martes, 20 de junio de 2006

Vista

Gustar es un verbo con significados tan amplios como la vista al horizonte del mar, mil usos, mil aplicaciones, una oportunidad para decirlo… pocas más.

No se pueden dedicar un par de sonrisas, una mirada cálida y acto seguido aparecer en su casa. “¡Menuda sorpresa!” – oirás, seguido de un “pasa, pasa”.

A partir de ahí, es terreno desconocido. Hábitat extraño que suena más a película porno casera que a una habitación cualquiera: una cama deshecha, prendas esparcidas por doquier, dos móviles que dejaron de sonar, una taza del McDonalds, música de fondo… risas y un cenicero a punto de colmar. Elwood custodiando la zona y el lugar.

Gafas de sol al suelo seguidas de una tremenda patada al aire como evitable consecuencia. Confusión entre la acción. Hay cuernos con los que cumplir y una noche por delante de tranquilidad. Tu parte inevitable, se convierte en la suya también.

Nacen dos vertientes que mueren despeñadas en la cascada cenagosa del no querer, pero poder. La izquierda va por Laso, la derecha se queda hoy aquí, mañana marcha hacia el hogar que corresponde.

Parpadeas con sueño un par de veces, mientras manosea el pintalabios. A traición te duermes dando un beso en la sien. Te mira y los ojos se cierran a la vez.


Al despertar es cuando dices… está mal. Y te vas.



A Stacy

3 comentarios:

Marcos dijo...

"Hay cuernos con los que cumplir", eres la hostia. Por otra parte, menudo polvazo. Consentido... Sufrido.

Anónimo dijo...

Que bonito... pero el final es triste. Tu a tu rollo, te pesan mas las palabras que el cuerpo. Gracias por esto y por no irte ni pensarlo.

Peyn dijo...

El caso es que en mi fuga aprovechas el despiste. Me impone tu estilo.