jueves, 7 de septiembre de 2006

De ensueño

Por unos instantes pienso en todo lo que he vivido, pasan imágenes de algún videojuego interactivo en el que todo mínimo detalle cuenta haciéndome ver las equivocaciones cometidas, los errores que no corregí.

Me juega una mala pasada la memoria y todo para de repente. Acabo de darme cuenta de algo: No recuerdo quien soy durante un leve instante. No me alarmo, sé donde estoy, y la inmensidad de papeles y post-its con anotaciones escritas con lo que pienso que es mi letra, van dándome algo de lucidez. Ya soy yo de nuevo, sé quien soy, cómo soy.

Abro los ojos, ya he despertado. Estoy inmóvil sobre la cama. Miro a mi alrededor y no sé donde estoy, esta no es mi habitación… es demasiado blanca, no hay un solo póster, está limpia. Levanto la cabeza y miro hacia todos lados. No entiendo nada, no comprendo lo que ocurre. Quizá haya perdido la cabeza, quizá haya olvidado cómo usar mis propios sentidos.

Veo una sombra. No es mía, no corresponde a mi inseparable cuerpo. Se mueve y contonea sinuosamente, quiere atraerme. Noto que me fallan las fuerzas y cierro los ojos aunque no quiero.

Estoy ciego, no veo más que oscuridad, ahora solo escucho sonidos estridentes, gritos. Eso es bueno, no he perdido la cabeza del todo, sé usar mis sentidos. Solo he perdido la vista. Noto como mis párpados recubren cada pocos segundos los ojos que me sirvieron fielmente. Mi audición es perfecta, mi olfato detecta un aroma… frambuesa. Es un olor tan dulce que casi resulta vomitivo. Mi tacto, no puedo moverme. Pruebo a mover los dedos de mis manos y hay suerte, noto algún tipo de tejido, no es de ninguna sábana. No estoy en una cama. ¿Dónde cojones estoy?

Hago esa pregunta un par de veces para mí mismo, la tercera vez la susurro. No obtengo respuesta.

Puedo moverme, me estoy moviendo y no me duele nada. Me siento sobre la superficie en la que estoy, no puedo colgar las piernas. Se me olvidó que esto podría no ser una cama. ¿Suelo de tela…? ¿Donde cojones estoy…? Noto una presencia muy cerca. Estoy atento a cualquier sonido, preparado para lo que sea. Siento en la cara algo extraño, un cosquilleo. Llevo las manos a la cara. La estoy tocando, pero no la siento. No entiendo nada. Y no dejo de pasar mis manos por aquella piel hasta que alguien para mis manos con las suyas. Ahora son sus manos quienes tocan mi cara, ahora siento mi cara, siento las manos de algún desconocido. Me tranquilizo. Mis labios. Joder, me están besando. Parpadeo una vez más. Parpadeo otra. Veo una chica desnuda que me besa. La veo en tercera persona, como si lo grabara en vídeo alguien con vocación de director de cine porno casero. Se separa de mí unos centímetros. Ahora lo veo todo desde mis propios ojos.

Estoy preparado para todo, excepto para esto. Hay alguien encima mía, una chica. Me gusta su pecho. Miro hacia todos lados mientras la chica se va echando sobre mí. No entiendo nada. Un momento, siento dolor… tengo algo que me presiona el pecho, un puto cuchillo. Está a mi izquierda y sangra más de lo que me gustaría. La cara de la hermosa chica ahora se torna con gesto sádico. ¿Por qué así? ¿Por qué ahora? Noto una textura extraña con los dedos de las manos. La noto fría… ¿Suelo de tela…? ¿Dónde cojones estoy…?

He muerto, y lo sé porque dejé de notar los latidos de mi corazón hace un rato. Dejé de ver casi al mismo tiempo. ¿Quién soy? No recuerdo mi nombre. Todo es absurdo, demasiado surrealista.

Acabo de abrir los ojos. Estoy empapado en sudor, tengo frío y miro al techo continuamente. Tengo los pies donde debería tener la cabeza, estoy al revés. ¿Estoy loco? ¿Dónde estoy? Estoy en mi habitación. Tomo una postura de 90 grados sobre el colchón mientras compruebo que la textura es la habitual en mi sábana. Veo ahora anotaciones en papeles de color amarillo. Cojo las gafas y leo una escrita en negro que dice que escriba los hechos de mis sueños y los separe de los de la realidad.


Creo que es mi letra. No recuerdo tan duro el colchón.

1 comentario:

Marcos dijo...

Estoy cachondo.