lunes, 17 de abril de 2006

Nones

Toda una vida dedicada a la colección de etiquetas, a las reuniones sociales, a las largas horas de charla.

Toda una vida de esmero para cagarla, pisotear lo que se pueda, machacar entrañas, leer con las manos cerradas.

Nada de dobles al pócker, ni de billetes que sobres, la economía bajo cero, el frío nos dormita entre el alboroto.

Nada o casi de mentiras, que va. Ni de metas que dejaban de ser reales, promesas que esperaban en el salón hasta tarde.

A medias quedaba el vaso, con su sangre corriendo por las venas, horas de penas que eran de todo menos buenas. Ceda el paso, el cruce salta y el semáforo.

A medias lo deja, el corazón sin llenar hasta el borde, otro exprime falsedad para llenar el suyo de veneno. No hay envidia, sino pena.

Muere quien quiere como quiere, ojalá. No hablo de fallos hepáticos, alzheimer ni sepa diox qué más, menciono inconvenientes de la ebriedad.

Muere si es que este rollo te va. Eres un suicida, el amo de la ambigüedad, escóndete si te conviene. Callado antes que de blanco... mejor sin duda será.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué es esto? ¿El comienzo de una novela negra? Si es así, esto pinta muy bien. Si no... es una rallada, como otra cualquiera.

Besos

Peyn dijo...

Tengo una facilidad de rayamiento abismal. Soy único en mis pajas mentales.

Un abrazo, jachonda.

Marcos dijo...

Virgen santa.

Y lo bien que suena todo...