jueves, 11 de agosto de 2005

Con los días contados

Ya por vergüenza me he dicho de escribir... Porque joder con el Payne... Vale, vale, ¡deja de enterrar mis posts en lo más bajo de la page! He vuelto, maldita sea... Sí, amigos, aquí me tenéis.

Y os preguntaréis dónde demonios he metido el culo estos días... Pues bien, mi culo, al igual que el resto de mi tortuosamente sexy esqueleto ha estado dando tumbos estos días. De aquí para allá, vagando entre papeles, páginas webs informativas, haciendo llamadas de teléfono para archivar datos con los que ni pensaba hasta hace unas semanas... ¿Que qué coño es todo esto? Pues que me voy... me despido... he visto la luz cuando pensaba que los plomos estaban más que fundidos... me cambio de carrera.

Mi rotundo fracaso estudioso ha acabado abriéndome los ojos, haciendo replantearme lo que viene siendo mi dudoso futuro (si es que lo tengo). Dejo atrás ese laberinto estudiantil-sadomasoquista que era la ingeniería técnica en informática de gestión para agarrarme a los tentáculos informativos y comunicativos. Periodísmo o comunicación audiovisual, una de las dos será la elegida, y con la elección diré adiós a mi actualmente simple y cómoda vida. Cambio de ciudad, de ambiente, de círculos. Digo hasta luego a muchas cosas, pero también adiós a otras, y es duro. Aún no he querido pararme a pensar lo que significa en realidad este brusco cambio ni en cómo me puede afectar el mismo. Y cuanto más piense en ello más me deprimiré (claro está... aquí estaré cuando llegue el momento del pañuelo fácil, queridos blogueros). Hoy por hoy tan sólo soy un mar de dudas e información que fluye de un lado para otro y que busca atar los cabos sueltos antes de que llegue la despedida a mi actual chiringuito.

Hasta entonces aquí estaré.

Tengo los días contados... y muchos se alegrarán por ello, claro... Mi cara no es bien recibida en todas las esquinas de esta muchas veces detestada ciudad, y de la que sin embargo ahora aliviaría el peso quitando adjetivos altamente dañinos confesados con fiel periodicidad a lo largo de mi existencia... Dejaré de tocar ciertas manos y rozar ciertas mejillas, empezaréis a olvidarme poco a poco mientras yo no pare de recordar situaciones, imágenes, historias y demás material sentimental... Creedme, puede que sea el gilipolleo peliculero que quieras que no un cambio tan brusco me provoca... pero os voy a echar a todos de menos. Mierda... veo mi bajón a kilómetros... Espero contar con hombros, ojos y oídos dispuestos. Espero teneros. De momento leedme... estas letras son mi llanto y vuestros ojos lectores mi pañuelo.

Adiós, Jaén.
Muy buenas, Madrid.

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