sábado, 14 de enero de 2006

Conservado en alcohol

Corren tiempos en los que la gente se atribuye glorias caducas. Tiempos donde los batidos de distintos sabores, ajenos por completo al complot, tiznan el paisaje de negro cobalto. Se insinúan prostituciones, se invierte en viajes, se compran cinturones de castidad, se habla mucho. Pero todo sin descuidar las viejas tradiciones ni las formas. Se exalta la figura del corrupto y se conservan amistades en alcohol, del malo.


Y batalla tras batalla, el enemigo, que eres tú y también de ti mismo, supera sus miedos y se va haciendo con el control de su guerra personal. Aborda el barco con soltura en una maniobra que parecía cuestión de tiempo, mientras su traje va adquiriendo medallas a las que saca brillo tecleando relatos imposibles en los que todo lo que se toca se convierte en oro. Estaba escrito. ¿Y el que es proclamado titiritero del reino por boca ajena pasa a ser el Urdaci de turno? Resplandece en la noche la luz de un móvil al que le sobran contactos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Exultante riqueza metafórica.

Marcos dijo...

Lejos de las implicaciones, me parece un post bonito por eso, por juntar tanta metáfora.