miércoles, 22 de febrero de 2006

Crónicas del cómo pasó

Queridos reyes majos:

Este mes he sido bueno. He estudiado mucho y he mirado por el bien ajeno. No he infringido la ley. No he operado por llanuras más allá de mis dominios. He distinguido el bien del mal, inclinándome por el primero. A mi entender creo que, en definitiva, he obrado correctamente, y con el deseo de ser considerado modelo de ejemplo, tan sólo me queda por pedir paz en el mundo, amor para todos y el nacimiento de un sentimiento común que nos implique cada vez más en la labor medioambiental y en la lucha por los derechos de los animales… Y todo esto está muy bien, cachondos míos. Yo lo único que pedí fue tener internet y tele por cable. ¿Y qué es lo que recibo? Una patada en el escroto y el ruido seco de un portazo. Así que para el mes que viene me reservo una quema de apuntes, zancadillas callejeras, conducir por encima del límite en las escaleras mecánicas, cruzar charcos y barrizales morales, poner a dieta mi conciencia mientras alzo orgulloso la bandera pirata, desear que el mundo se venga jodiendo tan bien como lo ha hecho hasta ahora, escribir solamente por una cara en los folios, limpiarme el culo con papel de corazones y comprarme videos de zoofilia.

Sí, amigos, me encuentro sin internet. De ahí la falta de postes y el monopolio Paynero que reina en el blog. Ruego disculpéis mi demora a la hora de postear, pero es que me veo obligado a recurrir a cybers, ordenadores prestados o mangoneos públicos para meterme por estos lugares. Hoy día no soy nadie sin internet. Nadie somos nadie sin nuestro ratito diario de buceo, de chateo o de porno (un abrazo, Payne)... Y es que estos también han sido días de estudio extremo, aunque sin llegar a sufrir amputaciones. Días de incertidumbre y meteduras de pata. Días... que han pasado de la noche a la mañana. Tuve tiempo de ver la cabalgata de Rajoy cosechando firmas de manera ruinosa en Móstoles, sufrir taquicárdias calzando deportivas, ver a gente gilipollas de verdad y a gilipollas disfrazados de gente. Miles de historias que podía haber relatado estos días y que pasarán a los anales de mi memoria hasta que caigan en el olvido, sin requerir para ello más de unas horas.

Y con la prespectiva del que ve pasar los toros desde la barrera, los días se me escurren como si de mantequilla se tratara. Pronto llegará marzo de la mano de abril, que, si nadie lo roba antes, siempre va atado a mayo, con junio pisándole los talones semaneros, y otra vez exámenes. Hasta que las aguas manantiales del ciberespacio me arropen puede llover, no nos engañemos, pero quiero seguir dejando mi huella. Amén de que ya me tiraba de los pelos cada vez que veía ahogadas mis horas muertas, tiñiendo con sangre en forma de minutos esas mismas aguas bañadas por posts ajenos... y... No, amigos. Voy a intentar colarme desde mi amada universidad para meter mis morcillas. No os libraréis de mí tan fácilmente... Al menos sin dinero de por medio. Tampoco mucho.

4 comentarios:

Peyn dijo...

Por fin tu vuelta.

Marcos dijo...

Sí... De vuelta y vuelta. Pero es todo entre comillas. Que era broma, vaya. La vuelta VUELTA será cuando tenga cosa internetera... Perdón si te piso algunos posts, no puedo elegir mis días, tú sabes.

Peyn dijo...

Lo sé, lo sé.

Marcos dijo...

Por cierto, veo que mi sicario no hizo lo que debía en aquel hospital...