jueves, 29 de septiembre de 2005

Hable con ello

“Pedazo de chocho”
Grité asombrado
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

Y me adentré en la penumbra
Evitando resbalar,
Agarrándome a los pelos
Con un par

“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

El líquido vaginal
Fue el mayor incordio,
Pero encontré mi reloj
Junto al clavicordio

“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

Y a la salida dejé,
Como sus anteriores hombres,
En el clítoris grabado
“Yo estuve aquí” y mi nombre

“Pedazo de chocho”,
Grité asombrado,
“Pedazo de chocho
Que dios te ha dado”

lunes, 26 de septiembre de 2005

Maremotos verbales - Vol.4

Por teléfono, la semana pasada:


Ramón
[...] Sí... yo los hago de dos en tres.
Marcos
Ya...
Ramón
Y eso.
Marcos
¿Cómo que de dos en tres?
Ramón
De dos en tres.
Marcos
Eso no tiene sentido.
Ramón
Claro que sí...
Marcos
A ver...
Ramón
Primero dos, luego tres, luego dos, luego tres... y así.
[...]
Marcos
Mmm... ¿Una puta serie?
Ramón
De dos en tres.
Marcos
Esa mierda no tiene sentido.
Ramón
Cierto.


INFO:
Fue en una pausa de Buenafuente.
Estamos pensando patentar la frase.

jueves, 22 de septiembre de 2005

Meterla en caliente

Estaba yo recorriendo mi casa en busca de algo de diversión cuando me topé con mi hermano. Decidí darle un abrazo (no sé por qué) y al acercarme hallé en su rostro un dato revelador: ¡le había salido su primer jodido grano! Oh, sí... Irremediablemente pensé en la pubertad. Y más concretamente en la mía.

A mí los granos me debieron de empezar a salir más o menos también a su edad... y cuidao que todavía acechan. Aunque en menor medida. Veréis... creo que no me puedo quejar mucho de mis granos, nunca tuve excesivo número de ellos rondando, nunca se me amontonaron ni estuvieron suficientes para hacer la ola... quicir: nunca necesité marísco para adornar mi rostro. Pero sí es verdad que la adolescencia es una etapa dura y no sólo por los granos... Ahí están esos nuevos olores cultivados, esas gallosidades gargantiles, esa pérdida de visión, esa ganancia de kilos sobrantes, esa capa de grasa recubriendo el pelo, ese crecimiento de extremidades... La adaptación al medio, para qué negarlo, es jodida con tanto maldito inconveniente. El cuerpo te da la espalda, aunque suene paradójico.

Pero si hay algo que caracterice tal etapa en la vida de un chico son las chicas. Siempre hay tiempo para pensar en ellas. Esa materia prima inalcanzable. Porque, amigos... desde que iniciamos la pubertad pasamos a tener como único pensamiento perdurable el meterla en caliente lo antes posible. Lo demás no importa. Sacrificarías cualquier cosa por un coño con tostadas (y eso que aún no sabes muy bien de qué se compone el pastel). Se convierte en una obsesión que nos acompaña durante los siguientes tortuosos años. Hagamos algo para remediarlo, decía el más ingenuo. Claro que sí, guapísimo... sin moto ni casco, sin biceps ni triceps piramidales, un sentido del humor que tiende al gilipollismo más avanzado y una tienda de campaña en pie las 24 horas... ¿A dónde vamos? Sólo contamos con esa retahíla de mierda física que dios en su infinita sabiduría nos da como entretenimiento visual pubertoso. El rosco se aleja. El camión de las golosinas no pasa por pubertilandia. Ellas se van con el guaperas de octavo y tú el único polvo que ves es el que muerdes. Fin de la historia.

Así es. O así me fue. Pero no puedo quejarme. Porque todo es una gran mentira. Pase el tiempo que pase, la realidad es ésta: nunca paras de pensar en meterla en caliente (decid amén conmigo, quiero oíros... vamos, los de atrás, más alto...). Ni pubertad ni leches. Sin granos. Sin grasa. Con gafas o lentillas. Sin moto ni biceps. Pero hay que calentarla. Y, una vez metida en caliente, con igual o mayor intensidad sólo logramos recordar una cosa... y es que hay que meterla en caliente.

martes, 20 de septiembre de 2005

Beneath the rose

Algún día tenía que pasar, y ha sido hoy: creo que ya he encontrado a mi sustituto de Bruce Springsteen. Lo que menos me gustaba del Boss era ese garraspeo americano en su pronunciación. Las canciones eran buenas, sí, y la voz en general... pero que no puedo con el "grrr", ya me entendéis... Ese acentillo que sólo él tiene o al menos explota sobremanera. ¡Fuera!

Casualidades de la vida, estaba yo viendo los conciertos de Radio 3 (esos que ponen en La 2 con nocturnidad y alevosía) cuando Micah P. Hinson hizo su entrada. No tenía ni puñetera idea de quién era, tan sólo tenía el programa puesto de fondo mientras (probablemente) me dedicara a mirar el gotelé de mis paredes... Creo que estaban tres músicos en escena, pero el peso lo llevaba el amigo. Entonó un Close your eyes que me llegó al alma y me puse a rebuscar cosa suya por la red inmediatamente (no esperéis encontrar sus discos en el maldito Corte Inglés). Simplemente di con "Micah P. Hinson and the gospel progress", el cual parece ser su primer disco, no estoy seguro (debe estar a punto de sacar otro).

Micah, el nuevo Ranger de Texas


Mi descubrimiento tuvo lugar allá por mayo, estaba esperando que saliera en escena Quique González en aquel Radio 3, pero no lo hizo hasta la semana siguiente. Y ha sido estos días cuando me he vuelto a topar con el disco de Micah P. Hinson, el cual tenía ya algo olvidado. Tras escucharlo unas cuantas veces puedo decir que es mi perfecto sustituto de Bruce, un tipo de Texas, con sus "grrr's" de serie (eso sí, menos exagerados), que hace música americana (dícese de country en todas sus variantes) de un corte excelente y que rezuma el espíritu indie por los cuatro costados. Ritmos melancólicos, melodías que se apoyan en guitarras acústicas y un piano delicioso que me recuerdan en ocasiones a un Elliott Smith desbeatleslizado, aunque no tengan casi nada en común. Además, cuenta con un pasado turbulento y aún no se ha suicidado... ¿Qué más se puede pedir?

Que conste que no le quito importancia al viejo de Bruce, reconozco que sus canciones son grandes. Siempre llevaré en el corazón su Streets of Philadelphia (jodidamente merecedora de aquel Oscar), sobre todo en versión acústica. Pero ese puto acento me mataba, amigos.

Si de algo sirve este post intentad escuchar The gospel progress, aunque sea para tirarme tomates después. Nunca dije no a la ensalada, y menos habiendo atún. Ahora que... lo de la soja... no sé yo...

Para más información sobre Micah P. Hinson pinchad aquí. Y para una suculenta entrevista aquí.

jueves, 15 de septiembre de 2005

Mis labores

Como webmaster de SDA antes que bloguero de la misma, me veo en la obligación de postear también por aquí la nueva noticia del archivo: PINCHAD AQUÍ.

Viene a decir que como hay problemas con Wanadoo me he visto obligado a mudar la page a otra posada... Si queréis acceder a la actual SDA tendréis que teclear www.sda.ya.st. Al menos hasta que a Wanadoo le de por funcionar...

Nos vemos en mi próxima historieta, amigos. Un abrazo.


PD: Payne... sacúdete el polvo... :P

martes, 13 de septiembre de 2005

Un plan perfecto

Era un plan perfecto
Con un sí o un no por respuesta
Admito que habría perdido
Mi dinero en cualquier apuesta
Encadenar palabras…
No era exactamente lo mío
¿Sabéis? Suelo ahogarme
A la orilla de cualquier río

Decidí avisarla el día anterior…
Le dije “ponte en el caso peor”

El Sol parecía acompañarme
Me había documentado en la materia
Cerré la puerta dejando
Dentro el miedo y la histeria
Cuando la vi noté cómo se bajaban
Los pantalones de mi memoria
Le tendí la mano, entoné
“¿Quieres subir a la noria?”

Os juro que debí palidecer…
Me dijo “haz lo que tengas que hacer”

martes, 6 de septiembre de 2005

Maremotos verbales - Vol.3

Puerta de Gallos, viernes por la noche:


Transeuntes Cachondos
Oye... ¿Sabéis dónde hay por aquí un bar de copas?
Marcos
Mmm... Pfff...
Ramón
A ver... Pues justo ahí arriba hay uno...
Transeuntes Cachondos
No, no... Bar de copas... Puticlub, vamos.
Marcos
¡Hey!
Ramón
Ah... Esto... Pues... Había uno por Jaén...
Marcos
¿Sí?
Ramón
Pero ahora no sé yo...
Marcos
A mi es que me sacan del Fantasía y me pierdo...
Ramón
Que no caigo.
Marcos
Preguntad en ese bar de ahí abajo...
Transeuntes Cachondos
Bueno, gracias.
Ramón
(A Marcos) Ese bar está cerrado.


INFO:
Eran dos transeuntes cachondos, cuarentones y mojados en alcohol.
Estábamos justo en la puerta de "Los Gallos", que alguien me diga si por allí hay un maldito puticlub.
Mera curiosidad, amigos...

A Clarise

Con una mirada común descubres que lo que en su tiempo fue alegría y diversión acaba... te entristece el saber que todo termina de esa forma tan fugaz. El esfuerzo, el cariño, el tiempo, la ira... mar de sentimientos y hechos que se pierden en un sin sentido que no deja ver el final.

Perdido entre pensamientos optas por levantarte del asiento que sudabas, dar un abrazo sin tocar e irte por donde viniste, aún más deprimido que al principio. El efímero sabor de la amistad que florecía y su tacto y olor que antaño te hacía feliz, ahora se reduce a un par de besos y un portazo como única explicación...

Nunca esperé soñar. Siempre he sabido esperar.