martes, 10 de enero de 2006

El burdo, el burdo

Desde hace unas semanas tengo pocas o ningunas ganas de escribir, pensar y mucho menos de padecer... no me siento agusto con nada ni con nadie, aunque este sentimiento no es nuevo, me sorprendo a mí mismo viendo como en vez de perecer, esta actitud crece a la par que mi pena (aunque en rigor no es mejor, por ser mayor o menor) ... no es un burdo rumor. No encuentro tampoco una explicación, si es que la hubiera. No encuentro mi sitio, no encuentro ése ahuecado cubículo, oscuridad que pierde la guerra contra una bombilla. Me uno a los chats que poco tienen que ver conmigo... no hablo, tan solo leo o escucho las conversaciones que se cruzan por mis ojos y oidos. Poco mérito puede tener.

No me salvan ni esta tiritera provocada, ni el vómito que la sigue. No me sirven los ánimos, ni mucho menos las servilletas... papel o tela, da igual.

Pensé, e incluso comenté entre algunos lectores del blog, acerca de dejar de escribir en el weblog, de ahí mi gran pausa cercana al mes de falta de asistencia. Al final lo ví estúpido, aquí es donde puedo hablar, comunicarme, estar en contacto (aunque en rigor no es mejor, por ser mayor o menor) ... aunque a veces soy muy cumplidor. No quiero perder esto, tampoco me gustaría perder a los desconocidos que quizás me conozcan. ¡Bah! ... no doy pie con bola.



Aunque en rigor no es peor, por ser mayor o menor... debí consultar al doctor López Ibor...




Las morcillas incluidas las dedico al Webmaster&Commander Marcos.

1 comentario:

Marcos dijo...

Cuando me planteaste el abandono sólo pude decir "me estás jodiendo". Y la verdad es que no creo que sólo me jodieras a mí.

Así es que... joder, sigue jodiéndola, jode, jode y jode, para poder encontrarnos con tus jodiendas escritas en jodidos posts.


PD: Espero que lo de los dibujos siga en pie. Eché un vistazo a otro dibujuelo que rondaba por tu habitación... Oh, sí.

PD2: Jamás probé morcillas tan exquisitas... Aunque sigo prefiriendo las del jardinero.