente que se aburre...
miércoles, 2 de noviembre de 2005
Sabazos mentales
La verdad es que hay ciertas ocasiones en las que no nos damos cuenta realmente de lo que decimos, vemos lógica a lo que no la tiene, entendemos lo que decimos y creemos que quienes lo escuchan también, y esto, amigos míos, es un gran error en el que soy experto (por cometerlo).
sábado, 29 de octubre de 2005
Ceniza
Logrando extraños dibujos en su chaqueta
Un fantasma más en la noche
Sin equipaje en la maleta
Cae la ceniza bajo una nube de humo y vaho
Tanteando la densidad del viento
Elude preocupaciones con caladas
Matando el olor de su aliento
En su oficio
Todos juegan con vicios
Aunque no… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar
Cae la ceniza del último cigarrillo
Aportando color a la acera carcomida
Pensando en la nada, en cómo llegó allí
Un cúmulo de estímulos suicidas
Socio vitalicio
Sin ningún beneficio
Pero no… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar
En su oficio
Todos juegan con vicios
Y no… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar
No… no vamos a faltar…
El caviar no es el mayor manjar
jueves, 27 de octubre de 2005
El pastel que nos parió
Has aceptado que la guinda la degustas sólo tú... pero el mazapán se lo come otro.
martes, 25 de octubre de 2005
Fast food
No puedo perder el tiempo cocinando. No puedo ni pisar la casa teniendo una agenda tan asfixiante. ¿Qué hacer en estas ocasiones? Generalmente habría llorado en alguna esquina comiendo un bocadillo recién fabricado gracias a la incursión de mi menda en alguna charcutería con buen olor de por la zona, pero ayer no fue el caso… Mi nariz dio con un sitio que no frecuentaba desde antaño: un McDonalds. Sí, amigos… La llamada “comida basura”, la “fast food”, hacía ding-dong e iluminaba la bombilla en mi cabeza, y no fueron muchos los reparos que tuve mientras cruzaba el hall de la famosa hamburguesería para enfrentarme de lleno con mis principios.
Asombrado contemplé los bajos precios del local, el cual proporcionaba comida en abundancia desde tan solo dos euros. Me dije “¿por qué no?” sin pararme a pensar en el “¿por qué sí?” y pedí lo mío: material grasiento para alegrarme el día. Porque vive dios que disfruté comiendo aquello… Y mientras me zampaba con desenfreno el jugoso trozo de carne empapado en ketchup y las patatas tamaño extra, me paré a echar un vistazo a las mesas circundantes: cinco o seis individuos, a cual más grande. Sus barrigas chocaban contra la mesa y el sudor recorría sus rostros cuando se relamían los rechonchos dedos. De repente miré fijamente mi colección de patatas bañadas en salsa barbacoa... Y he de admitirlo, me gustó la experiencia de volver a comer basura, me considero un amante de toda esa porquería tan deliciosa, pero por nada del mundo me gustaría volver a pesar el tonelaje que en mi adolescencia llegué a tener. Como ex obeso rehabilitado e insertado en la sociedad, me veo en la obligación de renegar de todos estos placeres comestibles. Mi conciencia nunca miente, creedme. Y… Echando la panorámica de nuevo a la bandeja que ante mí reposaba… Os lo vuelvo a repetir. O no… Mierda... ¿De verdad era tan perjudicial todo aquello? Gotas de aceite resbalando por el mantelito, patatas en abundancia, una carne que dejándola al aire el tiempo suficiente se convierte en material tóxico y una garrafa (porque no se podía considerar vaso) de coca-cola. “Esto es vida”, pensé mientras recogía mis enseres. Y qué gran dilema me provocaba el que tanto me gustara cada uno de los productos del odioso lugar.
No volveré a ese maldito infierno tentador en mucho tiempo. No pisaré las tierras del pecado para que me vuelva a comer ese sentido de culpabilidad lejano que te queda mientras huyes del garito. Pero, muy a mi pesar, me temo que a día de hoy si tengo que elegir entre un entrecot cinco estrellas y la hamburguesa más perrillera de la historia, queridos amigos... Me quedo con la basura, la rica comida basura.
lunes, 24 de octubre de 2005
De cuando éramos dos VOL.2
-Ya sabes, si no te llamo... ¡hazlo tú!
-Abrazo enternecedor, un par de besos en la mejilla, mirada de quien quiere algo más, último beso que hace de nexo... la espalda y un par de piernas que la acompañan-
Se quedó quieto, paralizado... se había despedido de ella. Había dejado su corazón en aquella esquina, en aquel vistoso portal. Dispuesto a andar, no sabía si dirigirse tras ella para olerla unos segundos más, o ir a su lugar de encuentro consigo mismo y dormir. Decidió no hacer ninguna de las dos cuando le pareció oir algunos pasos salir de aquel lugar... eran tacones. Una señora recatada y con un extraño bolso hizo aparición mirando de un lado a otro. Apartó su mirada de aquella extravagante visión y decidió seguir con el plan improvisado: buscar algún lugar donde refugiarse en la calle, probablemente algún banco acogedor que le adormeciera las piernas y pensar.
Pasan los minutos, han debido ser horas estando sentado... solo han sido unos doce minutos. Todo se hace más largo, todo se hace infinito. Volvamos a casa. En el camino todo le recuerda a ella, a esa tarde maravillosa con la compañía de su corazón. Y cerca de casa parece verla sentada desde lo lejos. La figura se levanta y se confirman sus deseos, la ve cerciorado y se lanza a sus brazos. La despedida duró poco y volvieron a sonreir durante unas horas, pero ya es tarde, hay que regresar al hogar... y el la acompaña como si no hubiera existido aquel paréntesis. Se repite la escena, se repite el dolor... la espalda y un par de piernas que la acompañan.
De nuevo paralizado, de nuevo en la esquina de aquel vistoso portal. De nuevo dispuesto a andar, sin olor y sin banco. De nuevo un camino que recorrer. De nuevo... sin el corazón puesto.
jueves, 20 de octubre de 2005
Maremotos verbales - Vol.5
martes, 18 de octubre de 2005
Secretos de mi estado
Ahora las encriptaciones son infinitamente más complejas, al igual que los métodos de desencriptación. Ya no nos conformamos con una seguridad estandar, y se pueden invertir millones en un algoritmo que cubra bien las pistas y no deje rastro alguno.
Es bastante triste ver, que la confianza pura en realidad no existe entre humanos. ¿Quién no ha sabido alguna vez que lo que contaba confidencialmente a alguien ha sido esparcido como un rumor? Todos hemos sido traicionados... todos buscamos el algorítmo de encriptación perfecto.
lunes, 17 de octubre de 2005
Mi post sobre la lluvia
Lluvia:
domingo, 16 de octubre de 2005
Sin aire
La amistad que encierra el amor idiota. La pasión que colma el vaso. La gota de cristo. El afan por morir.
Ese quisiera ser el trato que hago. La firma de tu letra es la que falta para concluir el contrato de permanencia en mi mente, mi corazón.
Mi desesperación no se hace notar. El llanto silencioso del tormento que no trato de imitar. Los ojos del destino, las cuencas y su lagrimal. El estúpido ingenioso, la felicidad que pesa. Las gilipolleces con sentido y las heroicidades que salen mal. Todo son memorias de algo llamado pasado, y que habita en la realidad.
Vivir bajo un puente, a lo “something in the way”, malvivir de la memoria de los otros. Despejar las dudas entre escoria... poder pensar en paz. Lograr encontrar el sueño. Dormir, y hacerlo realidad. Esperar que te recoja tu dueño, llegar a la meta en un puesto de penas carcelarias, y no respirar más.
Antes que nadie
La moda retro, las lámparas a cuadros, la falta de existencias y los cuadros esbozados sin ser original. La depresión falsa o lo sincero que no dejan mirar más allá. Los berridos inconscientes y quejidos ardientes. La memoria insaciable. Lo que me extirpaste ayer al romper. Me quitaste la pasta, la felicidad, la vida y el corazón, y no ayer, sino pasado. Digo hola como despedida porque ya no entiendo nada.... antes que nadie me pierdo, antes que nadie enloquezco, y Nadie se adelanta.
La épica epopeya que sucede como el que no quiere la cosa
miércoles, 12 de octubre de 2005
Sobrevivir en tiempos de lluvia
Bien. Vamos allá... La lluvia.
¿Implica la lluvia tristeza? No. Pero te apaga, te aploma... Porque lo que es innegable es que los días de lluvia son días grises. El único toque de color se lo tienes que dar tú, y no todos somos pintores peatonales (ni mucho menos coloristas). La humedad reina en el ambiente, y eso está bien. Todo parece estar limpio y quieto. Hasta que te das cuenta de que estás metido en el mismo enjambre de siempre cuando te despierta ese coche que pasa a tu lado provocando una ola que te obliga a sacar la tabla de surf de la mochila... A mí me gusta la lluvia. Es deliciosa. Lo que no me gusta es llevar paraguas. Soy más bien de los de llevar pocas cosas encima. Vamos, que el móvil y las llaves ya vienen siendo un esfuerzo, como para llevar también paraguas... Por pequeño que sea. Pero claro, mejor tenerlo cuando se necesita de verdad que inflarse unos manguitos. El caso es que en esta bendita casa no había paraguas...
Hace unos días me veía comprando unas medias (quién no lo ha hecho alguna vez). Cuando entré en la tienda parecía haber salido de un gimnasio después de estar toda la tarde ejercitando mis adormilados músculos, pero no fue así como bien sabréis, queridos amigos, el modo en que me humedecí hasta la médula. La tormenta me pilló de lleno estando lejos de casa y en mangas de camisa. Como quien se ducha vestido el agua me caía haciendo riachuelos por la ropa, el pelo serpenteante goteaba por todos lados y mis zapatillas hacían ese ruido extraño como de exprimir un limón mientras soltaban espuma a cada paso que daba. Me paré junto al mostrador. Imagináos la escena:
Bien. ¿A qué viene esto? No preguntéis. Estaba devolviendo unos videos cuando se me ocurrió escribir sobre la lluvia (tema recurrente en octubre como se puede ver por los posts del año pasado).
¿Entonces qué pasa? ¿Dónde están los consejos? ¿Comprar paraguas? Sí... parece una gracia de parvulario... No sé. Creo (y ahora me pongo filosófico) que mi mejor consejo es que busquéis cobijo cuando amenace tormenta. Metéos debajo de vuestra flor favorita. Arrimáos al Sol que más os calienta. Abrigáos con la mejor piel que hayáis tocado... Ya me entendéis. Escribid cursilerias de este calibre mientras la lluvia sigue cayendo, los coches patinando y los pantanos al mínimo. Y para las anteriormente citadas "goteras del corazón" buscad auxilio en vuestro guardacostas más cercano.
martes, 11 de octubre de 2005
Goteras
Y todo esto está muy bien dicho así... ¿Pero qué pasa cuando la gotera es de verdad? Maldita sea, amigos... Tengo una jodida gotera en el baño. Di parte al portero y obtuve un "sí, bueno... ya si eso..." (aquí van a lo grande, sin mariconadas del tipo un poquito de por favor). De esto hace cinco días. Estamos a martes y la gotera no hace más que expandirse logrando un dibujo que, si fuera en una pared, tendría sentido entendiéndolo como arte moderno, pero que al quedar justo encima del retrete más bien parece que en mi casa se mea hacia arriba. Y nada más lejos de la realidad... Puede que el vecino de arriba se salga del tiesto. Oh, vamos... ¿Tengo que ir otra vez a hablar con el portero? Esta mierda no venía en el contrato.
En fin... Goteras y más goteras. Psíquicas o techudas. Goteras. Corren días pasados por agua... ¿Lloverá este año en la feria de mi pueblo? Me gustaría estar allí para verlo.
lunes, 10 de octubre de 2005
Muere el murciélago
Mis días de adecuación al medio pasaron, y diría que hasta con éxito. Sin regatéos (ni reguetones) ni pamplinas secundarias soy un individuo madrileño más, con ese acento mío que me persigue y del que cada vez reniego menos. Y con este paso, yo diría que tremendo, muere el murciélago en mí. No... No es, queridos fanes míos, un paralelismo con mi amada Batman...
Tras dos años dedicados a hacer de la nocturnidad mi religión me topo de narices con un horario radicalmente opuesto, donde las siete de la mañana no son mis "Lunnis-buenas-noches", sino mi quinto levanta tira de la manta. Una putada en toda regla para alguien que no concibe el día sin la noche.
En mi período nocturno puedo decir que no encontré a nadie que compartiera tal vicio hasta mi extremo, lo cual me hace dudar si estaba realmente enfermo... Lo cierto es que vivir dos años acostándote entre las cinco y las siete, marca. Era una cualidad más de mi espíritu asocial, me daba prestigio entre los de mi condición. Pero tengo que decir a mi favor que el espíritu "sabinesco" no llegó al límite, nunca me vi viviendo días en los que no veía la luz del Sol... Me reducía a hacer de la comida mi desayuno y de la cena mi almuerzo. ¿Mi luz? La Luna. ¿Mi banda sonora? Los grillos más rebeldes. ¿Mi manta? Unos no muy cálidos apuntes. Mi pasatiempo el binomio lápiz-boli, y como imagen de fondo la teletienda.
Pero todo eso se acabó. Tengo sueño a las doce. Me levanto a las siete. Soy un borrego más que fluye entre la gente. Con cara de pocos amigos, un ojo cerrado, otro abierto y el tercero pegado al único asiento sin inquilino en el metro... Uno más del montón en definitiva. El murciélago se estrella para verse convertido en gavilán. Sin pasión ninguna.
Ayer amanecí a las diez y media. Diecisiete horas durmiendo... no son tantas.
jueves, 29 de septiembre de 2005
Hable con ello
Grité asombrado
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”
Y me adentré en la penumbra
Evitando resbalar,
Agarrándome a los pelos
Con un par
“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”
El líquido vaginal
Fue el mayor incordio,
Pero encontré mi reloj
Junto al clavicordio
“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”
Y a la salida dejé,
Como sus anteriores hombres,
En el clítoris grabado
“Yo estuve aquí” y mi nombre
“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”
lunes, 26 de septiembre de 2005
Maremotos verbales - Vol.4
jueves, 22 de septiembre de 2005
Meterla en caliente
Estaba yo recorriendo mi casa en busca de algo de diversión cuando me topé con mi hermano. Decidí darle un abrazo (no sé por qué) y al acercarme hallé en su rostro un dato revelador: ¡le había salido su primer jodido grano! Oh, sí... Irremediablemente pensé en la pubertad. Y más concretamente en la mía.
A mí los granos me debieron de empezar a salir más o menos también a su edad... y cuidao que todavía acechan. Aunque en menor medida. Veréis... creo que no me puedo quejar mucho de mis granos, nunca tuve excesivo número de ellos rondando, nunca se me amontonaron ni estuvieron suficientes para hacer la ola... quicir: nunca necesité marísco para adornar mi rostro. Pero sí es verdad que la adolescencia es una etapa dura y no sólo por los granos... Ahí están esos nuevos olores cultivados, esas gallosidades gargantiles, esa pérdida de visión, esa ganancia de kilos sobrantes, esa capa de grasa recubriendo el pelo, ese crecimiento de extremidades... La adaptación al medio, para qué negarlo, es jodida con tanto maldito inconveniente. El cuerpo te da la espalda, aunque suene paradójico.
Pero si hay algo que caracterice tal etapa en la vida de un chico son las chicas. Siempre hay tiempo para pensar en ellas. Esa materia prima inalcanzable. Porque, amigos... desde que iniciamos la pubertad pasamos a tener como único pensamiento perdurable el meterla en caliente lo antes posible. Lo demás no importa. Sacrificarías cualquier cosa por un coño con tostadas (y eso que aún no sabes muy bien de qué se compone el pastel). Se convierte en una obsesión que nos acompaña durante los siguientes tortuosos años. Hagamos algo para remediarlo, decía el más ingenuo. Claro que sí, guapísimo... sin moto ni casco, sin biceps ni triceps piramidales, un sentido del humor que tiende al gilipollismo más avanzado y una tienda de campaña en pie las 24 horas... ¿A dónde vamos? Sólo contamos con esa retahíla de mierda física que dios en su infinita sabiduría nos da como entretenimiento visual pubertoso. El rosco se aleja. El camión de las golosinas no pasa por pubertilandia. Ellas se van con el guaperas de octavo y tú el único polvo que ves es el que muerdes. Fin de la historia.
Así es. O así me fue. Pero no puedo quejarme. Porque todo es una gran mentira. Pase el tiempo que pase, la realidad es ésta: nunca paras de pensar en meterla en caliente (decid amén conmigo, quiero oíros... vamos, los de atrás, más alto...). Ni pubertad ni leches. Sin granos. Sin grasa. Con gafas o lentillas. Sin moto ni biceps. Pero hay que calentarla. Y, una vez metida en caliente, con igual o mayor intensidad sólo logramos recordar una cosa... y es que hay que meterla en caliente.
martes, 20 de septiembre de 2005
Beneath the rose
Casualidades de la vida, estaba yo viendo los conciertos de Radio 3 (esos que ponen en La 2 con nocturnidad y alevosía) cuando Micah P. Hinson hizo su entrada. No tenía ni puñetera idea de quién era, tan sólo tenía el programa puesto de fondo mientras (probablemente) me dedicara a mirar el gotelé de mis paredes... Creo que estaban tres músicos en escena, pero el peso lo llevaba el amigo. Entonó un Close your eyes que me llegó al alma y me puse a rebuscar cosa suya por la red inmediatamente (no esperéis encontrar sus discos en el maldito Corte Inglés). Simplemente di con "Micah P. Hinson and the gospel progress", el cual parece ser su primer disco, no estoy seguro (debe estar a punto de sacar otro).
Mi descubrimiento tuvo lugar allá por mayo, estaba esperando que saliera en escena Quique González en aquel Radio 3, pero no lo hizo hasta la semana siguiente. Y ha sido estos días cuando me he vuelto a topar con el disco de Micah P. Hinson, el cual tenía ya algo olvidado. Tras escucharlo unas cuantas veces puedo decir que es mi perfecto sustituto de Bruce, un tipo de Texas, con sus "grrr's" de serie (eso sí, menos exagerados), que hace música americana (dícese de country en todas sus variantes) de un corte excelente y que rezuma el espíritu indie por los cuatro costados. Ritmos melancólicos, melodías que se apoyan en guitarras acústicas y un piano delicioso que me recuerdan en ocasiones a un Elliott Smith desbeatleslizado, aunque no tengan casi nada en común. Además, cuenta con un pasado turbulento y aún no se ha suicidado... ¿Qué más se puede pedir?
Que conste que no le quito importancia al viejo de Bruce, reconozco que sus canciones son grandes. Siempre llevaré en el corazón su Streets of Philadelphia (jodidamente merecedora de aquel Oscar), sobre todo en versión acústica. Pero ese puto acento me mataba, amigos.
Si de algo sirve este post intentad escuchar The gospel progress, aunque sea para tirarme tomates después. Nunca dije no a la ensalada, y menos habiendo atún. Ahora que... lo de la soja... no sé yo...
Para más información sobre Micah P. Hinson pinchad aquí. Y para una suculenta entrevista aquí.
jueves, 15 de septiembre de 2005
Mis labores
Viene a decir que como hay problemas con Wanadoo me he visto obligado a mudar la page a otra posada... Si queréis acceder a la actual SDA tendréis que teclear www.sda.ya.st. Al menos hasta que a Wanadoo le de por funcionar...
Nos vemos en mi próxima historieta, amigos. Un abrazo.
PD: Payne... sacúdete el polvo... :P
martes, 13 de septiembre de 2005
Un plan perfecto
Con un sí o un no por respuesta
Admito que habría perdido
Mi dinero en cualquier apuesta
Encadenar palabras…
No era exactamente lo mío
¿Sabéis? Suelo ahogarme
A la orilla de cualquier río
Decidí avisarla el día anterior…
Le dije “ponte en el caso peor”
El Sol parecía acompañarme
Me había documentado en la materia
Cerré la puerta dejando
Dentro el miedo y la histeria
Cuando la vi noté cómo se bajaban
Los pantalones de mi memoria
Le tendí la mano, entoné
“¿Quieres subir a la noria?”
Os juro que debí palidecer…
Me dijo “haz lo que tengas que hacer”
martes, 6 de septiembre de 2005
Maremotos verbales - Vol.3
Preguntad en ese bar de ahí abajo...
A Clarise
Perdido entre pensamientos optas por levantarte del asiento que sudabas, dar un abrazo sin tocar e irte por donde viniste, aún más deprimido que al principio. El efímero sabor de la amistad que florecía y su tacto y olor que antaño te hacía feliz, ahora se reduce a un par de besos y un portazo como única explicación...
Nunca esperé soñar. Siempre he sabido esperar.
lunes, 29 de agosto de 2005
Maremotos verbales - Vol.2
sábado, 27 de agosto de 2005
Como una Cuba *
Amigos fachillas de tres al cuarto,
cada gitano se come sus mierdas,
breve paso de la risa al infarto...
¡Parece ser delito ser de izquierdas!
Delito es emplear así la boca
y adorar a capullos de bigote.
¿Por qué antaño Jitler era la loca
y Ceta Pe pasa a ser Don Quijote?
Juanan no vive en un chalet de Cuba
pero ello no impide que el brazo suba,
es cuestión del uso del diccionario.
Ni huevos monárquicos ni jevilones,
para brillar ya están nuestros cojones.
Juanan y yo con Patricia en su diario.
A Juanan
* Publicado originalmente en el Foro Oficial SDA el 3/09/2004 a las 16:59 bajo el nombre de Marcos -> El webmaster de los zapatos.
jueves, 25 de agosto de 2005
Maremotos verbales - Vol.1
Suelo anotar estas tonterías siempre que puedo, en el momento me hicieron partirme el ojete. Os invito a que comentéis situaciones verbales del mismo estilo, si total... para vosotros también es gratis. ¿Frases para la posteridad o simple verborrea errónea? Sin más, os dejo con los primeros maremotos:
En mi habitación, hace dos semanas:
Manuel
Entre el Felipe Arche y la Salobreja, en la feria de 2003
miércoles, 24 de agosto de 2005
Me falta gracia
A las vergüenzas, a las pegas... al simple hecho de pensar. A las sonrisas ajenas, las miradas de odio.
A las buenas intenciones, los esfuerzos y las ganas. Al conjunto en sí, a la unión falsa y a la triste realidad.
A la gente que pregunta, a las poses y los motivos. Los actos sin motivo... los viajes en tren a dos kilómetros por hora.
A los focos, luces y neones del camino, al flash repentino de las balas al dispararse. A los que les gusta conducir aunque sean tan solo aviones de papel.
Al descanso breve, que no eterno. A los baños y ahogadillas en serio, a los desconocidos que conozco.
A mi yo inocente, a mis lapsus varios y a las aulas vacías. A los verdaderos apoyos, a las amistades rotas... amores de cine y demás.
Metro sexuales
Yo, que había abandonado ya mis rondas mentales de metro, me centro de lleno en el cortejo. Ambos dos esbozan sonrisas y miradas cómplices dándonos a entender al resto que hay tomate por la zona (qué fuerte). El amigo decide iniciar una conversación... hasta ahí todo bien, queridos lectores, ahora que... no me pidáis que reproduzca la conversación al completo (mi oído no es que tenga el trofeo a la mayor agudeza sonora), os haré un breve resumen: en un español algo tosco el black man le pregunta a la black woman que de dónde es, a lo que le responde "de por allí abajo... selva... leones, tigres y panteras ¡dios mío!" (bueno, no exactamente), ¡y da la casualidad de que el tiparraco en cuestión también es del mismo país! Total, que por mi parte se desvanece toda posibilidad de seguir asimilando el proceso de cortejo cuando cambian a su idioma natal. Pero una cosa sí que es cierta, el amigo es un jodido pesado. Y ella lo nota... sí... mientras él no para de hablar (ento-congu-tanga-tanga-mi-manga...) ella mira a todos lados menos a su cara. Se aburre. O mejor dicho: la aburre. Pero nuestro negro favorito no desiste, sigue (supongo) contando batallitas y exaltando la belleza de nuestra negraza en su jachondo idioma... Y me pongo en el lugar de ese pequeño bombón, a estas alturas ya ha debido tener tropecientos pretendientes, le sobran pollas, lo que le faltaba es que el primero que la vea en el metro se crea que tiene posibilidades con ella tan sólo porque tenga el color de la piel tirando a carbón. Se avecina el fin.
En efecto... "Ding, ding, ding... próxima estación... Parque Lisboa". La playmate mueve su pompis hacia la puerta, seguida muy de cerca por el picha brava, el cual augura un futuro próspero. El metro se detiene y las puertas se abren. Ella sale, pero al ver que él la sigue se gira, le mira a los ojos y le dice en plan gesto "oye, tú... que nanai". Nuestro protagonista, con cara tristona y aún mirándo el adiós en forma de movimiento de caderas que ella le propina, da un paso atrás. Se sienta a mi lado y continuamos la travesía. Su expresión frustrada no daba lugar a dudas, en aquel momento se estaría gritando en sus adentros "¡es porque soy negro!". Buen intento, sí señor. Yo... para variar, ya tenía algo en qué pensar hasta llegar al encuentro: ¿serían esos los llamados metro sexuales?
lunes, 22 de agosto de 2005
Café solo
Mientras te quitas la ropa dormitas, piensas en lo que has hecho durante las horas anteriores... no lo tienes claro. Y luego en lo que mañana harás.
Decides sentarte en la cama, pensar en nada y dormir como cada noche... esperando soñar algo bonito que te libere de los límites establecidos.
Abre los ojos, ve hacia la cocina. Toma algo de café y vuelve al mundo que nos queda.
jueves, 18 de agosto de 2005
En los tiempos antiguos
Reía, corría, miraba, soñaba
Pero todo ha cambiado, no soy el mismo
Noto que titubeo ante el abismo
En los tiempos antiguos, cuando no había presiones
Cuando todo fluía, cuando había ambiciones
Todo parecía estar hecho para mí
No recuerdo los amigos que en el camino perdí
En los tiempos antiguos todo estaba permitido
Miraba hacia el futuro sin parecer abatido
Comprendí que en la vida el saber es lo que cuenta
Nadie era entonces lo que ahora aparenta
En los tiempos antiguos no se pensaba en la duda
Era cuando la realidad se servía cruda
No llegué a aprender a desnudar el momento
Tal vez pensé que todo iría más lento
miércoles, 17 de agosto de 2005
Lapsus mentales recientes
- Como te iba contando... pues este amigo mío estaba en Marruecos... en aquella casa misteriosa, como te dije... y oyeron un ruido... en serio, fue algo muy fuerte... desde entonces lo está pasando fatal y yo en cierto modo también...
- Ya, pero ¿dónde te has comprado esa camisa?
Arche, no hace tanto:
- Enrique, ¡tu hermana está muchísimo más buena que tú!
Pido disculpas a los damnificados.
PD: Información algo adulterada pero basada en hechos reales. Fuente principal: Ramón.