sábado, 25 de febrero de 2006

Death to Birth

La gabardina se manchó con sus lágrimas... la primera gota se dejó caer por uno de sus brazos, conduciendo el cuero, a su vez, despeñó aquella miserable cantidad de líquido. Solo ella lo consolaba, le daba un cobijo que nadie le podía dar. Enredado, el pelo tomaba una postura angular con respecto a la cabeza, apollada en el hombro izquierdo de la chica.

De espaldas ella, de frente a su culo él... comenzó la reconciliación. Las manos, que en su momento se hospedaban en la cintura de la chica, comenzaron a bajar de una forma tan lenta que a penas era perceptible. Mientras que una viajaba al espacio exterior, Monte de Venus, la otra se regocijaba en la periferia del muslo, intentando alcanzar, quizás, la rodilla.

Frente a su inclinada cabeza, el brazo de la chica lo sostenía, defendiendolo así de cualquier caida desafortunada. Sus piernas comenzaron a ser consumidas por la espesa chaqueta de cuero... los gemidos, consecuencia de la excitación, o del previo llanto, toman el protagonismo.

Es entonces cuando algo de aire es tomado y se devuelve con el sonido del "lo siento". "No pasa nada", recibió como respuesta. "Morir no es tan malo si estoy contigo"...Se escuchó entre portazos y disparos.

Él
Siento no poder cumplir con la promesa

Ella
¿Qué promesa?

Él
No puedo protegerte de la muerte, al menos, lo haré del dolor

Ella
Comprendo...

Él
...Lo siento...

Ella
...Te quiero...

Él
...Yo tambien...


-Disparo de pistola-



Acto seguido entraron, sobresaltados, los soldados para acabar con su meta. Arrasaron con todo aquello a su paso, y entre todo lo que hubo a su paso, se encuentran los huesos y vísceras que dejan la huella del paso del tiempo, y del te quiero.

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