sábado, 17 de junio de 2006

Hora torera

Me refugié en la salida de incendios de una de las torres. Empezaba a llover y no quería humedecerme más de lo aconsejable. No me metí al metro, pese a tenerlo al lado, porque siempre recurro a aquel hueco en la torre para ordenar los últimos pensamientos del día, un análisis en el cual casi siempre acabo echándome el sermón por no haber agotado todas las posibilidades. Venía de un examen catastrófico y de estar vaciándome en Internet, soltando mierda acumulada en forma de temario para poder aprobar, unas cuantas horas fueron gastadas en ello. Mientras miraba la alambrada de enfrente un tipo en bañador y sandalias se acercó a mi hueco. Sacó el tabaco, lo dejó reposando en la baranda y se puso a quemar la china. Suave tufillo a hierbas medicinales… A lo lejos una joven damisela en compañía de su respectivo se nos acerca pidiendo un piti, esa ridícula palabra que designa al cigarrillo, le respondo que “ya si eso” y el tipo en bermudas le da uno de sus cigarros. Con aquel humo no se podía pensar en nada que no tuviera “Lucy in the sky with diamonds” como música de fondo, así que decidí finalizar de manera brusca mi ronda mental y darle duro al camino hasta mi casa. Comprobé así que la del piti ya estaba con el chorbo dándole el último lametazo a su porro, mientras, una esquina más allá, unos sudacas hacían rular en círculos su hierba… me sentía un extraño estando allí sin colocarme. Corrí hasta la boca de metro, aun cuando no llovía. Aquellas gotas amenazantes no habían sido más que lágrimas de cocodrilo.

Todo para llegar a casa, poner la tele y contemplar absorto que no hay una jodida cadena que no hable del mundial. Que no hay ningún plan para esta noche que contemple a alguien más que no sea yo. Que esos apuntes que con tanto esmero imprimí hace ya varios días, me esperan en la mesa, esparcidos en tochitos de veinte o treinta páginas, junto al flexo, con cuatro botellas de agua vacías alrededor y una rana que hace las veces de antiestrés mediante violaciones anales a punta de bolígrafo. Sí, amigo, tengo que estudiar… No hay nada en la nevera, acabo de cenar. No tengo ganas de ir a echar una meada, estoy vacío, me aseguré de ello hace diez minutos. Ya hice la colada, no hay más camisas que tender. En la tele sólo encuentro a la perraca de turno vendiendo su vida en Salsa Rosa a base de polvos. No tengo banda ancha, tengo manga corta. Y no hay más remedio… Así que cojo la chaqueta, me miro por última vez al espejo y pienso en esa persona. Afuera, las luces acaban de encenderse, mis duendes aguardan impacientes y el único arma que tengo es una guitarra prestada. Intento hacerlo lo mejor que puedo, porque cuando empiecen a sangrarme los dedos sabré que es el momento en que tendré que parar y ponerme a estudiar.

Son éstos días que se escapan, horas aprovechadas en su totalidad únicamente cuando tienen la suerte de ser aliñadas en conversaciones sobre el todo y la nada, en plena hora torera, invertida. Y yo que me creía Elliott McQueen…

4 comentarios:

Marcos dijo...

Sería la segunda carrera que dejo, me temo que mis padres no estarían dispuestos a aflojar pasta para editar mis postes... Y tampoco creo que sea gran cosa..., pero te agradezco el insulto que le has hecho a los escritores "de verdad" añadiéndome a la saca, de verdad.

El único exámen al que no aparecí fue al de Escrita, maldita sea... Lo que pasa es que tengo la mala costumbre de llegar tarde SIEMPRE a los exámenes... Para el de Audiovisual sólo tuve cincuenta minutos... xD. También me salió mal, sí... De hecho el post se corresponde con el día de ese examen. La cosa es que cuando salgo de la cosa, el último (de toda la vida) no queda allí ni la limpiadora de las gafas... Pero hoy te he saludado, pa que no te me quejes.

Un abrazo...

Anónimo dijo...

Joder niño, es una lástima que escribas muy de vez en cuando aquí pero cuando lo haces dejas huella no sólo en el blog sino en muchas de las personitas que te leemos.

Es muy bueno, en serio. En la expresión de los sentimientos (conceptos tan abstractos) es cuando se nota si uno es realemente bueno y, es evidente que tu lo eres a la par que tienes un cerebro muy amplio (no de paridas sino de ideas ingeniosas) introducido en una cabeza que no únicamente sirve de soporte con respecto a tu propio cuerpo.

Cada día me sorprendes más: ser callado, no obstante,eres alguien que tiene muchas cosas que ofrecer al mundo, hummmm

Se agradece perder instantes leyendo este tipo de cosas porque uno queda deseoso de leer más y más pero... lo bueno, como dicen algunos, se hace esperar... gran frase y muy cierta es...

Recuerda: "Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de talento"

Marcos dijo...

Definitivamente me habéis tomado por otro... Definitivamente... me habéis sacado los colores...

No me conocéis bien. Soy un desastre.

Peyn dijo...

Pero nos sigues poniendo cachondos con tus posts