Llevo cosa de un mes recomponiendo un ordenador perteneciente al mismo año en que Jesucristo hizo la mili, y es jodido encontrar sus piezas… pero nada se puede comparar a la sensación que recorre tu cuerpo escuchando a alguien responderte: “eh, pues yo tengo una” o “pues tengo un ordenador muy viejo, si quieres alguna pieza…”. El caso es que tal como viene esa alegría, se va. Porque no puedes esperar que un componente electrónico metido en un trastero con humedades, goteras, y telarañas tejidas al más puro estilo spiderman disléxico funcione correctamente, o funcionar. Pero bueno, parece que está bien… no tiene mal aspecto, solo una capa acojonante de mierda que algún arqueólogo con experiencia fácilmente podría hacer desaparecer.
Ya conseguí todas las putas piezas, hoy lo he conectado. No va. Los pitidos incesantes que emite
2 comentarios:
Mucha suerte!
Me alegro de volver a leerte;-)
Lorena.
Publicar un comentario