martes, 23 de mayo de 2006

Ya están aquí

Se acercan. Están en forma. Son rápidos. Tienen las esquinas afiladas y vienen a por nosotros… Sí, amigos, son los exámenes examinísticos y examinosos. Llega la época estudiosa. Lo que os propongo es revisitar uno de los comentarios clásicos del Weblog SDA. Y para ello quisiera dejar claro, antes de nada, que mía no es la autoría de este pequeño saco de verdades que vais a leer, sino del gran Bayo. Tan sólo algunas palabras y expresiones imposibles, así como fallos de acentuación han sido modificados y amoldados cariñosamente para poder así ajustarse a la norma sin que pierda ni un ápice jachondil. Sirva, pues, este párrafo de introducción, y los siguientes… de post:


Paso a dar mi opinión acerca de lo que son las temporadas de exámenes, en una de las cuales nos hayamos hoy unos cuantos...

Todo empieza allá por septiembre, cuando entras de nuevo (después de otras jornadas de exámenes) a la universidad con esperanzas renovadas, pensando que este cuatrimestre sacarás dos asignaturas más que el año pasado, que te pondrás a estudiar y repasar desde el primer día que tengas apuntes, que vas a echar dos horas diarias, que piensas entrar a todas las clases, que te apuntarás a todas esas prácticas y opciones para subir nota…

Los primeros días te dedicas a pasar a limpio los pocos apuntes que vas recogiendo, pensando que este curso va a ser la hostia. Todo de momento te parece fácil. Llegas a casa diciendo que no tienes nada que hacer porque acabamos de empezar. Lo malo es que esa misma excusa nos dura por lo menos hasta mediados de noviembre… Cuando te quieres dar cuenta, te encuentras ya en noviembre y con un pequeño tocho que uno dice que se lo come en poco rato. Así acumulas tochito a tochito, hasta que consigues un tochaco.

Durante el día te dedicas a asistir a clase y por la tarde a repasar algo que te preguntarán al día siguiente, o el parcial que tienes la semana que viene, y, por qué no, la práctica obligatoria que tienes para viernes. Pronto, llegas a principios de diciembre y ves cómo todo lo que pensabas se empieza a ir a la mierda. De la materia que tan fácil veías en octubre ahora en clase no entiendes ni papa, porque te perdiste en noviembre. Ya corre por tu mente la idea de dejarla para un tal junio o, en el peor de los casos, para el sufrido septiembre.

Y cómo no… llega la Navidad y sus vacaciones. Todo son fiestas, reencuentros con amigos…, piensas que ya es hora de empezar a estudiar para que cuando llegue enero sólo haya que repasar. Bueno, la cosa se inicia con el sorteo del niño y termina con el post-reyes magos. En ese transcurso de tiempo, sinceramente, no se hace ni el huevo. Todo lo que uno se propuso se va al garete. Y estamos en enero cuando, de nuevo, te planteas (ya sin tan siquiera ir a clase) a cuántas te vas a presentar. Dices “más vale ir por seguro, me presentaré a las que me sé fijo… mejor será presentarse a pocas pero aprobarlas”.

Nos encontramos a mediados de enero. Nuestra vida se limita a visitar rutinariamente la biblio y recoger fotocopias caducadas de octubre con las que sólo consigues preguntarte “¿qué cojoño es esto?”. Con la tontería llegamos a una semana antes de febrero… Algunos, como yo mismo, tenemos los exámenes a finales de enero. Es entonces cuando viene la etapa de planificación. Te dices “me levantaré a las ocho, y pa las ocho y media me pondré a estudiar”. ¡JÁ! Sabes que no te vas a levantar a esa hora, y que en media hora no estarás vivo ni de coña.

Te pones a las diez, colocando los apuntes esturreados por toda la mesa para así parecer que lo controlas todo. La cosa empieza normal, con mucha tranquilidad. De pronto, te abren la puerta y te dicen que cojas los calcetines y los coloques en su cajón, y dices... "¡OK!". Al rato, te levantas y te preguntas “¿qué tal algo para tomar?”. ¡Claro que sí! Vas al frigo y lo pillas. Pasas por la televisión y ves a la Quintana hablando de un suceso que pasó en el “Tomate”, lo cual hace que uno se entretenga y pierda sus minutos…Total, que vuelves a tu mesa, te reincorporas y echas un rato. Cuando ves que es la hora de comer lo dejas por un momento (que es lo que uno piensa) y a jamar.

Ya al finalizar la comida que pregonaba tu madre, si es que no se ha tenido que cocinar uno el asuntillo, ¿quién tiene ganas de seguir estudiando? Dices “voy a descansar unos treinta minutos”, lo cual se traduce en una hora. La tarde la echas. Cenas y piensas “mira por dónde me voy a quedar a estudiar de noche”, plan con el que no aguantarás hasta más de la una. ¿Por qué? Porque te dirás que mañana te levantarás a las ocho… Y así sucesivamente durante esa semana anterior al examen.

Y al fin llega el día. Te dices “VAYA PUTA MIERDA, no me sé nada, no he tenido tiempo, es muy difícil, no hay quien lo apruebe…”. Lo que en septiembre te parecía tan fácil ahora lo ves de color negro. Si uno no se hubiera dejado todo para el último mes (si es que alguno estudia el último mes), todos esos momentos de angustia no nos habrían afectado. Pero nos aplicamos el “ya si eso…” y seguimos viviendo.

Tras los exámenes vienen las malas noticias. De las cuatro a las que nos presentamos hemos aprobado sólo una. Nos toca el duro momento de comunicárselo a nuestros padres… Empiezas diciendo en plan héroe que has aprobado unas prácticas con la mejor nota. Seguidamente, les metes el rollo de que el examen fue bastante difícil, que hasta los que más controlaban también han caído en batalla… Hasta que llegas a soltarles que has sacado un “4.25” en el examen de economía. Uno siempre suele suspender por los pelos, ¿o no? Es un buen truco para dar pena a los familiares. Una vez que se lo comentas a tus papis, éstos, furiosos o no, te comprenden, no sé cómo.

Pero lo mejor no acaba ahí… Una jodida semana después viene todo este rollo otra vez. Nos encontramos en un nuevo cuatrimestre y parece que no escarmentamos. Volvemos a repetir todos nuestros errores, lo que en junio nos pasara factura. La pagamos y terminamos como siempre: concentrando nuestras últimas esperanzas en septiembre… Nos jodemos el verano, sí, aunque claro, siempre lo dejamos para el mes de agosto…

¿Quién dijo que la vida de estudiante fue la mejor? Pues quien lo dijo llevaba razón. Se vive cojonudamente, y porque un mes cada cuatrimestre se joda uno por no haber trabajado durante el año no quiere decir que andemos jodidos y que nuestra vida sea una mierda. Si todos nos organizamos bien y dedicamos cada momento a lo suyo disfrutaremos de nuestra famosa vida del estudiante. Tiempos peores nos vendrán cuando acabemos los estudios.

He relatado mi experiencia universitaria en estos párrafos, y creo que más de uno se sentirá identificado… Espero haberos entretenido.


Gracias, Neto, por dejar aquel comentario y por permitirme mentalmente recuperarlo para la ocasión y tunearlo.


INFO:
AQUÍ tenéis el enlace al post que alimentó
el teclado bayense, así como al comentario
original sin traducción ni edulcorados, el
cual vió la luz un martes 31 de enero.

5 comentarios:

Marcos dijo...

Jojo, ¡Bayo! Cuánto tiempo sin tu careto rondando por comentarios (no así, tu famosa Iberbanda se ha dejado caer con asiduidad por las estadísticas).

Tenía planeado publicar algo sobre los exámenes y recordé tu comentario. Lo volví a leer y me empezaron a sudar las corcusillas al toparme con tanta jodida verdad junta. La cruda realidad se plasmaba a la perfección en tu comentario y decidí hacerte protagonista espontáneo de mi post "robado". Lo pongo entre comillas porque alguna morcilla mínima de mi cosecha ha sido añadida (¿alguien se pondrá a adivinar las siete diferencias?). Tuve la tentación de modificarlo más, pero no quise llegar a la violación con tu mensaje. Entiéndase, pues, como una nueva capa de pintura.

Me alegra saber que sigues vivo (por poco tiempo, lo cual también es una alegría) y que el viejo chiste de las Lay's no caduca. Pero sobre todo que hayas vuelto a asomar tu bayoneta por estos lares. Un abrazo!


PD: Oka, cuando reunas tres de los grandes en tu saldo telefonístico, mámame. Le deseé suerte a la que te inTeresa, también a ti... Aunque la joderemos, como siempre.

Kike dijo...

Nooooticia bomba: EL 25 DE MAYO DÍA DEL ORGULLO FRIKI, ME ENTREVISTA CARLAS FRANCINO EN HOY POR HOY.

La entrevista es de 11 a 11 y media. Ahí queda.

Marcos dijo...

Sí, amigo. Te hemos oído en clase gracias a mi propaganda. Tu fragmento lo tienen colgado en cadenaser.com, más concretamente en http://www.cadenaser.com/programas.html?anchor=serprohoy jojo. Y algo me dice que no te has leído el post que mancillas con tu propia propaganda subliminal...

Anónimo dijo...

Niño: me has medio-plagiado el post ese que hice sobre las fases de agobio de los exámenes (aunque el tuyo va de cómo va evolucionando el curso, pero me da igual). El caso es que te soy sincera y este post no me ha gustado demasiado. Mu largo. Estudia y menos posts xD

Besicos a ambos

Marcos dijo...

Ya veo que no te lo has leído... Este post es un remix de un comentario bayense. Era una perla que le brindaba a nuestros fans más fricosos cuyo copirai es de hace un siglo, así que de plagio... La cosa es que debería estudiar.