domingo, 12 de junio de 2005

Tan tarde y tan lejos

Hay ocasiones en las que te puedes dar cuenta de la soledad en la que te ves envuelto con gestos simples, automáticos. Quizás no caigas en la cuenta de ello hasta que, un día, a punto de repetir ese gesto delator, te das cuenta de lo que implica y te deprimes una vez más, solo que, en esta ocasión, caes más hondo en el hoyo del que pretendías escapar.

No hay comentarios: