sábado, 12 de agosto de 2006

Requiem Toouch

Me violentan los quejidos de la cama al no sonar. Extraño tu imagen tras mi espalda ante el espejo. En el reflejo de los charcos donde jamás aparco por ser tú, por ser quien eres por y para mí. Por ser la estrella que no sueña con despojos olvidados cerca del rellano. Si no valgo, lo valoras y salgo por la puerta de atrás para no molestar o despertarte del sueño. Culpo al suelo por crear la distancia, la altura o el pesar de estos kilos que restan gracia a la ecuación. Suma entonces infinito y multiplícalo por diez, que mi lengua se traba de nuevo, otra vez, por pronunciar palabras que no puedo expresar. Quiero rezar a un Dios que exista, un Yahvé que no juegue a las cartas con San Pedro antes del suicidio. Pido a la longevidad que me trate bien, pero de usted. Pienso en ti, en tu trivial personal, sueño contigo y con besarte. Experimento con arte el ahogo del frío del cemento en mis pies al caer del puente al mar, por perder la razón, sin juez que parta en dos las aguas bajo las que vivo. Si quieres pan ya lo tienes, si peces buscas… aquí me tienes.


E.O

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