viernes, 5 de mayo de 2006

House



La sinceridad es dura de llevar. Te llevas respuestas ofensivas, recuerdos para tus padres y otras tantas consecuencias que normalmente son duras de apaliar. Entonces... ¿qué cojones tiene de bueno? No lo sé, supongo que lo mismo que mentir para quienes aman este verbo. El caso es, que en mi experiencia de sinceridad me he llevado hostias de todos los tipos, cuando se trata de puñetazos (verbales o no), no existen los clasicismos, la única variable es la fuerza del propio hostión a recibir.

En especial estos meses, dicha sinceridad me ha llevado a enemistades con unas 4 personas, las bajas siguen aumentando... es impresionante. Escribo esto para que la gente sepa al menos que no me empalmo cuando digo lo que pienso, o respondo con sinceridad aquellas preguntas que me plantean. No es por ofender, pero no puedo decir "oh, qué bien te queda esa chaqueta" cuando pienso que pareces el Fary sentado sobre la pata de una silla... ¿Preferís mentiras de pacotilla o de las buenas? ¿Sinceridad con verdades a medias o puras? Seguro que alguien comenta: "Pues hombre, eres tonto, y ya de paso contesto: lo suyo es saber cómo decir las cosas, con sinceridad, pero con tacto". Cierto, ése es el punto perfecto, pero reconozcamos que adornar una verdad es equivalente a algo similar como mentir y dejar pistas para que sepan que mientes... Una gilipollez, según mi parecer.

Por otro lado, miento. No soy un malabarista de la Razón enviado por diox, ni mucho menos. Mis mentiras suelen ser las obligadas...


Madre Desconsolada: "Hijo, ¿de dónde vienes?, que es muy tarde."

Yo: "De un sitio llamado Auditorio, me voy a mi cuarto. Nas noches."

M.D: "¿Has fumado algo raro?"

Yo: "Pues..."

[...]

Mentí hasta que me eché al tabaco solo.


Ya sabéis, a ver quién me contesta las preguntas anteriores, me encantaría saber gustos y opiniones: cebaos con el tema (no conmigo, que ya huelo la sagrada hostia calentándose y lista para repartirse).


Muy a pesar de todo, pienso seguir con mi forma de ser: extraña, sí, pero es lo único que tengo.


PD: Esos dos rectángulos de arriba son dos vídeos. Atentos, lo haré siempre que pueda hasta que aprenda a poner los vídeos en plan guay.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Da que pensar todo esto...Por experiencia propia, he de decir categóricamente que a nadie le complace mentir. Se hace por salvar el cuello cuando la verdad es un cinturón de dinamita atado cual riñonera. Pura supervivencia ("malvivencia"). Lo grandioso es que el "sistema" acaba funcionando y atrapándote entre su maquinaria: el pastel queda a merced de los elementos erosivos. Y es cuando a pesar de verte rodeado por todos tus diablos, respiras aliviado por vez última antes de derrumbarte y empezar a sufrir.

Hola, soy Louse y llevo 5 meses, 4 botellones y 2 siestas sin mentir (salvo mentirijillas tipo "mamá, si es que no voy a la universidad porque los profesores son unos vagos" y otras tonterías). La sensación es positiva.

La sinceridad es por definición pura, pero los adornos circundantes no tienen por qué ser siempre deshonestos.
Sintonicemos nuestros sistemas nerviosos y epidérmicos y tengamos tacto...paciencia y empaque para aguantar la VERDAD (hay algunas que suben por los tobillos y explotan en el pecho).

Venga, Payne, a seguir así. Me cae bien "lo único que tienes". Ya hablamos.

Louse

Peyn dijo...

Única cual vicodina. "Mentiroso compulsivo" me encantó... marcó una época en mi vida.

Anónimo dijo...

Mark!! me encanta tu post. Jo, escribes muy bien nunca me habia imaginado que plasmaras tantas verdades juntas y con ideas tan buenas (menuda elocuencia).

Lo de los rectángulos, es total, ya veras poco a poco lo vas a lograr te lo dice una que para estas cosas a base de ser constante se logran las cosas, juas.

Bueno, sigue con tus historias graciosas y estoy de acuerdo contigo la sinceridad es primordial porque ser un hipócrita no sirve para nada, simplemente, para que no te presten justamente lo contrario credibilidad. No es necesario ocultar cosas y lo último a los amigos ya que es tristísimo hacerlo.

Ciao. Yolanda (tu compi de clase Villanueva)

Anónimo dijo...

¿Mark? Aquí hay alguna confusión, ¿no? Es que a veces se parece mucho a Payne.

A ver cuando nos metemos todos un buen chute de vicodina.

Hasta pronto

Peyn dijo...

Acabo de escribir en el post de arriba exactamente eso. Pero en fin, las confusiones existen. Gracias por lo de la elocuencia.

Anónimo dijo...

La vida está llena de hipócritas; si les dices bien les cae mal xq eres su amigo/a y no eres sincero; si les dices mal, peor xq se supone q al ser su amigo/a les tienes a animar...eso si, si se dice la verdad (q no siempre sienta bien) al menos decirla con clase, xa q parezca algo constructivo y no dar señales de q se cae como un patada, jeje! un besico payne

Peyn dijo...

La cosa esta en que: ¿Y si te importa una mierda lo que piensen? Las cosas son como son, no como desearíamos que fueran. Lo que ocurre es que la mayoría no aceptan que la realidad sea una puta mierda y prefieren seguir en su particular mundo de yupi con sus alegres emociones y ajenos al mundo.

Es una forma de ver las cosas, como lo es la mia.

Marcos dijo...

Bien, con dos siglos de retraso, pero comentando.

House es un tipo con honestidad brutal, sí. Pero muchas veces las suelta con sarcasmo para autocomplacer su lado oscuro y echarse unas risas internas. Ese sería un punto negativo a la hora de poner en práctica la táctica (jojo) Housera. ¿Quién no peca de ser sarcástico en los momentos más inoportunos?

Otro agujero negro a la hora de soltar las verdades es el punto a partir del cual eres un borde.

Hay que tener el tacto de un cirujano a la hora de comunicarle a esa mujer que su marido ha dejado de respirar. Lo que con el rollo House sería "tengo dos noticias, una buena y otra mala: la mala es que su marido la ha diñado... y la buena es que cocinaba fatal", una persona con tacto lo refinaría y no sería sarcástico ni borde, a la vez que no faltaría a la verdad. Esta cosa habría que aplicarla a nuestras verdades de andar por casa.