martes, 20 de noviembre de 2007

Maremotos Verbales - Vol.18

En el ascensor de mi bloque, ayer:


(Suben al ascensor una vecina y su perro salchicha.)

MARCOS
Buenas.

VECINA PERRUNA
Hola.

MARCOS
¿A qué piso va?

VECINA PERRUNA
Al tercero.

(Marco los pisos. Pasados dos segundos el perro me olfatea y me mira cariñosamente. Ambos sonreímos. El perro desenfunda y comienza a follarse mi pierna ante la pasividad de su dueña.)

MARCOS
Esto...

VECINA PERRUNA
(Como si nada.)
¡Bueno va! Jaja... No lo entiendo...

MARCOS
Me va a ensuciar...

VECINA PERRUNA
¿Tienes perro?

MARCOS
No.

VECINA PERRUNA
Pues no sé, chico... Se supone que en esta época ya no debería estar así...

MARCOS
Conmigo ha hecho una excepción. Suele pasarme a menudo.

(Llegan a su piso y se bajan. El perro y yo nos despedimos guiñándonos un ojo.)



INFO:
Polvos de ascensor. Quién dijo miedo.
Mi bloque está lleno de pirados (me incluyo).

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Dichoso corazón

Ilustras las portadas de mi cuento.
Impones sin quererlo la censura,
hay palabras que se las traga el viento
si atentan contra tu linda hermosura.

Fabricas esa dulce mermelada
que corre por adentro de mis venas,
el simple contemplar de tu mirada
sanea la más triste de mis penas.

Lo siento si el papel que desempeño
te roba alguna que otra hora de sueño
o tira los tabiques de tu choza.

Dichoso corazón que sólo late
cuando quieres llegar al desempate
dejándote ganar siendo mi moza.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Aventuras en el Mágico Mundo de Móstoles

Tras un tiempo ejerciendo de estrella en cortometrajes de bajísimo presupuesto y comprobar que mi caché y popularidad han ido cayendo empicado desde el mismo día de mi nacimiento, he decidido desarrollar mi vena más friki, ese insulto que no es insulto sino para quien no conozca su significado (frikis también, por otro lado). Demasiadas horas compartiendo una botella de ron con el individuo que regenta una de las webs más estrambóticas que conozco han terminado por convencerme para mandar a paseo mi sentido del ridículo y dejarme con el culo al aire. Una serie de proyectos abanderados por el absurdo se han ido apoderado de nosotros... y nosotros, zorras consumadas, nos hemos dejamos embaucar...

Si alguien me hubiera dicho hace año y medio que un ejercicio de gilipollismo avanzado como el que hoy os presento daría lugar a una completa página web con todo lujo de detalles y una mitología con mitología propia... simplemente me habría sonado los mocos en su chaqueta. Pero la ficción, en este caso, ha superado la realidad. Gracias al entusiasmo de Kike por la idea de colgar en forma de blog unos escritos del todo absurdos que redactamos cuando compartíamos pupitre en aquel colegio pijo en el que enseñaban carreras por un módico número de millones pesetosos (ay... que aquellos tan tiempos...), nos hemos sacado de la manga todo un relato (bajo un título que reza "La Escoba del Poder") y una página complemento del mismo (con el nombre de "Las Crónicas de Nano"), donde la soplapollez, pura y dura, encuentra al fin su hogar.

La historia es simple: Nano es transportado al Mágico Mundo de Móstoles, donde se hará amigo de una lavativa, de nombre Franco, y de un ratón llamado Código de Barras, y con los que correrá rancias aventuras en su peculiar cruzada contra los almorranos y su maléfico plan de repartir soja gratis... Bien. Lo que en un primer momento puede parecer una gran chorrada, en realidad... LO ES. Y eso es lo bueno, tratar de dejar claro desde un principio principioso que las pretensiones literarias del relato están bajo cero y dar rienda suelta a la tontería. ¿Sabéis cuando algo es tan triste y cutre que se convierte en algo grande y sin par? Pues no, ese no es el caso. Pero, ¿sabéis de esos chistes malos que de lo malos que son te arrancan una leve sonrisa que acaba por avergonzarte? Ese es el caso.

Cierto. Estáis ante un post publicitario que muchos otros dejaron de leer en la tercera línea. Pero lo cierto es que me he propuesto colaborar en ambos sitios para lograr mantenerme de alguna manera despierto. El ajetreo de estos días es tan triste que no me da ni una mísera anécdota que relatar, salvo lloriqueos vespertinos menguados a punta de almohada. De momento sigo mirando detrás de cada esquina, buscando esa historia que nunca me atreveré a relatar aquí...


Desde aquí podéis acceder tanto al blog del relato como a la
página que sirve como guía. O simplemente tecleando:

http://lascronicasdenano.ya.st
Es hora de abstraerse...