No se puede ya andar a gusto por la vida, se sospecha leve o gravemente a cada paso que se da. Las traiciones están cerca... ¿Ambiciones? No hacen falta. El fin que es perseguir una meta, sea como sea. Ya no se acaba de tener seguridad en las personas, ni se empieza tampoco.
Hay que disfrazarse para evitar el desgarro anal furtivo, poner papeles y pruebas sobre la mesa, tener más ancha la vena del cuello antes que cualquiera de la mismísima polla. Desenmascarar el rostro ajeno que no vemos, estropear la reputación de uno mismo y la del resto consigo. Problemas de espalda por exceso de peso... Demasiado has cargado tu espina dorsal.
Apunta una, dos, tres mil si quieres en tu cuenta, que yo pago. A ver si el cansancio hace mella en el corazón, y las mentiras se convierten en verdades.
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1 comentario:
¡Cállate, Paynele!
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